Esteban Bullrich.
Esteban Bullrich tiene una nueva meta política: ser presidente en 2027. "Creo que, aunque pierda, puedo unir a los argentinos; esa es mi misión", afirmó el ex senador en una entrevista con Carlos Pagni en "Odisea Argentina". A pesar de su firme voluntad, aclaró que la última palabra la tendrá su entorno íntimo. "Obvio que María Eugenia y mis hijos definen, pero yo me quiero presentar".
El ex ministro de Educación, quien convive con la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), ofreció una definición conmovedora sobre cómo sería su eventual proselitismo. "Hace tiempo que solo puedo mover mis ojos y los ojos son la puerta del alma. Por eso, la campaña sería mi alma hablándole al alma de los argentinos", explicó. Recordó, además, que al dejar el Senado renunció "a los honores, pero no a la lucha" por dejar un mejor país a sus hijos.
“No sé cuánto tiempo me queda pero sí sé qué tengo que hacer con él: amar, servir, reconciliar y sembrar esperanza. Ese es mi liderazgo, ese es mi camino, esa es mi fe”, dice en una frase que compartió el ex senador, quien explicó que forma parte de otro libro de su autoría que aún no está publicado.
Bullrich aprovechó para sentar su postura sobre el tipo de liderazgo que requiere la Argentina actual, alejándose de los personalismos mesiánicos. "El país no necesita héroes de bronce, líderes infalibles ni iluminados que prometan salvaciones instantáneas", sostuvo al citar un fragmento de su próximo libro, "Liderazgo espiritual". Dijo que la solución radica en "almas grandes" que acepten la humildad, el diálogo y la reconciliación como herramientas políticas.
Una nueva Buenos Aires
En paralelo a su anuncio presidencial, Bullrich presentó su libro: "Una Nueva Buenos Aires", escrito junto a Jorge Colina y Enrique Morad. La obra nace de su experiencia en la campaña de 2017, donde descubrió un territorio "partido en dos": un conurbano donde la pobreza se volvió paisaje y un interior que se siente ignorado.
“Nuestro país tiene heridas antiguas que no se cierran con discursos ni con decretos, se cierran con almas que se entregan, con corazones que perdonan, con espíritus que dialogan, con líderes que sirven”, indicó en el texto que repuso Bullrich. “Esa es la misión que siento para mí, la que siento para mis hijos, la que siento para cada argentino que cree que todavía es posible construir un país más justo, más fraterno y más humano”, agregó.
El ex senador describió una provincia marcada por contrastes dolorosos y la ausencia del Estado. Relató haber visto escuelas sostenidas "con esfuerzo infinito" pero sin calefacción, y barrios donde la inseguridad no es una estadística, sino una realidad donde "la frontera entre la vida y la muerte puede estar en una esquina".
Según Bullrich, la desigualdad bonaerense no es solo económica, sino existencial. "Muchos chicos crecen sabiendo que su futuro está limitado por su geografía".






















