El último y desgarrador deseo de Brigitte Bardot que dejó antes de morir
La leyenda del cine francés, Brigitte Bardot, falleció a los 91 años en su refugio de Saint-Tropez. El ícono que desafió a la moral de los años 50 y se convirtió en el rostro de la liberación femenina, pasó sus últimas décadas alejada de los flashes, dedicada por completo a su verdadera pasión.
Sin embargo, lo que más resuena hoy no es su pasado en la pantalla, sino la estricta voluntad que dejó para su despedida: un deseo que refleja su eterno desencanto con los seres humanos.
"Paz junto a mis animales": el refugio final en La Madrague
A diferencia de otras grandes estrellas que eligen funerales de Estado o panteones de lujo, B.B. fue clara. Su último deseo era ser enterrada en La Madrague, su icónica casa frente al mar, en un entorno privado y lejos de las multitudes.
"La paz que no he tenido en vida espero encontrarla enterrada junto a mis animales", había confesado en una de sus últimas entrevistas.
Para Bardot, los animales no eran mascotas, sino su verdadera familia. "Las bestias me merecen más confianza que muchos seres que se llaman a sí mismos humanos", escribió en su biografía, dejando en claro que prefería la compañía de sus perros y gatos antes que la de la alta sociedad parisina.
De Sex Symbol a activista indomable
Nacida en 1934 en una familia acomodada, su madre supo que su belleza sería su mayor arma. En 1956, la película "Y Dios... creó a la mujer" la catapultó como la máxima sex symbol mundial. Su melena rubia despeinada y su caminar descalzo en el Festival de Cannes rompieron todos los moldes.
Sin embargo, la fama le trajo un costo alto:
Amores escandalosos: cuatro matrimonios y una lista interminable de amantes.
Maternidad conflictiva: sobre su único hijo, Nicolas-Jacques, llegó a decir que el embarazo fue "un tumor que se alimentaba de ella".
Retiro prematuro: en 1973, en la cima de su carrera, abandonó el cine para siempre para fundar su organización de defensa animal.
Sus últimos días: "He vivido como he querido"
A pesar de su salud delicada, que la llevó a ser internada en varias ocasiones durante 2025, Bardot se mantuvo firme en sus convicciones hasta el final. En septiembre de 2024, al cumplir 90 años, se mostró serena ante el paso del tiempo.
"Respeto la ley natural de la vida, sin contradecirla. El tiempo me ha enseñado mucho", declaró. Bardot no le temía a la vejez ni a las arrugas; les temía a los abrigos de piel y al maltrato animal, causas por las que luchó hasta su último suspiro.

























