ATENTOS. En los últimos días se registraron varios casos de robo de datos a través de videollamadas.
Eugenia, docente jubilada de 65 años, recibió una llamada de un supuesto ejecutivo de cuentas del banco donde percibe su salario. El desconocido le explicó acerca de un nuevo producto que había lanzado la entidad crediticia. Después de enumerarle las ventajas de esa irresistible oferta, le preguntó si le interesaba y, cuando la mujer le dijo que sí, le propuso continuar con el trámite a través de una videollamada. El bancario le pidió que abriera su homebanking para indicarle los pasos que debía seguir para activar el nuevo servicio. El trámite continuó sin sobresaltos y varios pedidos de disculpas de la señora por su desconocimiento. A la hora de haber cortado la comunicación, la víctima recibió la notificación del retiro de una importante suma de dinero de su cuenta. En ese momento descubrió que el amable bancario le había robado todos sus datos y con ello pudo sacar hasta el último centavo de su caja de ahorro.
Esa es una de las nuevas modalidades de estafas virtuales que se registraron en Tucumán. Es otra más de los centenares de modus operandi que se registran en la provincia. Según datos oficiales, sólo la unidad de Delitos Telemáticos de la Policía recibe al menos 25 denuncias por día de este tipo de ilícitos. Sí leyó bien, se presenta una demanda por hora.
Aunque las comparaciones son odiosas, vale analizar otra cifra para entender la gravedad del problema. Según el Informe del Sistema Nacional de Información Criminal de 2024, en estas tierras se realizaron tres denuncias cada 24 horas por robos y hurtos. El mismo trabajo estadístico reportó que en todo el año pasado se registraron en Tucumán 3.642 estafas virtuales.
Claro que en esta modalidad delictiva también existen números en negro. Los especialistas sostienen que muchos prefieren no denunciar los hechos por una cuestión de pudor. Pero también recalcan que los responsables de los bancos les proponen a las víctimas una solución a cambio de no realizar presentaciones ante las autoridades. Por último, están las personas que, cuando resolvieron el inconveniente, desistieron de avanzar judicialmente con la demanda.
“Es lógico que esto ocurra. Puede ser muy malo para las entidades crediticias que se conozca que tienen fallas en sus sistemas de seguridad y de controles”, explicó un investigador del Poder Judicial. “Además de iniciar una investigación, muchas veces recomendamos a las víctimas que también realice la denuncia en las reparticiones que defienden al consumidor. Utilizamos esta estrategia en los casos más groseros de fallas de control. Por ejemplo, un cliente que se presenta personalmente a un banco, debe cumplir con varios requisitos, pero con un mero click lo puede hacer en el homebanking”, añadió la fuente del Ministerio Público.
“Necesitamos que las personas hagan las denuncias. Este razonamiento se basa en dos fundamentos: es la única manera que tenemos de descubrir a los que cometen este ilícito y además, descubrir nuevas modalidades para advertir de lo que está pasando”, explicó el jefe de la ex Brigada de Investigaciones, Miguel Carabajal. “No tengo dudas que un damnificado tiene una responsabilidad social porque su presentación puede evitar que haya más víctimas”, añadió en la entrevista con LA GACETA.
Nuevas y viejas modalidades
“Está en auge el robo de datos a través de videollamadas por redes sociales. El estafador se hace pasar por un representante de entidades públicas o privadas. A través de ese sistema de comunicación, logran ‘capturar’ el código de verificación. Así logran tomar el control de la cuenta para cometer la estafa”, indicó Luis Ybarra que, junto a la comisario Juana Estequiño, están al frente de Delitos Telemáticos.
EN PLENA TAREA. Efectivos policiales en un allanamiento buscando evidencias en un caso de estafa.
El investigador también informó que aumentó el número de casos de phishing. “Siempre está presente, pero ahora hay una nueva tendencia. Se envían mensajes muy convincentes sobre amenazas de seguridad para que el damnificado ingrese rápidamente sus datos”, destacó el oficial Ybarra. “La víctima, por miedo o por estar apurada, termina ingresando su usuario y contraseña o código de seguridad sin verificar previamente que se trata del sitio oficial de la empresa. Mientras tanto, el delincuente virtual observa todo en tiempo real”, agregó.
“Las personas pueden tomar algunos recaudos para no ser sorprendidas”, advirtieron Estequiño e Ibarra. “Nunca se debe compartir pantalla ni códigos de verificación con nadie, más aún si el pedido es de una empresa, ya que ninguna entidad responsable lo solicita. Desconfiar de las llamadas o mensajes inesperados que generan miedo o urgencia. Por último, siempre verificar por canales oficiales la veracidad de los pedidos antes de ingresar los links o entregar datos”, finalizaron.





















