Cómo es la estrategia del “triple escudo” para blindar el norte de Chile frente al crimen organizado transnacional
La seguridad se convirtió en el pilar central del programa de gobierno encabezado por el presidente electo de Chile, José Antonio Kast, que plantea una ofensiva integral contra el crimen organizado, el narcotráfico y el contrabando. La propuesta se estructura en tres grandes ejes y 33 medidas, con la premisa de comenzar su implementación desde el primer día de su administración. El diseño general responde a un concepto definido como “triple escudo”, que busca cerrar el paso a las organizaciones criminales en la frontera, en las rutas y en las comunas.
Desde el comando explican que la estrategia parte de un diagnóstico claro: el delito dejó de ser un fenómeno local y pasó a operar bajo lógicas transnacionales. En ese contexto, advierten que ningún sistema aislado resulta suficiente para frenar a redes que combinan tráfico de drogas, contrabando, trata de personas y lavado de activos a gran escala. Por eso, el plan propone capas sucesivas de control, pensadas para actuar de manera coordinada y permanente.
La frontera norte de Chile comprende los límites internacionales con Perú, Bolivia y Argentina, abarcando amplios territorios de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. Se trata de una zona extensa y de alta complejidad geográfica, con pasos fronterizos formales y numerosos cruces no habilitados que atraviesan desierto, altiplano y áreas cordilleranas. Estas características la convierten en un punto estratégico tanto para el comercio regional como para el accionar de redes de crimen organizado vinculadas al narcotráfico, el contrabando y la migración irregular.
Rutas bajo vigilancia: frenar la transcriminalidad
Uno de los ejes centrales del plan es el Escudo en Ruta, concebido como la segunda línea de defensa luego del control fronterizo. La iniciativa apunta directamente a la Ruta 5, considerada el principal corredor terrestre del país y la vía por la que circula buena parte del transporte de carga legal e ilegal desde el norte hacia el centro y sur de Chile.
La premisa es clara: si las organizaciones criminales logran vulnerar el control en frontera, el desplazamiento interno no será libre. La estrategia busca interceptar la denominada “transcriminalidad” antes de que consolide su presencia en el resto del territorio nacional.
Puestos de control total: los embudos del norte
El Escudo en Ruta se apoya en la instalación de tres puestos de control total en puntos estratégicos del Norte Grande y Norte Chico. Estos lugares fueron seleccionados tras un análisis geográfico y vial que identificó zonas donde el tránsito pesado no tiene alternativas de desvío, convirtiéndose en verdaderos “embudos” para el transporte de carga.
Los puntos definidos son La Negra, en la Región de Antofagasta; Challar Norte; y Huente Lauquén. Allí funcionarán centros de fiscalización permanente, comparables a aduanas interiores, con presencia de personal multiagenciado: Carabineros, Policía de Investigaciones, Aduanas, Servicio de Impuestos Internos y personal militar.
El equipamiento previsto incluye escáneres de rayos X, densímetros, fibroscopios para inspección de cargas, controles migratorios a cargo de la PDI y el uso de canes especializados en detección de drogas. El objetivo es inspeccionar de forma exhaustiva vehículos y mercancías, reduciendo al mínimo las posibilidades de traslado de contrabando o sustancias ilícitas.
Controles móviles y tecnología integrada
A los puestos fijos se sumará una red de 10 puntos de control adicionales, asociados en su mayoría a cuarteles y tenencias de carretera. Estos controles tendrán carácter fijo y móvil, con capacidad de desplazamiento en un radio de hasta 10 kilómetros, lo que permitirá adaptarse a cambios en los flujos delictivos.
El plan también contempla la integración de 150 puntos críticos y más de 1.000 cuadrantes al sistema de inteligencia policial, con el fin de anticipar movimientos de organizaciones criminales y coordinar respuestas rápidas.
Uno de los elementos más destacados es la instalación de 30 pórticos inteligentes lectores de patentes en las rutas principales de la macrozona norte. A diferencia de los sistemas actuales, que operan de forma fragmentada, estos pórticos estarán conectados en una plataforma multiagenciada, capaz de cruzar información en tiempo real mediante analítica avanzada e inteligencia artificial. El sistema permitirá detectar vehículos con encargo, rutas sospechosas o patrones de desplazamiento vinculados al crimen organizado y activar alertas inmediatas a las fuerzas de seguridad.
Mensaje a prófugos y respaldo legal
El plan de seguridad también pone el foco en la búsqueda activa de prófugos de la justicia que cuentan con órdenes de detención o condenas pendientes. Desde el equipo de Kast sostienen que se promoverá un endurecimiento del marco legal para quienes sean capturados, incentivando la entrega voluntaria como alternativa a sanciones más severas.
En paralelo, el programa impulsa la conformación de un acuerdo legislativo amplio, bajo la premisa de que la lucha contra el crimen organizado no distingue colores políticos. El objetivo es acelerar las reformas legales necesarias y evitar períodos de transición que, según el diagnóstico del comando, suelen ser aprovechados por las redes delictivas para eludir la acción del Estado.
El triple escudo: una estrategia en capas
La propuesta de seguridad se articula bajo el concepto del “triple escudo”, que integra tres niveles de control:
Escudo Fronterizo, como primera barrera frente al ingreso de delincuencia organizada.
Escudo en Ruta, orientado a interceptar el delito en los principales corredores viales.
Escudo Comunal, enfocado en reforzar la seguridad dentro de las ciudades y territorios locales.
El Escudo Fronterizo contempla controles en los ámbitos terrestre, marítimo y aéreo, con un fuerte respaldo tecnológico mediante drones, sensores y cámaras de vigilancia. Desde el comando reconocen que ninguna frontera es completamente infranqueable, razón por la cual el diseño asume posibles vulneraciones y las compensa con capas sucesivas de control interno.




















