28 Marzo 2011
SEGUIRA LUCHANDO. Aiziczon reconoció que hallar el cuerpo fue fundamental. LA GACETA/ANTONIO FERRONI Y JOSE INESTA
A una semana del crimen del profesor de tenis Pablo Aiziczon, su hermano, Fernando, rompió hoy el silencio y agradeció a la Policía por la celeridad con la que trabajó, a la sociedad por el apoyo brindado, y reconoció que llegó a pensar que el caso nunca se resolvería. "Si estaba enterrado en una montaña, no lo encontrábamos más. Gracias a Dios lo pudimos hallar. Si no, pasás los días de tu vida tratando de saber qué pasó. La Justicia dice que está todo resuelto. Ojalá que así sea", expresó en diálogo con LA GACETA.
Fernando, que también es profesor de tenis, reconoció que nunca se le ocurrió que la llamada que realizó pocas horas después de conocerse la desaparición fuera clave para avanzar con la investigación y para dar con los presuntos asesinos. "La llamada fue clave, sin querer. En la locura que tenía, uno nunca se imagina eso. Llamé porque estaba dispuesto a hacer cualquer cosa para saber qué pasó. Por suerte la Policía se movió muy rápido después del llamado", reconoció.
El hermano de la víctima, que compartía el grupo de amigos y de trabajo con él, confesó que sabía que algo raro había cuando Pablo no apareció durante un día. "Pensé lo peor. Tenía un presentimiento, lo conozco. Pablo siempre me avisaba cómo estaba, me mandaba mensajes. Compartíamos las amistades y el grupo de trabajo. Era una realción de amigos más que de hermanos", se sinceró.
Con las pistas obtenidas, los investigadores detuvieron, el viernes por la madrugada, en una vivienda de barrio Ciudad Parque, a Jorge Luis Borges y Linda Martínez, la pareja acusada del asesinato de Aiziczon. "Le pido a la Justicia que por favor esta gente no quede suelta. Hoy es Pablo y mañana puede ser cualquiera. Tenemos tantas personas buenas alrededor, que no queremos que esta gente (por los sospechosos) esté en la sociedad. Ojalá que esto tenga su fin y que los acusados no queden libres nunca más", finalizó Fernando. LA GACETA ©
Fernando, que también es profesor de tenis, reconoció que nunca se le ocurrió que la llamada que realizó pocas horas después de conocerse la desaparición fuera clave para avanzar con la investigación y para dar con los presuntos asesinos. "La llamada fue clave, sin querer. En la locura que tenía, uno nunca se imagina eso. Llamé porque estaba dispuesto a hacer cualquer cosa para saber qué pasó. Por suerte la Policía se movió muy rápido después del llamado", reconoció.
El hermano de la víctima, que compartía el grupo de amigos y de trabajo con él, confesó que sabía que algo raro había cuando Pablo no apareció durante un día. "Pensé lo peor. Tenía un presentimiento, lo conozco. Pablo siempre me avisaba cómo estaba, me mandaba mensajes. Compartíamos las amistades y el grupo de trabajo. Era una realción de amigos más que de hermanos", se sinceró.
Con las pistas obtenidas, los investigadores detuvieron, el viernes por la madrugada, en una vivienda de barrio Ciudad Parque, a Jorge Luis Borges y Linda Martínez, la pareja acusada del asesinato de Aiziczon. "Le pido a la Justicia que por favor esta gente no quede suelta. Hoy es Pablo y mañana puede ser cualquiera. Tenemos tantas personas buenas alrededor, que no queremos que esta gente (por los sospechosos) esté en la sociedad. Ojalá que esto tenga su fin y que los acusados no queden libres nunca más", finalizó Fernando. LA GACETA ©
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