Volvía de una fiesta y un ladrón la mató

Una adolescente de 14 años fue ultimada en Alderetes, en la puerta de su casa, por un delincuente que quiso robarle el celular y una cámara.

DOLOR. José González (de remera rayada) es acompañado por sus vecinos horas después del crimen de su hija, en la vereda de su casa, en Alderetes. DOLOR. José González (de remera rayada) es acompañado por sus vecinos horas después del crimen de su hija, en la vereda de su casa, en Alderetes.
16 Enero 2012

"¡Me quiero morir, me quiero ir con ella!", gritaba desesperada la mamá de Constanza Lucía González. Al lado, su hija de 12 años le suplicaba entre llantos que no se pusiera así, que pensara en sus otros hijos. "Lautaro está llorando, pensá en él", le insistía la nena en referencia al más pequeño de los tres hijos, un chico de siete años. Pero ella no tenía consuelo. Un ladrón acababa de quitarle a "Conty", una de sus hijas, al dispararle en medio de un forcejeo.

En julio, "Conty" iba a cumplir 15 años. El sábado había ido a la modista a probarse el vestido. "Tenía tantas ilusiones...", repetía su madre, con quien planeaba la fiesta desde hace meses.

"Nosotros tenemos librería y la señora venía todo el tiempo a comprar cosas para el cumpleaños, ayer nos contó que estaba seleccionando las fotos para el video", mencionó Lucía Altamiranda. Ella era la maestra particular de "Conty" y la recibía todos los días en su casa. "La madre la cuidaba muchísimo, no la dejaba salir sola a ningún lado, era de estar mucho en su casa. Siempre se la veía sentada en la vereda con la hermana o con las amigas", recordó la docente.

Todos los que pasaban por la casa pintada de verde que hay en la calle Italia al 300 de Alderetes solían ver a "Conty" ahí, en la misma vereda donde la mataron.

Regreso a casa
El sábado a la noche, "Conty" se preparó para asistir al cumpleaños de 15 de una compañera del colegio al que iba, el Instituto Rivadavia. Los vecinos que ayer rodeaban su casa coincidían en que la adolescente estaba muy entusiasmada con la fiesta. Había tenido otras invitaciones antes pero sus padres no la dejaban salir si no había alguien que la fuera a buscar y la llevara de vuelta a la casa.

A las 5.30, "Conty" emprendió la vuelta junto a un grupo de amigos en un taxi. Se bajó frente a su casa con un vecino que la acompañaba. Allegados a la familia relataron que los jóvenes se habían quedado conversando unos minutos y después el chico se marchó, cuando ella tocó el timbre.

Mientras su papá, José González, caminaba hacia la puerta para abrirle, un individuo se acercó e intentó robarle la cámara de fotos y el teléfono celular que "Conty" tenía en sus manos.

José escuchó un tiro y al amigo de la joven que, desde la esquina, estalló en gritos de auxilio. Cuando abrió la puerta se encontró con lo peor: su hija tirada en la vereda. "Estaba de costado, al lado del árbol. Él la dio vuelta y vio que estaba muerta con un disparo en la sien", describió Rubén Vizcarra, que vive al lado y también salió corriendo tras oír el disparo.

"Conty" llevaba un vestido blanco hasta arriba de las rodillas y un par de sandalias negras. Así la vieron los vecinos que se fueron acercando a medida que la noticia corría de boca en boca por el barrio. La Policía llegó a los 20 minutos, después vino la ambulancia, pero el cuerpo recién fue levantado a las 9.30. Hasta esa hora, sus familiares presenciaron la escena.

Pese a que le quitaron la vida muy temprano a la mañana, sus papás pudieron velarla a partir de las 21.30. "Nos tuvieron 16 horas para entregarnos el cuerpo de mi nieta; yo tengo versiones de que la médica forense no estaba en Tucumán, pero ella estaba de guardia y tenía que estar acá. ¿Y el dolor de los padres, de nosotros los abuelos, eso no les importa?", reclamó Roberto Millares, el abuelo materno de "Conty". El hombre estaba indignado porque, según él, no se acercó ninguna autoridad policial a informarles si había novedades.

"Yo tuve que ir a la comisaría con unos familiares y ahí me enteré de que había un sospechoso aprehendido; nadie más se acercó", se quejó. "A mi nietita la mataron por nada, porque no le robaron nada, el teléfono y la cámara de fotos los tenía en la mano, igual que una tarjetita de otro cumpleaños al que la habían invitado esa noche. Estoy cansado de tanta bronca contenida, quiero justicia".

Con la descripción de cinco testigos que presenciaron el crimen desde una distancia de 50 metros, la Policía logró aprehender a un sospechoso. Fuentes policiales comentaron que el hombre es mayor de edad y cuenta con antecedentes por otros delitos. De acuerdo a lo informado, fue interceptado en un asentamiento a orillas del río Salí.

"Conty" será velada hasta las 17 de hoy. Luego la despedirán en el cementerio Jardín del Cielo, de Alderetes. Anoche, algunos vecinos planeaban organizar una marcha para exigir justicia.

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