DESDE EL MAR El Departamento de Defensa de Estados Unidos difundió imágenes del lanzamiento misiles hacia territorios al noroeste de Nigeria.
LAGOS, Nigeria.- Nigeria proporcionó información a Estados Unidos sobre miembros del grupo yihadista Estado Islámico (EI) antes de los ataques del día de Navidad en el noroeste del país, que el presidente Donald Trump calificó de “poderosos y letales”.
El bombardeo en el país africano sigue a la afirmación de que, en los últimos meses, los cristianos enfrentan ahí una “amenaza existencial” equivalente a un “genocidio”, un argumento rechazado de plano por el gobierno nigeriano y analistas independientes.
El Pentágono confirmó que los ataques se produjeron con el visto bueno del gobierno nigeriano. El ministro nigeriano de Relaciones Exteriores, Yusuf Tuggar, declaró ayer al canal de televisión local ChannelsTV que “fue Nigeria quien proporcionó información” a Washington. Tuggar precisó que habló por teléfono con el secretario de Estado Marco Rubio. “Hablamos dos veces. Conversamos durante 19 minutos antes del ataque y luego volvimos a hablar durante cinco minutos antes de que comenzara”, dijo.
El jefe de la diplomacia nigeriana añadió que el presidente Bola Tinubu había dado “luz verde” a los ataques estadounidenses, y que podría haber más.
Los habitantes de los remotos pueblos del estado de Sokoto, cerca de Níger, se dijeron, aún en shock por los ataques. “Escuchamos una explosión que sacudió la ciudad y todo el mundo tuvo miedo”, declaró Haruna Kallah, residente de la localidad de Jobo.
“Al principio pensamos que pudiera tratarse de un ataque de Lakurawa”, un grupo armado relacionado con el Estado Islámico en el Sahel, indicó el testigo.
“Pero luego nos enteramos de que era un ataque de drones estadounidenses, lo cual nos sorprendió porque esta zona nunca ha sido un bastión de Lakurawa, y en los dos últimos años no sufrimos ningún ataque”, agregó.
Trump escribió en su plataforma Truth Social que “ya había advertido previamente a estos terroristas que, si no detenían la matanza de cristianos, lo pagarían caro”. Añadió que el “Departamento de Guerra realizó numerosos ataques perfectos” el día de Navidad contra objetivos del EI.
“Misericordia divina”
La forma y el tono con el que realizó y anuncio los ataques, Trump confirmó el giro del gobierno de Estados Unidos hacia un nacionalismo cristiano de una religiosidad agresiva.
En sus mensajes en vísperas de Navidad, el republicano no se molestó en usar las fórmulas de fraternidad habituales.
“Feliz Navidad a todos, incluida la escoria de la izquierda radical”, dijo el miércoles 24.
“¡FELIZ NAVIDAD a todos, incluidos los terroristas muertos, de los que habrá aún más si continúa su masacre de cristianos”, escribió el jueves 25, al anunciar ataques selectivos contra yihadistas en Nigeria.
En contraste, la Casa Blanca emitió más tarde ese día un mensaje tradicional cargado de citas bíblicas y firmado por el presidente y su esposa, Melania Trump, que pasan las fiestas de fin de año en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.
La palabra “Dios” aparece siete veces, mientras que la pareja presidencial asegura “rezar para que el amor infinito de Dios, su misericordia divina y su paz eterna se difundan sobre nuestro país y sobre el mundo entero”.
La agenda oficial no incluyó ninguna mención de participación en un servicio religioso el 24 o el 25 de diciembre.
Durante su primer mandato, el millonario de 79 años ya presumía de haber restablecido la expresión “Feliz Navidad”, reprochando a su predecesor, el demócrata Barack Obama, haberla abandonado en favor de “Felices Fiestas”, lo cual es falso.
Como los del presidente, los buenos deseos navideños del gobierno estadounidense han estado marcados este año por una religiosidad acentuada.
“Nación cristiana”
El Departamento de Seguridad Nacional, llamó en X a “conmemorar el milagro del nacimiento de Cristo”, mientras que el secretario de Estado evocó la promesa “de la vida eterna en Cristo”. El Pentágono acogió, por primera vez, un servicio religioso de Navidad el 17 de diciembre. Las referencias a Dios siempre han sido abundantes en el discurso político en Estados Unidos, un país que se define como “una nación bajo Dios”. Pero la Primera Enmienda de la Constitución, que garantiza la libertad de religión, establece la separación entre Iglesia y Estado y prohíbe el establecimiento de un culto oficial.
Eso no ha impedido al vicepresidente JD Vance impulsar la doctrina cristiana en todos los rincones de la política, desde la diplomacia hasta la inmigración.
“Hemos sido, y por la gracia de Dios, siempre seremos, una nación cristiana”, dijo en un acto organizado por el grupo conservador Turning Point USA. La afirmación le valió una ovación de pie.





















