A 250 años del nacimiento de Jane Austen

El aniversario de la autora de Orgullo y prejuicio desencadenó múltiples celebraciones alrededor del mundo. El libro Queremos tanto a Jane es un homenaje y también una invitación a descubrir o redescubrir distintos aspectos de la escritora. “Nos llaman los Janeites. El término, utilizado ya desde el siglo XIX, designa a quienes sentimos una conexión emocional intensa con las novelas, los personajes y el universo moral de Austen. Carga con un matiz de burla -por los excesos que puede implicar esa devoción-, pero también con un fuerte componente de orgullo por la pertenencia”, dice Libedinsky.

A 250 años del nacimiento de Jane Austen
Hace 15 Hs

Por Flavio Mogetta

Para LA GACETA - BUENOS AIRES

“¿Querés que me ponga el bonete mientras hacemos la entrevista?”, pregunta risueña y recién llegada desde Estados Unidos a nuestro país la periodista y escritora Juana Libedinsky. Y es que las y los fanáticos de Jane Austen alrededor del mundo se encuentran celebrando desde que comenzó 2025 ya que transitamos el 250° aniversario del nacimiento de la escritora británica autora de obras imborrables como Emma, Orgullo y prejuicio o Sensatez y sentimiento.

Como parte de los festejos hubo a lo largo del año y en todo el mundo distintas actividades y eventos para homenajear a Austen, Queremos tanto a Jane, el libro de Libedinsky de reciente aparición, también lo es. “Diría que es como un libro de sociología de la literatura, si hay que ponerlo en una casilla. Y justo una de las cosas que tiene muy especial y es que es un conflicto permanente entre quienes están en este ambiente, porque tradicionalmente se supone que tiene que existir una distancia crítica con el objeto de estudio para poder analizarlo lo más objetivamente posible. Y esto es lo que es tan raro dentro de lo que es estudios de Jane Austen, porque hay tanta gente que te dice ‘soy lectora, soy académica especializada y además soy fan’ y tienen mucho conflicto a la hora de abordar algo que les gusta mucho. Pero al mismo tiempo cuento que descubrí esta enorme democracia, por llamarlo de alguna forma, y esta sensación de comunidad muy abierta que hay entre quienes llegan a Jane Austen desde lugares totalmente distintos que históricamente se mirarían mal o se ningunearían. Por ejemplo, en la gran reunión anual de la Jane Austen Society de América del Norte tenés desde académicos súper especializados que viven en su torre de marfil y gente que vio una de las películas o se enteró que el próximo Mister Darcy va a ser pelirrojo y está escandalizada”.

-Al descubrir el fanatismo mundial alrededor de la figura de Austen con los Janeites. de manera automática -y salvando las distancias- uno traza un puente con el universo de las swifties alrededor de la cantante Taylor Swift.

-Es que no me parece que haya una enorme distancia. Me encanta el humor, la ironía, y saber si el autor me está haciendo reír o se está riendo de mí, o de todo un poco a la misma vez. Pero siempre para mí, el tema de la lectura era una pasión entre uno y la hoja escrita, algo muy individual. Y después sí, hice mi tesis en una maestría en sociología de la cultura sobre la lectura dentro de Jane Austen. Mi gran descubrimiento fue el tema del fandom, que explota este año con miras al gran aniversario, este 16 de diciembre. Comparte muchísimo de lo que ves en los que les encanta Star Comic-Con o las que les encanta Taylor Swift.

Es como una forma de legitimar tu fanatismo al hacer ciertas cosas que son como exteriorizaciones performativas. Lo que tiene esto de extraordinario es que es algo que no viene de la cultura popular, sino de la cultura más canónica. Y entonces en eso es un poco distinto a lo de Taylor Swift. Ahora, su último hit es sobre Ofelia de Hamlet, y ya se había metido antes con Romeo y Julieta, por lo que no descarto que en la próxima entre en la onda Jane Austen.

-Otro tema que aparece en el libro es la importancia de las traducciones y cómo una mala traducción puede echar a perder un libro.

-Es una gran bendición que estén saliendo nuevas traducciones en castellano. Está saliendo también por el aniversario, por ejemplo, una edición de Sensatez y sentimiento anotada y prologada por la traductora, que es argentina. Todas esas cosas hacen que sea mucho más accesible una obra que, si la lees de una forma súper simple, puramente el argumento, la disfrutás enormemente. Son estas historias maravillosas de enemigos amantes, de amigos amantes. Orgullo y prejuicio, Emma, que tienen las mismas estructuras narrativas que seguimos disfrutando tanto hoy. Y también hay otros niveles en los que, además, uno puede disfrutar o abrir vientos que hacen esta relación tan especial que uno puede tener como lector con una obra. Una mala traducción puede eliminar esas posibilidades. Pasa lo mismo muchas veces con las películas. Los Janeites, como llaman a los fanáticos de Jane Austen, originariamente eran hombres. El primer gran fanático fue Sir Walter Scott, el autor de Ivanhoe, la novela de caballería medieval más canónica. Las malas traducciones o las películas que simplemente ponen énfasis en la historia súper romántica, pero suavizan o eliminan la crítica social, la ironía, o los comentarios que se pueden leer de manera devastadora de estructuras como la patriarquía, el matrimonio y demás, todo eso para muchos críticos contribuyó a alejar a los hombres y para que se haya convertido en lo que llaman lectura de género.

-La subtrama o el detalle en apariencia innecesario que también permite reconstruir el contexto.

-Como el robo de una gallina en Emma, que no hace falta a la narrativa, no agrega nada, pero es un elemento simbólico de los problemas que estaba trayendo que se cerrara el pastoreo público en las tierras que antes permitían que esta gente más pobre pudiera ir a cazar. Y entonces este señor fabuloso que es Mr. Knightley en Emma, quizás no lo era tanto porque por su culpa -como parte de su clase- llevaba a la pobreza a toda esta gente.

-En las novelas de Austen -a diferencia, por ejemplo, de las de las hermanas Brontë- tenemos finales “felices” que permiten terminar la lectura si no es con una sonrisa al menos con alivio.

-Que sea literatura extraordinaria y que uno lo pase bien es una combinación irresistible. Ahora hay mucho debate. Ella escribe prolijamente dentro de las convenciones de la comedia romántica. La comedia romántica exige que se termine en boda. Ahora, toda esta nueva lectura está demostrando la cantidad de dudas que pone Jane Austen respecto a que efectivamente haya matrimonios felices. Y es una tras otra de sus novelas, que si bien terminan en el casamiento, con distintas cosas sus novelas son una patada fuertísima a uno de los pilares del patriarcado, que era el matrimonio. Lo fantástico es que hay buenos argumentos de un lado. y del otro. Como ella escribió solo seis novelas canónicas y la hermana quemó casi todas las cartas, no se casó y se sabe poco de su vida, es muy difícil encontrar elementos biográficos para contrastar y poder decir que quería decir esto o lo otro. Así que creo que con ese misterio se nos vienen por lo menos 250 años más de este tipo de análisis y relecturas.

-¿Por qué leer Jane Austen hoy?

-Qué bueno que es tener un poco de humor, un poco de ironía, un poco de amor. Y aunque se discuta si al final es bueno o malo el matrimonio, siempre está la esperanza. Y aunque haya crítica social, no es despiadada. Nunca se está riendo de otros. Pasa tan pocas veces en la literatura más canónica que uno pasa un muy buen momento y encima plantearse dudas o mirar de manera distinta muchos elementos de la realidad contemporánea. Con todo eso, las películas -tan buenas o tan malas- y lo divertido de admirarlas o criticarlas y ponerse cualquier disfraz tiene todavía ese costado performativo que yo descubrí. Creo que es difícil encontrar algo que no sea buenísimo. Vale la pena levantar la copa de ponche por los 250.

© LA GACETA

Perfil

Juana Libedinsky es columnista de La Nación y corresponsal cultural en Nueva York de El País (Uruguay). Graduada de la Universidad de San Andrés, realizó maestrías en Sociología de la Cultura en la UNSAM y en Reportaje y Crítica Cultural en la Universidad de Nueva York. Fue Wolfson Press Fellow en la Universidad de Cambridge. Es la autora de English Breakfast. El pensamiento británico hoy y Cuesta abajo (2024). Su trabajo fue publicado en Vanity Fair y Condé Nast Traveler. Es profesora de la maestría en Periodismo Cultural de la Universidad San Pablo de Madrid.

Jane Austen, mucho más que una autora de novelas románticas

Jane Austen nació en Hampshire en 1775 y murió joven, a los 41 años. Hija de un clérigo anglicano, creció en una familia numerosa con acceso a libros y a una educación poco común para las mujeres de su época, lo que le permitió desarrollar desde joven su talento literario. Comenzó escribiendo para su familia y publicó sus primeras obras de forma anónima, ya que no era bien visto que una mujer llevara una vida intelectual. Tras el rechazo inicial de First Impressions -novela que más tarde publicó bajo el título Orgullo y Prejuicio en 1813-publicó Sensatez y Sentimiento (1811), Mansfield Park (1814) y Emma (1815). Northanger Abbey y Persuasion fueron publicadas después de su muerte.

Más que una autora de novelas románticas, Jane fue una mujer muy adelantada a su tiempo. Dedicó su obra a retratar con humor y sarcasmo la alta sociedad inglesa describiendo sus normas y protocolos, especialmente rígidos para las mujeres, combinando romance y crítica social. En lo personal, Austen rechazó la única propuesta matrimonial que recibió eligiendo la independencia antes que un matrimonio sin amor.
Su aguda observación de la naturaleza humana, la ironía de sus personajes y la actualidad de los temas que aborda hacen que su obra siga vigente no solo en la literatura, sino también en las numerosas adaptaciones cinematográficas y series que se siguen produciendo.

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