Senado de la Nación. PRENSA SENADO
El oficialismo nacional se prepara para encarar esta nueva semana una etapa clave de su agenda legislativa en el Congreso, con dos desafíos centrales que pondrán a prueba su capacidad de articulación política. La prioridad estará puesta, por un lado, en avanzar con la aprobación del Presupuesto 2026 en la Cámara de Diputados y, por otro, en acelerar el tratamiento de la reforma laboral en el Senado, un proyecto que enfrenta una fuerte resistencia opositora y sindical.
Mientras el Presupuesto aparece como el objetivo más accesible, apoyado en el respaldo de gobernadores aliados, la denominada “modernización laboral” se perfila como el debate más complejo para La Libertad Avanza (LLA). La oposición cuestiona la intención de un trámite acelerado, el volumen del proyecto -que reúne 197 artículos- y la falta de margen para una discusión profunda.
En ese contexto, la jefa del bloque oficialista, Patricia Bullrich, busca cerrar el año con una media sanción que hoy aparece condicionada por los tiempos y los equilibrios políticos, consignó el diario LA VOZ de Córdoba.
El cronograma previsto es ajustado. El martes se conformarán las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto y Hacienda, y al día siguiente comenzaría el debate. La estrategia del oficialismo es habilitar un cuarto intermedio hasta el jueves, con la posibilidad de extenderlo al viernes, para intentar emitir dictamen. Cumplido el plazo reglamentario de siete días, las fechas posibles para la votación en el recinto serían el viernes 26, el lunes 29 o el martes 30, último día del período de sesiones extraordinarias.
Las tensiones ya se hacen sentir. Desde distintos bloques advierten que el tratamiento no podrá ser tan veloz como pretende el gobierno libertario, mientras otros legisladores remarcan la necesidad de introducir cambios. En paralelo, Bullrich inició contactos con senadores dialoguistas para recibir propuestas de modificaciones que permitan sumar apoyos sin desnaturalizar el proyecto.
La iniciativa incluye cambios estructurales en la legislación laboral, como la modificación de la base de cálculo de las indemnizaciones, la posibilidad de fraccionar vacaciones, la extensión de la jornada laboral mediante un banco de horas, nuevas modalidades de pago de salarios, límites a las cuotas sindicales, la eliminación de la renovación automática de convenios colectivos y la ampliación de los servicios esenciales que restringen el derecho a huelga.
El debate remite a antecedentes recientes, como el tratamiento de la Ley Bases, que también llegó al Congreso con un texto amplio y terminó siendo aprobado tras numerosas concesiones. En este caso, el peronismo ya anticipó una estrategia de dilación, con cuestionamientos formales, pedidos de audiencias con invitados y una movilización convocada por la CGT a Plaza de Mayo.
En este escenario, el desenlace de la reforma laboral dependerá en buena medida de senadores de bloques provinciales que aún no definieron su postura. Entre ellos se destacan legisladores de Córdoba, Misiones, Chubut, Neuquén, Tucumán, Salta, Santa Cruz y Corrientes, sobre quienes también incidirá la presión de los gremios en sus distritos.
En paralelo, en la Cámara de Diputados el oficialismo apuesta a un avance rápido del Presupuesto 2026. La hoja de ruta contempla la constitución de la comisión el lunes, la firma del dictamen el martes y la votación en el recinto el miércoles, con el objetivo de que el Senado tenga margen para completar el trámite antes del cierre de las extraordinarias.
Para asegurar los votos, el Gobierno negocia con los gobernadores la incorporación de cambios al proyecto, mientras avanza en otras iniciativas que podrían acompañar el debate presupuestario, como la denominada ley de “inocencia fiscal”, orientada a promover la formalización de ahorros y brindar seguridad jurídica a los contribuyentes.





















