Santoral del 15 de diciembre: celebración de Santa María Crucificada de la Rosa, quien descubrió su vocación trabajando en una fábrica

Santa María Crucificada de la Rosa, religiosa italiana y fundadora de la Congregación de las Siervas de la Caridad.

Santoral del 15 de diciembre: celebración de Santa María Crucificada de la Rosa, quien descubrió su vocación trabajando en una fábrica
14 Diciembre 2025

Este 15 de diciembre, el santoral católico celebra a Santa María Crucificada de la Rosa (1813–1855), también conocida como Santa María de la Rosa, una mujer que transformó su experiencia en el mundo laboral y social en una profunda vocación de servicio cristiano.

Hija de un empresario y una condesa

Paola Francesca Di Rosa —su nombre secular— nació el 6 de noviembre de 1813 en Brescia, Italia. Era hija de don Clemente Di Rosa, un próspero industrial dueño de una gran hilandería, y de Camilla Albani, perteneciente a una familia noble que ostentaba el título de condesa.

Durante su infancia fue educada por las Hermanas de la Visitación, pero su vida cambió drásticamente en 1824, cuando murió su madre. Con apenas 11 años, Paola comenzó a trabajar en la fábrica familiar.

Un llamado que nació en una fábrica

El contacto cotidiano con las duras condiciones laborales que sufrían muchas mujeres marcó profundamente a la joven. Años más tarde expresaría una frase que sintetiza su espiritualidad: “Yo sufro viendo el sufrimiento de otros”.

A los 17 años, decidió consagrar su vida a Dios a través del servicio a los más necesitados. Organizó a las trabajadoras de la hilandería para crear redes de ayuda solidaria entre sus familias, iniciativa que contó con el apoyo de su padre, quien incluso le confió la administración total del establecimiento cuando ella tenía solo 19 años.

Compromiso social y fe activa

Sobre la base de ese grupo de mujeres, María formó una asociación religiosa que fortalecía la fe católica y el apoyo mutuo. Al mismo tiempo, participaba activamente en su parroquia, organizando retiros espirituales y misiones en zonas alejadas de Brescia, con especial atención a mujeres abandonadas.

En 1836, durante la epidemia de cólera que azotó la ciudad, fue nombrada directora de talleres municipales destinados a niñas huérfanas. A pesar de su juventud, su labor fue tan destacada que ganó la confianza y el reconocimiento de toda la comunidad.

Educación, caridad y atención a los enfermos

Convencida de la necesidad de una formación integral, abrió un internado para niñas huérfanas y pobres, que luego se transformó en un importante centro educativo. Más adelante, fundó también un instituto para niñas sordomudas, ampliando su misión caritativa.

En 1840, dio el paso decisivo de su vida espiritual: fundó la Congregación de las Siervas de la Caridad, dedicada principalmente al cuidado de los enfermos en hospitales. Comenzó con cuatro jóvenes y, en apenas tres meses, la comunidad creció a 32 religiosas. María fue elegida superiora por unanimidad.

Muerte, canonización y legado

Santa María Crucificada de la Rosa murió el 15 de diciembre de 1855, a los 44 años, con fama de santidad. Su congregación fue aprobada oficialmente por la Santa Sede en 1850, durante el pontificado del Papa Pío IX.

El proceso de canonización se inició en 1913. Fue beatificada por Pío XII en 1940 y canonizada por el mismo pontífice el 12 de junio de 1954, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

Hoy, su figura es recordada como un ejemplo de fe encarnada en el trabajo, la caridad y la justicia social, especialmente al servicio de mujeres, niñas y enfermos.

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