AJUSTES FINALES: El documento final de la Reforma Laboral será presentado el 9 de diciembre y sería tratado en las sesiones extraordinarias. la gaceta/ archivo
Mientras el Gobierno nacional acelera los tiempos para enviar al Congreso el paquete de reformas estructurales, los principales sectores productivos de Tucumán siguen con atención cada movimiento. La reforma laboral -pieza central del capítulo económico que se busca tratar en las sesiones extraordinarias- aparece como un punto ineludible en la agenda empresaria. Aun sin conocer el texto definitivo, industriales, comerciantes y productores coinciden en que el país necesita un nuevo marco normativo que le permita recuperar previsibilidad, competitividad y generación de empleo formal.
Sin embargo, advierten que la reforma laboral no puede ir sola: exigen la aprobación de una reforma impositiva que alivie la carga tributaria sobre las empresas, y sostienen que limitar a los gremios sería clave para sostener la actividad productiva. Con matices, los tres referentes consultados -Jorge Rocchia Ferro, Gabriela Coronel y José Frías Silva- coinciden en que el país se encuentra en un punto de inflexión que requiere decisiones rápidas y profundas.
La discusión se da en un contexto de tensión creciente. A comienzos de noviembre, el Consejo de Mayo resolvió adelantar la presentación del documento final para el 9 de diciembre, con la intención de que la reforma laboral ingrese al Congreso como un conjunto de leyes durante el debate de fin de año. Aunque el borrador completo todavía no circula entre los consejeros, trascendió que los ejes incluirán cambios sobre ultraactividad, convenios, cargas fiscales, derechos colectivos, trabajadores autónomos, democracia sindical y derogaciones varias. Del otro lado, los sindicatos marcan la cancha: el titular de Uocra, Gerardo Martínez, ya sostuvo que “no hay consenso” y que no conocen el texto completo. No descartan medidas de fuerza si el Gobierno intenta avanzar sin acuerdo.
“Es un paso importante”
Jorge Rocchia Ferro, presidente de la Compañía Azucarera Los Balcanes afirma que, hasta el momento, no existe información oficial sobre el contenido de la reforma. “Sabemos que el borrador se presentará, según trascendidos, el 9 de diciembre, pero aún nadie conoce sus detalles”, señala. Sin embargo, su posición de fondo es clara: el país necesita actualizar de manera urgente su estructura laboral.
“Argentina necesita una reforma laboral moderna, equilibrada y sostenible. Una reforma que preserve los derechos de los trabajadores, pero que también brinde previsibilidad y herramientas a los empleadores”, sostiene. Para Rocchia Ferro, el sistema actual genera “asimetrías” y “poca seguridad jurídica”, factores que desalientan inversiones y dificultan la formalización del empleo.
Respecto al futuro del trabajo, advierte que la reforma laboral no resolverá todos los problemas por sí sola: “Es un paso importante, pero debe estar acompañada por otras transformaciones profundas”. En ese sentido, menciona tres pilares: una reforma tributaria integral, estabilidad macroeconómica y corrección de asimetrías regionales en tarifas, transporte y salarios.
“No podemos competir en igualdad de condiciones con Buenos Aires si pagamos lo mismo sin contar con el mismo nivel de mercado”, afirma. Para el empresario azucarero, el camino hacia un sistema productivo dinámico requiere un Estado presente, que acompañe a quienes invierten y generan empleo: “Sin industria no hay desarrollo y sin producción no hay nación posible”.
“La reforma es urgente”
Gabriela Coronel, presidenta de la Cámara de Comercio de San Miguel de Tucumán observa la reforma laboral como una herramienta necesaria para actualizar el esquema vigente. Desde su perspectiva, la modernización no sólo debe centrarse en la protección del trabajador, sino también en agilizar los procesos internos de las empresas para adaptarse a los cambios del siglo XXI.
Coronel destaca la importancia de un sistema simplificado de registro de empleados, basado en la digitalización completa. “La informatización del sistema es fundamental para lograr un proceso rápido y eficiente. Esto es clave para mejorar la competitividad y fomentar la formalidad”, sostiene.
Otro punto central es la modernización interna de las empresas. La empresaria insiste en que muchas estructuras operativas se encuentran rezagadas frente a las nuevas realidades tecnológicas y productivas. En esa línea, valora herramientas como el banco de horas, que permitiría adaptar los tiempos de trabajo a las necesidades estacionales o sectoriales: “Es un cambio positivo para sectores como la agricultura, el comercio o la tecnología”.
Sobre el esquema indemnizatorio, subraya que el fondo de cese podría generar un equilibrio que proteja al trabajador sin asfixiar financieramente a las empresas. Pero la dirigente comercial coloca el eje más fuerte en el problema tributario. “Las cargas sociales son de las más altas de América Latina. Muchas empresas no pueden sostener empleados en blanco y eso alimenta la informalidad, que afecta a la mitad de la población trabajadora”, alerta.
Su diagnóstico es contundente: la reforma laboral debe basarse en tres pilares: simplificación administrativa, flexibilidad laboral y reducción de cargas fiscales para que la Argentina pueda volver a generar empleo formal y competitivo.
“Límites a los gremios”
José Frías Silva, presidente de la Sociedad Rural de Tucumán, se muestra completamente a favor de avanzar con la reforma laboral, aunque insiste en que no puede discutirse de manera aislada. “Luego de esto tenemos dos caminos: si vemos que el impacto será a largo plazo, entonces debe ir acompañada por la reforma impositiva, que es la que mayor efecto puede tener”, asegura.
Para Frías Silva, la alta carga tributaria actual desalienta la contratación y afecta la capacidad de crecimiento. “Una reforma impositiva está hecha para que las empresas puedan generar más ganancias, puedan crecer y contratar más gente. Ahí entraría de la mano la reforma laboral”, explica.
El dirigente rural remarca que los costos laborales actuales hacen inviable a muchas Pymes. “Hoy una empresa que tiene un empleado y necesita despedirlo puede fundirse por las indemnizaciones y los costos que tiene que afrontar”, señala, y reclama “equilibrio entre los derechos del trabajador y del empleador”.
En otras líneas, también pone el foco en la cuestión gremial, un punto sensible para el sector productivo. “Hay instituciones gremiales que directamente no están dejando producir. No les importa nada. Lo único que buscan es generar mejores condiciones para sus agremiados sin pensar en si la empresa va a poder pagar o no. La están fundiendo”, denunció.
“Queremos que haya más empleo, y para eso hay que bajar los costos laborales. Esto va a beneficiar por todos lados: se podrá tomar más gente y habrá crecimiento productivo. Dios quiera que se pueda avanzar”, concluyó.






















