Con un gol de Bruno Medina, Tucumán Central tomó ventaja frente a San Pablo

El “Rojo” ganó 1-0 en un partido trabado y definirá la serie como visitante en el Regional Federal Amateur.

ROMPIÓ LA SEQUÍA. Bruno Medina anotó su primer tanto en el Regional Federal Amateur. ROMPIÓ LA SEQUÍA. Bruno Medina anotó su primer tanto en el Regional Federal Amateur. Gentileza Luciana Ramón.

Bruno Medina, sin duda, es el principal referente de Tucumán Central. Busca, pelea, lucha y tiene un olfato invaluable. Huele el peligro, levanta la mirada y saca a relucir sus armas. Eso hizo a lo largo de todo el año. Esa fue una de las razones por las que se convirtió en el “hombre-gol” de la Liga Tucumana, con 18 tantos, y por la que volvió a ser decisivo en el duelo frente a San Pablo, por la ida de los cuartos de final del Regional Federal Amateur. El “9” controló una salida de Patricio Krupoviesa, aprovechó el mal posicionamiento del arquero Maximiliano Flores y, con un latigazo de media distancia, puso el 1-0 definitivo.

A lo largo de la temporada, el “Rojo” se destacó por su efectividad. En varios partidos sacó a relucir la calidad de su tridente ofensivo: Diego Velárdez, Nelson Martínez Llanos y el propio Medina. Walter Arrieta logró que los tres generaran una química especial, apoyada en la velocidad y la explosividad. Y cuando los planes no funcionaban, el equipo siempre encontraba la manera de golpear en los momentos decisivos. Así lo demostró ante Graneros, en la fase de grupos del Regional, y lo ratificó en los octavos frente a Sportivo Guzmán. Y esta vez, el encargado de aparecer y rematar fue Medina.

Medina vivió un 2025 cambiante, que terminó con alegría. Comenzó sin minutos en Sarmiento de La Banda, en el Federal A, regresó a Tucumán Central y se volvió clave para que el “Rojo” consiguiera su primer título en la Liga Tucumana. En la final frente a Concepción FC, armó una jugada, lanzó un pase al medio y Martínez Llanos anotó el 1-0. Frente a San Pablo, volvió a ser fundamental en un partido trabado, difícil y muy disputado.

Es cierto: ninguno de los dos equipos logró controlar el juego y la profundidad fue un recurso escaso. Aun así, San Pablo estuvo cerca de abrir el marcador. El defensor central Federico Duguech quedó mano a mano frente al arco, remató fuerte, pero el arquero Daniel Moyano reaccionó a tiempo y desvió el disparo. Era la jugada ideal, la pelota deseada, pero no pudo romper el cero. Como dato curioso, Tucumán Central anotó el gol apenas dos minutos después de esa acción. Medina apareció en el momento justo para destrabar el duelo.

El inicio del segundo tiempo se demoró debido a que un hincha de San Pablo debió ser asistido tras desmayarse en la popular visitante. El espectador fue trasladado en ambulancia, y el árbitro no pudo reanudar el juego hasta contar nuevamente con la cobertura médica correspondiente, tal como lo establece el reglamento del torneo.

A ese parate se sumó la lluvia, que poco a poco comenzó a hacerse protagonista y obligó a los hinchas del “Rojo” a buscar refugio. La postal más curiosa se dio debajo de la tribuna de la calle La Rioja, donde muchos fanáticos se guarecieron para seguir el partido.

Luego de todo ello, el duelo continuó con mayor intensidad. San Pablo intentó lastimar con remates de media distancia, que encontraron siempre una respuesta segura en Moyano. Tucumán Central, en tanto, buscó ampliar la ventaja a través del contragolpe, pero sin precisión en los metros finales. Ninguno logró torcer el desarrollo.

El 1-0 le dio la ventaja al “Rojo”, pero no cerró la historia. La serie quedó abierta y promete un desenlace ajustado. San Pablo ya demostró que puede generar peligro y que no necesita demasiado para lastimar. Tucumán Central, en cambio, volvió a apoyarse en su eficacia y en la aparición de su referente. La revancha exigirá concentración, paciencia y carácter. Porque en una llave tan pareja, cualquier detalle puede torcer el rumbo y todavía queda mucho por jugar.

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