SALUD. La OMS incluyó a los fármacos para la obesidad entre los esenciales. / GOOGLE
Los números sobre obesidad ya no sorprenden, pero sí alarman: más de mil millones de personas viven con esta enfermedad en el mundo. En ese escenario, el anuncio de la Organización Mundial de la Salud implica un giro radical. La entidad incluyó a los tratamientos basados en GLP-1, como Ozempic, Wegovy y Mounjaro, en su lista de medicamentos esenciales.
La otra cara de esta revolución aparece cuando se mira el acceso. Hoy sólo una de cada diez personas puede costear estos fármacos. En Argentina, la diferencia de precios es contundente: el esquema mensual más económico ronda los $130.000, mientras que las versiones importadas pueden cuadruplicar esa cifra.
La OMS reconoció el valor clínico de estas terapias, aunque aclaró que no resolverán por sí solas la crisis sanitaria. Aun así, representan una herramienta para reducir riesgos cardiovasculares, mejorar el control metabólico y acompañar cambios de hábitos. Por eso, pidió reforzar las investigaciones y sumar evidencia que amplíe la seguridad de su uso a largo plazo.
GLP-1: cómo funcionan y por qué cambiaron el tratamiento
Los GLP-1 nacieron para tratar la diabetes porque imitan la acción de una hormona que regula la insulina. Pero su recorrido llevó más lejos el impacto: también intervienen en la sensación de saciedad, en el apetito y en funciones digestivas. Con esa combinación, los especialistas comenzaron a observar descensos de peso significativos y sostenidos.
El avance no se explica sólo desde la química del medicamento. Profundiza el cambio cultural sobre la obesidad, que dejó de ubicarse en la idea de “voluntad” para reconocerse como una enfermedad crónica donde intervienen hormonas, neurotransmisores y múltiples variables biológicas. Con los GLP-1, los profesionales aseguran que muchos pacientes logran recuperar el control sobre la conducta alimentaria y trabajar desde un lugar distinto.
La OMS recordó que cerca de 3,7 millones de personas murieron en 2024 por causas vinculadas a la obesidad. Y advirtió que la cifra de personas afectadas podría duplicarse hacia el final de la década si no se amplían las estrategias de prevención y tratamiento.
Acceso, mercado y una oportunidad que no puede frenarse
Mientras los fármacos ganan presencia, el uso también crece en países como los Estados Unidos. Allí, el porcentaje de pacientes que utiliza GLP-1 se duplicó en un año y los índices de obesidad dejaron de crecer por primera vez en décadas. La visibilidad que aportan celebridades y redes sociales impulsó aún más su expansión.
El riesgo, advierte la OMS, es que esta transformación quede restringida a quienes puedan pagarla. También llamó a combatir el mercado clandestino, que ofrece imitaciones sin control sanitario.
Garantizar el acceso aparece como la condición para que esta revolución terapéutica llegue a todos y no sólo a una parte del mundo.





















