Los síntomas en las manos.
Las manos suelen ser el espejo de lo que ocurre dentro de nuestro organismo. Aunque es común atribuir la hinchazón de los nudillos al trabajo diario o a pequeños traumatismos, los médicos advierten que un cambio persistente en la forma o el grosor de estas articulaciones podría ser el primer aviso de una condición seria: la hipercolesterolemia familiar.
Esta afección es un trastorno genético que dificulta que el cuerpo elimine el colesterol "malo" (LDL). Como consecuencia, este se acumula no solo en las arterias, sino también en los tendones, manifestándose como protuberancias o hinchazón en los nudillos, los codos o el tendón de Aquiles.
¿Qué significan los nudillos hinchados de las manos?
De acuerdo con la publicación de Mirror, una mala alimentación puede provocar la hinchazón en los nudillos, pero también puede tratarse de hipercolesterolemia familiar, una afección que “evita que el cuerpo se deshaga del tipo de colesterol que puede acumularse en las arterias y causar enfermedades cardíacas”, según explica Clínica Mayo.
Esta afección se caracteriza por los siguientes síntomas en el cuerpo:
- Depósitos de colesterol “malo” o LDL en las manos, codos y rodillas.
- Engrosamiento del tendón de Aquiles y en algunos tendones de las manos.
- Aparición de arco corneal, es decir un anillo blanco o gris alrededor del iris del ojo.
- El tratamiento para esta enfermedad pasa por llevar un estilo de vida saludable y el uso de una variedad de medicamentos.
¿Cómo bajar el colesterol alto?
La mejor manera de bajar el colesterol es llevar una dieta saludable como por ejemplo, el plan de alimentación DASH, según sugiere Medline Plus, que incluye grasas más saludables, como las carnes magras, nueces y aceites insaturados como aceites de canola, oliva y cártamo.
En este tipo de alimentación también se incluye:
Cereales como la avena y el salvado de avena.
Frutas como manzanas, plátanos, naranjas, peras y ciruelas.
Legumbres como frijoles, lentejas, garbanzos, frijoles de carete y habas.
Pescados rico en ácidos grasos omega-3, como el salmón, el atún (enlatado o fresco) y la caballa.
Limitar el consumo de sal.
Limitar el alcohol.





















