Hasta la fecha de juicio es un misterio en la investigación del crimen del juez Aráoz

¿Por qué lo mataron? ¿Quién o quiénes? ¿Con qué arma? ¿Quién utilizó su teléfono celular luego del crimen? A cinco años del homicidio del juez de Menores, Héctor Agustín Aráoz, la única certeza es que le dispararon nueve veces con una pistola calibre 9 milímetros en su casa de Yerba Buena, y murió desangrado.
Aunque ya culminó la instrucción, llevada a cabo por el fiscal Guillermo Herrera, todavía no se sabe cuándo serán juzgados la ex agente Ema Gómez, el ex oficial Darío Pérez y otros tres ex policías. Los jueces de la sala I de la Cámara Penal, Carlos Norry, Pedro Roldán Vázquez y Julio Espíndola Aráoz, están terminando de notificar a los acusados. Tras esto, se abrirá el período de presentación de pruebas, pero antes el tribunal deberá resolver una serie de oposiciones presentadas por los defensores. Ante este panorama, fuentes judiciales explicaron que es muy difícil que el debate oral y público se lleve a cabo el año que viene.
El 26 de noviembre de 2004, el juez Aráoz estaba en su casa, situada en avenida Aconquija 2.950. Según fiscal Herrera, el homicidio tiene ribetes pasionales; esta hipótesis es descartada de pleno por la familia de la víctima. Sin embargo, el fiscal afirma que Aráoz mantenía una relación sentimental con Gómez (a quien conocía por cuestiones laborales), y que Pérez era el tercero en discordia.
Esa tarde, afirma Herrera, la ex agente estaba en la casa del juez y, en determinado momento, comenzaron a discutir. Según esta versión, Gómez llamó a Pérez y utilizando su arma reglamentaria lo acribilló. Herrera les imputó el delito de homicidio agravado, y ambos estuvieron detenidos hasta el año pasado en la cárcel bajo el régimen de prisión preventiva.

Presunto encubrimiento
La tarde del crimen, los primeros en llegar a la casa de Aráoz fueron el comisario (r) Rodolfo Domínguez, el oficial (r) Andrés Faversani y el oficial Raúl Albornoz, a quienes había ido a buscar Gómez. Estos policías trabajaban en la comisaría de Banda del Río Salí y tuvieron que atravesar toda la capital y Yerba Buena para llegar al lugar del hecho. Herrera consideró que los uniformados trataron de encubrir el crimen, y, además de este delito, los acusó de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Aunque el expediente ya está en manos de los jueces de la sala I, aún no se sabe si el debate oral será el año que viene o, incluso, en 2011. Sucede que el fiscal de Cámara designado es Edmundo Botto, quien está a punto de abandonar su cargo, pues ya culminó los trámites de su jubilación. Una situación similar atraviesan los vocales Norry y Espíndola Aráoz, quien están gestionando su retiro. Según fuentes judiciales, si el tribunal queda con estas vacantes, se deberá recurrir a otros camaristas. Con este panorama, saber realmente si alguno de los principales acusados fue quién mató a Aráoz seguirá siendo un misterio por tiempo indeterminado.