Fiesta del Deporte: la noche en la que el deporte tucumano volvió a reencontrarse

La tradicional ceremonia regresó al formato de gala, premió a 25 disciplinas y celebró el esfuerzo, la diversidad y la emoción compartida. María Emilia Filgueira fue elegida Deportista del Año y Anbar Victoria Acevedo recibió el premio de la gente.

ATENTOS. Los presentes en la gala estuvieron atentos a cada momento y a los detalles de los conductores Carolina Servetto y Bruno Farano. ATENTOS. Los presentes en la gala estuvieron atentos a cada momento y a los detalles de los conductores Carolina Servetto y Bruno Farano. LA GACETA / Osvaldo Ripoll
Hace 3 Hs

La Fiesta del Deporte LA GACETA 2025 no fue una noche más. Fue, sobre todo, un reencuentro. Con el aplauso compartido, con la emoción sin apuro y con esa liturgia que sólo aparece cuando el deporte deja de ser resultado y vuelve a ser historia, proceso y comunidad. Después de dos ediciones en formato televisivo, la gala regresó al escenario clásico de los grandes encuentros: un hotel, un salón colmado y un clima que mezcló expectativa, nervios y orgullo.

El regreso a la gala presencial no fue un detalle menor. En el salón principal del Sheraton Tucumán Hotel, deportistas, familias enteras, entrenadores y dirigentes volvieron a mirarse a los ojos; a esperar juntos, a celebrar sin pantallas de por medio. Hubo abrazos largos, silencios tensos antes de los anuncios y aplausos que, como suele pasar en estas noches, sonaron distinto: no por el volumen, sino por todo lo que llevaban adentro.

Esta 21ª edición tuvo además una particularidad que marcó su dimensión: se ampliaron las categorías. Fueron cinco disciplinas más que en la edición anterior, hasta completar un total de 25 deportes premiados, una radiografía amplia y diversa del deporte tucumano. Atletismo, automovilismo, básquet, boxeo, ciclismo, fútbol, futsal, golf, handball, hipismo, hockey, mountain bike, motociclismo, natación, pádel, patín, pato, polo, rugby, softbol, taekwondo, tenis, tiro, turf y vóley. Un mapa completo, sin jerarquías, que puso en el mismo plano a disciplinas profesionales y amateurs, individuales y colectivas, tradicionales y emergentes.

Antes de que se encendieran las luces de la gala, hubo otro momento crucial, casi invisible para el público, pero central para el espíritu del premio. La votación se realizó apenas un rato antes, en uno de los salones del hotel. Allí se reunieron 47 personas: periodistas de LA GACETA, colegas de otros medios y personalidades del ámbito deportivo. Fue una votación presencial, debatida, marcada por la paridad y el respeto. Cada voto tuvo peso y cada nombre sobre la mesa representó una historia de esfuerzo.

Esa paridad se reflejó luego en el desenlace. Cuando llegó el momento del premio mayor, el clima cambió. Con los ternados sobre el escenario y el salón en silencio, el anuncio confirmó lo ajustado de la elección. El premio Deportista del Año fue para María Emilia Filgueira, que se impuso con 10 votos en una definición cerrada. Detrás quedaron el tirador Joaquín Cisneros (h), con ocho, y el boxeador Rodrigo “C4” Ruiz, con seis. No fue sólo un resultado; sino también la síntesis de un año deportivo de altísimo nivel.

Filgueira, biker de 42 años oriunda de Juan Bautista Alberdi, coronó una temporada extraordinaria: campeona mundial UCI 2025 en Australia, campeona sudamericana en Chile y ganadora del Rally Trasmontaña, la prueba más emblemática del mountain bike nacional. Pero su discurso fue más allá del logro personal. Pidió visibilidad para todos los deportes, recordó que muchas disciplinas se sostienen “a pulmón” y agradeció a su familia; ese sostén silencioso que acompaña cada entrenamiento. El aplauso que la envolvió tuvo algo de reconocimiento colectivo.

Otro de los momentos más emotivos de la noche llegó con el Premio al Deportista de la Gente. A través de la votación en LAGACETA.com, el público eligió a Anbar Victoria Acevedo, joven patinadora que atraviesa un crecimiento sostenido a nivel nacional e internacional. Su premio fue recibido por su madre, Fátima, ya que la deportista se encuentra entrenándose en Buenos Aires. La escena, íntima y sincera, resumió el espíritu de la fiesta: detrás de cada atleta hay una familia que acompaña, espera y cree.

Además de los premios principales, la gala incluyó cinco menciones especiales, reconocimientos que destacaron trayectorias, valores y aportes que trascienden la competencia pura. Fueron instantes breves, pero cargados de sentido, que ampliaron el foco y reforzaron la idea de que el deporte también se construye desde otros lugares.

La presencia del público fue otro de los rasgos distintivos de la noche. Muchas familias ocuparon las sillas, siguieron cada anuncio y se quedaron hasta el final. También el jurado permaneció durante toda la ceremonia, acompañando cada entrega, cada ovación y cada emoción. No hubo apuros ni retiros anticipados: la fiesta se vivió completa, como si todos entendieran que no se trataba sólo de premiar, sino de compartir.

Cuando las luces empezaron a apagarse y los protagonistas bajaron del escenario, quedó una sensación clara. La Fiesta del Deporte LA GACETA 2025 no fue sólo un evento; también fue una reafirmación. La reafirmación del valor del esfuerzo, de la diversidad deportiva y de una comunidad que necesita estos espacios para reconocerse. En tiempos de vértigo, la noche ofreció algo simple y poderoso: detenerse a aplaudir el camino recorrido.

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