Atlético Tucumán ya piensa en el 2026 y entre los juveniles que asoman para integrarse al plantel profesional aparece un nombre que empieza a sonar cada vez más fuerte: Rodrigo Granillo González, delantero de 20 años, riojano, autor de goles clave en la Reserva y una de las grandes apuestas del club para el próximo año. Con un año inolvidable a cuestas, el atacante habló con LA GACETA y compartió su historia, sus sueños y sus objetivos para el futuro inmediato.
Granillo no duda cuando describe lo que significó el 2024-2025 para su carrera: “Sin dudas siento que este fue uno de los años más importantes de mi vida. Fue un año lleno de emociones, de desafíos y de objetivos cumplidos”, afirma.
Entre esos hitos menciona uno que marcó un antes y un después: su primer contrato profesional. “Haber firmado mi primer contrato fue algo que soñé desde chico. También la clasificación a los playoffs, que fue histórica para el club, y poder vivir ese momento junto a mis compañeros y la gente fue algo que no me voy a olvidar nunca”, asegura.
Con seis goles en la Reserva y una sociedad ofensiva muy efectiva con Carlos Abeldaño, Granillo terminó de consolidarse como una pieza real dentro del proyecto formativo del Decano.
Identidad y sacrificio
Aunque muchos hinchas recién empiezan a conocerlo, él mismo se presenta con humildad: “Soy un pibe que ama el fútbol desde que tiene memoria, que llegó al “Decano” con una mochila llena de ilusiones. Hoy me siento parte de esta casa”, describe.
Su discurso está atravesado por valores que repite como un mantra: sacrificio, humildad y corazón.
“Mis sueños son seguir creciendo, pero sobre todo dejar una huella. Ser un jugador que represente lo que es Atlético: sacrificio, humildad, coraje y corazón”, afirma con firmeza.
Y lo dice desde un lugar genuino: “Quiero escuchar mi nombre en la tribuna y sentir que estoy haciendo las cosas bien, que estoy honrando esta camiseta cada vez que me toca defenderla”.
Objetivos para 2026
Granillo tiene claro lo que quiere para el próximo año. “De cara al 2026 me pongo objetivos concretos: afianzarme, sumar más minutos, ser una pieza importante para el equipo y ayudar a llevar a Atlético lo más alto posible”, sostiene.
La continuidad de Hugo Colace como entrenador también le genera entusiasmo: “Es bueno que siga, porque nos conoce, confía en nosotros, sabe lo que cada uno puede dar y construyó una identidad que nos llevó a vivir un año inolvidable. Su manera de trabajar y su cercanía hicieron que cada entrenamiento valga la pena”, destaca.
Día a día de un juvenil
El riojano vive el fútbol como una responsabilidad. “Mi día a día es simple: entrenar, cuidar mi cuerpo, aprender, escuchar a los más grandes y tratar de mejorar siempre un detalle más”, revela.
Ese camino lo sostiene en su convicción de vestir la camiseta de Atlético.
“Vivo el fútbol con pasión porque sé que esta camiseta se defiende con el alma”, afirma.
Una vida dedicada al fútbol
La historia de Granillo tiene raíces profundas. Nació en la capital de La Rioja y empezó a jugar a los tres años en la escuelita Los Saporitis. Luego pasó por Teshito y a los 10 años dio un salto importante al sumarse a Talleres de Córdoba, donde vivió cinco años decisivos de formación.
Más tarde regresó a su provincia para jugar en Andino Sport Club y, a los 17, se probó en Atlético Tucumán.
“Me vio Mauricio Verón y junto a él Diego Barrado y Fernando Fontana confiaron en mí. Gracias a ellos pude quedarme y seguir defendiendo esta camiseta”, cuenta. Desde entonces, no paró de crecer.
Parte del “Decano”
Para Granillo, Atlético es más que un club: “Atlético es parte de mi vida. Cada vez que salgo a la cancha lo hago pensando en la gente, en mi familia y en todo lo que me costó llegar hasta acá”, afirma.
El 2026 aparece como la gran oportunidad para que su sueño se concrete.
“Ojalá el año que viene nos encuentre juntos, peleando cosas grandes y escribiendo nuevas páginas para el Atlético”, desea.
Y, si algo transmite el delantero, es que ganas no le faltan.























