El desafío de la lengua materna

El desafío de la lengua materna
Hace 18 Hs

Silvina Douglas

Doctora en Letras Insil-UNT

Existen muchísimos anglicismos en los discursos cotidianos del español hablado en la Argentina; María Inés Córdoba (1997) hizo un estudio diacrónico y registró el léxico inglés en la prensa tucumana desde el SXIX al SXX, y ya aparecen numerosísimos ejemplos en ese corpus.

Actualmente, lo que percibo desde una mirada descriptiva es un registro coloquial en el que aparecen acrónimos que remiten a expresiones en inglés que el hablante joven, prioritariamente, selecciona por un afán de condensación y de pertenencia. Estos extranjerismos suelen aparecer en comunidades urbanas y conectadas digitalmente. En ese sentido, aparecen el famoso “Fomo” (Fear of missing out), que remite a varias expresiones equivalentes que perfectamente pueden expresarse en español (miedo a quedarse afuera, a perderse algo, angustia por no participar). Asimismo, el acrónimo “Fobo” (Fear of better options), vinculado a sensaciones como parálisis decisional y búsqueda infinita de alternativas. Es decir, estos anglicismos no se incorporan por necesidad lexical, sino por un esnobismo juvenil, por la centralidad del inglés en la cultura digital y por moda. Las siglas tienen éxito, en general, porque son breves y condensan significados, quien selecciona estos extranjerismos en su registro coloquial manifiesta pertenencia de grupo. El hablante los usa como etiquetas para nombrar estados emocionales socialmente nuevos o intensificados por la tecnología, ¿qué pasará con su lexicalización? Por el momento parece muy precario definirlo. Además, hay jóvenes que seleccionan MAPA (miedo a perderse algo) en lugar de FOMO.

La riqueza y el conocimiento de nuestra lengua materna sigue siendo un desafío, los matices de nuestro mundo emocional y cognitivo no tendrían por qué ser reemplazados por extranjerismos, cuando disponemos de un caudal léxico en español para nombrarlos.

Neologismos

El español peninsular es mucho más receloso con el uso de léxico en inglés, todo se traduce. Me ha pasado que profesores españoles me reclamaran ¿cómo vas a decir country?, di urbanización; ¿cómo vas a decir computadora o mouse? ¿Se imaginan cómo sonaría de impostado que le dijera ratón al mouse? Lo cierto es que en el uso del español en la Argentina los préstamos del inglés no son infrecuentes y coincido con estudios que reconocen motivaciones pragmáticas más identificadas con la procedencia de los términos o con su impacto simbólico. Por otra parte, es sabido que los extranjerismos en el marketing, en el campo semántico de lo digital y ahora de la inteligencia artificial están a la orden del día. Ya tenemos una tradición en formar verbos: chequear (incorporado con esa ortografía en diccionarios de lengua española), promptear, chatear, scrollear, ghostear, spoilear que no dejan de manifestar la creatividad del hablante que transforma sustantivos en verbos. Estos neologismos se encuentran en plena fase de expansión, con una morfología productiva en español, lo que favorece su lexicalización y adaptación. Su inclusión en diccionarios y en registros más formales dependerá de la consolidación de su uso general. Ahora, ¿por qué no redactar instrucciones, conversar, recorrer o desplazarse en pantallas, desaparecer o espiar, revelar el final?

Como siempre la lengua es de los hablantes que la escuchan, la escriben, la hablan y leen con finalidad comunicativa, es ese hacerse de la lengua en su vitalidad, el que trae consigo tensiones entre un purismo lingüístico y la apertura a ciertos préstamos o extranjerismos, incluso. El límite es la comunicación y la posibilidad de desentrañar qué se esconde detrás de la preferencia de un anglicismo. ¿Es economía, una palabra más corta? ¿Es esnobismo (otro préstamo con adaptación a la ortografía del español)? ¿Revela poco apego a la lengua materna?

Los desafíos actuales implican mayor y mejor conocimiento de nuestra lengua porque todas las prácticas del lenguaje incrementan su potencia epistémica cuando disponemos de competencia léxica y de reflexiones metalingüísticas.

Asimismo, el dominio de lenguas extranjeras supone un capital codiciado en el mundo contemporáneo. Parece que el beneficio de conocer lenguas es redituable por donde se lo mire. Pero recordemos que en Babel las lenguas mezcladas confundían e incomunicaban.

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