EN EL TECLADO. Mateo López comenzó en la percusión de niño, pero cambió de instrumento.
Mateo López tiene un fin de año soñado. El joven músico de 19 años, retoño de una familia donde los acordes circulan con naturalidad (es hijo del bajista Rony y hermano del baterista Camilo, con quienes incluso compartió escenario en la primera formación de los Primogénitos del Jazz), integró la Orquesta Popular Chivo Valladares -telonera del Megaconcierto de Navidad de la UNT, que tuvo a Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto de invitados- y ganó una beca internacional para estudiar en Estados Unidos a mediados de 2026.
La convocatoria fue de TEB NYC (“Tu Experiencia Broadway en Nueva York”) para perfeccionarse y consiste en dos semanas intensivas de formación académica y masterclass, con más de 60 horas de aprendizaje. “El programa está diseñado por un equipo de profesionales para llevar tu carrera al siguiente nivel. Además, generamos un espacio de networking y acompañamiento constante donde conocerás personas de todas partes del mundo con tus mismos sueños e intereses”, se anticipa en la convocatoria.
“Esta oportunidad me abrirá puertas para profesionalizarme, práctica y teóricamente, no solo en el género del jazz, donde me desarrollo, sino para enriquecerme en diversos géneros y culturas; por ejemplo una materia muy interesante que tendré será Solfeo Hindú”, le adelanta López a LA GACETA.
De los 3.500 postulantes que se presentaron a audicionar, entre Latinoamérica y el Caribe, quedaron seleccionados 30; sólo tres de ellos son de la Argentina y Mateo logró el puntaje más alto (y fue el único del interior del país) y, por ello, la beca más cuantiosa: “el valor total del programa es de USD 3.750, y obtuve U$S 1.200, que es lo máximo que reconocen, por lo que me falta abonar U$S 2.550. En total, debo reunir U$S 5.000 para afrontar todos los gastos que tendré, incluyendo pasajes aéreos y estadía, por lo que hemos iniciado una campaña de donaciones colaborativas a una cuenta de recaudación: labecademateo, cuyo titular es Ramón Valentín López”. Además, hasta el viaje habrá recitales especiales, sorteos y demás actividades.
- ¿Qué implica tener esta oportunidad en tu formación?
- Lo primero que viene a mi cabeza cuando pienso en esta beca, es lograr profesionalizarme en la música, adquirir conocimientos y herramientas para mi carrera como artista.
- ¿Cuál es el plan de estudios que tendrás?
- La carga horaria del plan de estudio será intensiva, con más de 60 horas semanales, por lo que cuento con diversas materias entre las que se encuentran composición, entrenamiento armónico del oído, cuatro niveles de ensamble e improvisación de jazz, entre otras. A su vez tendré oportunidad para tocar en vivo en un teatro de Nueva York y un tour por Berklee, la prestigiosa universidad de música.
- ¿Cómo fue el proceso de selección y en qué consistió?
- Consistía en una audición asincrónica en la cual debía tocar en mi instrumento un standard de jazz a mi elección. Elegí “All the things you are”, que es una obra bastante conocida del repertorio. La duración del video debía ser de 1,40 minuto, y debía tener una breve presentación a modo de introducción con el propósito de por qué quería obtener la beca. De nuestro país, hay dos personas de Buenos Aires y sólo yo de Tucumán. Las audiciones fueron ante un amplio jurado, entre los cuales se encontraba el bajista y director del apartado “Músico profesional” de la beca, Andrés Rotmitrovsky, quien se encargaba de corroborar que los participantes ganadores cumplan con todos los requisitos para ser seleccionados.
- ¿Cuáles son tus expectativas?
- Son amplias: primero que nada, espero que me ayude a enriquecerme musical y personalmente, y que logre intercambiar con mis futuros compañeros experiencias, culturas y aprendizajes. En segundo lugar, espero poder aprender para lograr transmitir las enseñanzas en mi provincia, a mi orquesta y a mis colegas que comparten esta hermosa profesión, todas las herramientas y los conocimientos adquiridos en esta experiencia. Como expectativa a nivel provincial, espero al volver poder aportar a la movida del jazz tucumano y apostar a la difusión del género para mantenerlo vigente y en crecimiento.
- ¿Haber empezado en una orquesta popular te dio una formación amplia?
- Marcó un antes y un después en mi vida, ya que fue la que me acercó a la música, guiándome a saber a que me quería dedicar por el resto de mi vida; ahí encontré mi vocación. Haber empezado en la Rolando Chivo Valladares me dio una base amplia porque al ser una orquesta barrial popular, desde temprana edad tuve un gran conocimiento a diversos géneros y estilos. Pude pasar por distintos instrumentos, iniciando por los percusivos (lo cual facilitó mucho más mi aprendizaje en el teclado). A su vez, la orquesta me ha aportado (al igual que a todos mis compañeros) más confianza a la hora de subir a un escenario, ya que les da protagonismo y participación a los niños desde muy pequeños. También, aportó a mi realización profesional ya que me cumplió el sueño de tocar con grandes artistas como Raly Barrionuevo, Bruno Arias, Franco Luciani, León Gieco y Nahuel Penissi, entre otros; y nos permitió a todos los chicos del barrio llegar a Buenos Aires y participar del encuentro Nacional de Orquestas “La cultura es la sonrisa”, donde fui dirigido por Popi Spatocco junto a otros 2.500 jóvenes músicos de toda la Argentina.
- Tu compromiso es fuerte...
- Con lo que la orquesta ha aportado a mi vida, sostengo que defender y apoyar a las orquestas barriales y populares es importante y necesario para seguir apostando a los sueños de los chicos que amamos la música y la transformamos gracias a ella.
- ¿En qué género te encontrás más cómodo?
- A lo largo de mi vida he pasado por muchos géneros musicales: cumbia, cuarteto, rock, metal, etcétera. Pero el que siempre estuvo presente y con el cual me siento más conectado, es el jazz. Desde mi infancia tuve gran interés y grandes influencias de ese estilo y desde siempre, en las bandas en las que participé intente darles una impronta jazzera, que es lo que me identifica.
- ¿Que tu viejo sea músico (y docente y director además) es bueno o malo?
- Que mi papá sea músico es algo muy bueno, ya que el me ayudó a impulsarme en que haya decidido dedicarme a lo artístico y siempre fue quien influenció y apoyó todas mis decisiones en esta profesión sin cuestionar mi camino. Gracias a él tuve mayor libertad a la hora de tocar e improvisar, ya que durante la pandemia, nos encerrábamos con mi hermano a aprender y disfrutar de la música. En gran parte, este amor se lo debo a él. Fue mi papá y mi mamá quienes me regalaron mi primer teclado, ya que vieron la pasión y el disfrute que me generaba este instrumento y yo no tenía uno propio.
- ¿Te abrió puertas tu apellido?
- Si bien mi papá tiene renombre en el ámbito del jazz tucumano, considero que muchos de mis logros fueron por mérito propio. A pesar de que es un músico destacado, siempre supo ser exigente y profesional conmigo, sin ningún tipo de favoritismo ni preferencias, ,me guió y apoyó en mi camino como lo hace con muchos otros músicos colegas.
- ¿Conocés algún otro músico que viajará?
- No conozco ningún otro músico que viajará ya que solo tres somos de la Argentina y el resto son de otros países; por ende todavía no establecí vínculo con nadie. Pero eso, a su vez, me da más entusiasmo para el viaje, porque son nuevos vínculos por descubrir.
- ¿En qué estás enfocado musicalmente en este momento?
- Actualmente me encuentro en varios proyectos, entre los que destaco mi proyecto con hermano y amigos, Kid’s, y los demás que consisten mayormente en tocar jazz en bares, festivales y teatros, y que tienen como objetivo principal conseguir ingresos para sustentar los gastos del viaje.
Desde los cinco años con banda propia
Mateo López comenzó su formación musical a los cinco años como percusionista de la Orquesta Popular Infanto Juvenil Rolando Chivo Valladares, donde luego pasó a ser tecladista. Hoy tiene 19 años y una extensa experiencia acumulada dentro y fuera de la provincia. Se recibió en la Escuela Superior de Educación Artística en 2024 y actualmente lleva adelante la banda Kid’s, un proyecto propio junto a su hermano y dos amigos, en paralelo a su trío Los Primogénitos del Jazz. Como músico sesionista, acompaña a artistas locales y de diferentes provincias: Emilio Díaz, Rony López, Vicky Fernández, Abril Sierra, Huguis López e Ismael Jordá, entre otros. Fue seleccionado en las becas TEB NYC con el mayor puntaje en la selección para perfeccionarse como Músico Profesional, con un programa diseñado por Andrés Rotmitrovsky.






















