Salud escolar: buen control físico, emocional y del lenguaje

La consulta al pediatra para obtener el certificado de aptitud física no debe ser meramente formal. Las mamás deben aprovechar la revisación médica.

26 Marzo 2003
Con cada inicio de clases, la lista de trámites y cosas para comprar es interminable. Y entre los pedidos de cuadernos de tapas duras, blocks de hojas y carpetas se cuela el del "certificado de aptitud física".
Nada mejor entonces que aprovechar esta ineludible visita al pediatra para hacer un examen exhaustivo, que permita detectar a tiempo posibles problemas de aprendizaje.
"La consulta al pediatra no debería ser una simple formalidad, sino una oportunidad para aclarar dudas que tienen que ver no sólo con la prevención de enfermedades sino también con la escolaridad, los hábitos de vida, la relación con la familia y la integración social de los chicos", señala el pediatra Hugo Sverdloff, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y presidente del IX Congreso de Pediatría Social que se realizará en mayo en San Miguel de Tucumán.
Así como en los primeros años de vida se hace un seguimiento del crecimiento y el desarrollo; en el ingreso a la escuela se deben tener en cuenta varios ítems:
En primer lugar, además de pesar y medir al niño hay que revisar el calendario de vacunación. A los 6 años, el esquema completo incluye:
Triple viral (sarampión, rubéola y paperas).
Triple bacteriana (difteria, tétanos y tos convulsa o coqueluche).
BCG (tuberculosis).
Sabín (antipoliomelitis).
Vacuna contra el haemophilus influenzae B: este bacilo produce diversas enfermedades, entre ellas meningitis y neumonía.
Hepatitis B: esta vacuna fue incorporada recientemente al calendario oficial durante el primer año de vida. También debería darse a partir de los 13 años.
Entre las no obligatorias, se debe consultar la conveniencia de aplicar vacunas contra:
Hepatitis A
Varicela
Antineumocóccica (protege contra ciertos tipos de meningitis, otitis media y neumonía).
Antigripal.

Exámenes psicofísicos
Para descartar posibles problemas de visión, el pediatra puede hacer un examen ocular simple, que consiste en mostrar al niño letras y figuras que debe reconocer a cierta distancia. Así se hace un primer diagnóstico, y ante cualquier duda se deriva al oftalmólogo infantil. También hay que controlar la audición. "En general los pediatras no tienen elementos para realizar una audiometría, pero se puede hacer una prueba sencilla, como poner al niño de espaldas y hablarle", señala Sverdloff.
Por otra parte, es imprescindible la revisación bucal. Se recomienda visitar periódicamente al odontólogo, a partir del surgimiento de los primeros dientes. El niño se familiarizará con el profesional y no le tendrá miedo.

El pie plano no se corrige
Otro punto importante a tener en cuenta es la postura y la locomoción. Revisar si existen desviaciones en la columna y observar cómo camina. En cuanto a los pies, han cambiado algunos criterios: hoy se sabe que el pie plano no se corrige y por lo tanto no requiere el uso de plantillas ni zapatos especiales, salvo cuando existe dolor.
El uso de la mochila no está contraindicado por los pediatras, pero con la condición de que no sea pesada, que el peso se reparta entre ambos hombros y que el apoyo esté en la zona lumbar (justo arriba de la cola), y no en la parte superior de la espalda. De lo contrario, lo mejor es usar un carrito con ruedas.

Hay niños que no quieren ir al "cole"
Así como algunos niños se alegran por el comienzo de las clases, para otros es una fuente de estrés y ansiedad. "Son chicos que se niegan a asistir al colegio, argumentando dolores físicos que desaparecen mientras están en casa. Si esta situación se vuelve frecuente, estamos frente a lo que se llama "fobia escolar" ?señala el psicólogo Gustavo Bogiaizian, especialista en trastornos de ansiedad y director de la Asociación Civil Ayuda?. Algunos refieren dolores de cabeza o de estómago antes de ir al colegio, y en otras ocasiones los padres son llamados para que los vayan a buscar".

Variedad de motivos
Las razones por las cuales no quieren asistir al colegio son variadas: temor a separarse de los padres, temor a ser burlado por los compañeros, a ser el último en lograr algo, a rendir exámenes, a romper o perder cosas, a llevar a la casa una evaluación negativa del colegio; a hacer algo ante un público como actuar o llegar tarde, entre otras.
Cualquiera sea el motivo, este no debe ser pasado por alto, ya que "una de las consecuencias de estar sometido a altos niveles de ansiedad es el descenso en el rendimiento académico por falta de concentración y memoria", advierte Bogiaizian.
Las fobias y ansiedades infantiles pueden ser tratadas, con técnicas que incluyen: relajación para reducir la ansiedad, técnicas cognitivas para cambiar los pensamientos negativos por otros más adaptativos, y la observación de modelos de conducta que les permitan enfrentar las situaciones con eficacia.

Examen clínico
* Medición de la altura y el peso, presión arterial, etc.
*Examen visual
* Auditivo
* Odontológico
* Controlar la postura y la columna vertebral
* Calendario de vacunación
* Control del habla y del lenguaje
*Prevención de accidentes
* En el caso de los adolescentes, prevención de las adicciones y de las enfermedades de transmisión sexual.

Corregir fallas del lenguaje
El pediatra siempre debe hacerse un tiempo para hablar con los padres de la prevención de accidentes, tanto domésticos como de tránsito, que son la primera causa de muerte en la infancia. También es importante hacer un control del desarrollo del lenguaje, que implica decodificación y nivel de pensamiento que, al ingreso escolar debe ser completo y perfectamente entendible. Si se detectan dislalias o fallas en la pronunciación, estas pueden corregirse con algunas sesiones de fonoaudiología.

Mucha fruta fresca y cereales
"Aunque no se consumen cereales y frutas por la mañana, un desayuno óptimo puede ser un café con leche o una chocolatada y un pan con manteca y dulce", señala el pediatra. "Y en lugar de galletitas, alfajores o golosinas para los recreos, pueden llevar una fruta, un sándwich o una barra de cereales". También es importante tener en cuenta quelas gaseosas son cariogénicas y suelen tener muchas calorías; los jugos de soja no reemplazan a la leche, y que los postres y helados deben reemplazarse por frutas frescas.


Se debe escuchar al chico, ya que una de las consecuencias de estar sometido es la desconcentración y el bajo rendimiento.

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