BRILLANTE TEMPORADA. María Emilia Filgueira fue campeona mundial, sudamericana y ganó el Trasmontaña en damas Elite. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
Hubo aplausos que sonaron distinto. No por el volumen, sino por lo que cargaban adentro. Porque cuando el deporte se celebra de verdad, no se premia sólo el resultado, sino el camino, las horas de entrenamiento, el sacrificio que no siempre se ve. Así fue el clima que envolvió a la 21ª edición de la Fiesta del Deporte de LA GACETA, una noche que volvió a poner en escena lo mejor del deporte tucumano y a quienes lo sostienen con pasión, constancia y talento.
El encuentro fue, una vez más, un éxito rotundo. Atletas de 25 disciplinas recibieron su reconocimiento como los mejores del año en sus especialidades, en una muestra clara de la diversidad y el nivel que atraviesa al deporte provincial. Pero, como marca la tradición, todas las miradas se concentraron al final, cuando llegó el momento del premio más esperado: el Deportista del Año.
La distinción fue para María Emilia Filgueira, quien se impuso con 10 votos en una votación marcada por la paridad. La biker superó por apenas dos sufragios al tirador Joaquín Cisneros (h), mientras que el boxeador Rodrigo “C4” Ruiz completó el podio con seis votos, confirmando el altísimo nivel de los atletas tucumanos.
Filgueira, de 42 años y representante de Juan Bautista Alberdi, coronó una temporada excepcional. Se consagró campeona mundial UCI 2025 en la especialidad cross country, en la categoría 40 a 44 años, en Australia, ante las mejores bikers masters del planeta. Además, fue campeona sudamericana de XCC y XCO en Chile y se quedó con el Rally Trasmontaña, la prueba más emblemática del mountain bike nacional, en la categoría principal de damas.
Su regularidad fue tan impactante como sus títulos: ganó el Mundial en mayo, brilló en el Trasmontaña en agosto y confirmó su dominio en octubre con el Sudamericano. Un año perfecto, construido a base de esfuerzo y convicción.
Y así, con una historia que inspira y un aplauso que nació del reconocimiento genuino, la Fiesta del Deporte volvió a cumplir su misión: recordar que detrás de cada medalla hay una vida dedicada a creer, pedalear y no rendirse jamás.






















