“Es una caricia al alma”: las familias celebraron los premios en la Fiesta del Deporte de LA GACETA

Con cada distinción, los familiares de los deportistas expresaron orgullo y satisfacción por el sacrificio, el amor y la dedicación que siempre los acompañó en el camino deportivo.

APOYO INCONDICIONAL. Las familias de los atletas acompañaron a los premiados en la Fiesta del Deporte 2025. APOYO INCONDICIONAL. Las familias de los atletas acompañaron a los premiados en la Fiesta del Deporte 2025.
Hace 3 Hs

No subieron al escenario ni recibieron estatuillas, pero fueron parte central de la noche. Desde sus lugares, los familiares de los deportistas vivieron la Fiesta del Deporte de LA GACETA con una intensidad distinta: cada nombre anunciado condensó años de acompañamiento silencioso, sacrificios cotidianos y una fe inquebrantable. Para ellos, el reconocimiento no fue sólo un premio, sino la confirmación de un camino recorrido en familia.

Para Joaquín Ramiro Cisneros, padre del tirador Joaquín Cisneros (h), la emoción estuvo atravesada por la historia y la herencia. El reconocimiento a su hijo representó la continuidad de una tradición familiar que ya suma tres generaciones ligadas al tiro deportivo. “Para mí, como padre, lo más fuerte es verlo a mi hijo recibir un premio y sentir que todo lo que hicimos valió la pena; es una emoción muy grande, porque detrás hay años de sacrificio y una historia familiar que sigue viva”, expresó.

Irma Pérez, mamá del atleta Ezequiel Chavarría, vivió la ceremonia desde un lugar nuevo. Fue la primera vez que se animó a acompañarlo en una distinción y la experiencia la desbordó de orgullo. “Es lo mejor que me pudo haber pasado en la vida verlo ahí, reconocido por todo lo que hace; nada es fácil y él sufrió mucho para llegar, por eso este momento es tan especial”, contó, emocionada.

En el fútbol, Hugo Corbalán aportó una mirada doble: la del ex técnico y la del familiar cercano de Pablo Lencina. Desde ese lugar, valoró el reconocimiento como un respaldo al esfuerzo cotidiano. “Es una caricia al alma, porque uno sabe todo lo que trabaja, lo que resigna y lo que cuesta hacerse un lugar en el fútbol; este premio llega en un momento importante y sirve para seguir creciendo”, afirmó, convencido de que aún queda camino por recorrer.

Desde la natación, María Luisa Esteban habló con la emoción serena de una abuela presente. Acompañó a Juan Pablo Torres en entrenamientos y competencias, y vivió la distinción como un logro compartido. “Para mí, como abuela, es lo máximo; verlo recibir este reconocimiento después de tanto entrenamiento y esfuerzo es una alegría inmensa, y yo siempre estuve ahí para acompañarlo”, aseguró.

El básquet tuvo su voz en Sergio Reynaldo Osores, padre de Pablo Osores, quien habló desde la experiencia propia como ex jugador. “Es un orgullo inmenso ver a un hijo recibir un premio por todo el sacrificio que hace; hay momentos buenos y malos, pero siempre hay que estar para apoyarlo y ayudarlo a levantarse”, explicó, destacando el rol de la familia en los momentos más difíciles.

Finalmente, Yanina Campero habló desde el lugar de hermana. Acompañar a Rocío Campero en el hockey implicó aprender a entender derrotas, frustraciones y desafíos, incluso a la distancia. “El reconocimiento la motiva a seguir, porque detrás hay muchas luchas internas y procesos que no se ven; como familia sabemos todo lo que le costó llegar hasta acá”, señaló.

Así, entre aplausos y emociones compartidas, la noche dejó una certeza clara: detrás de cada deportista hay una familia que empuja, sostiene y cree. En ese acompañamiento silencioso, muchas veces, se construye el verdadero triunfo.

Comentarios