11 Abril 2012
BUENOS AIRES.- En una derivación inesperada y resonante del caso Ciccone, cayó la primera víctima de una trama que tiene en el ojo de la tormenta a Amado Boudou. Ayer, Esteban Righi presentó su renuncia como procurador general de la Nación y fundamentó su decisión en que fueron afectados su "honor y la honra familiar" con las acusaciones que le formuló el vicepresidente.
"Inexorablemente se demostrará la falsedad de las afirmaciones e imputaciones con las que se me ha agraviado", subrayó Righi en la carta de tres carillas que le presentó a la presidenta, Cristina Fernández, y que divulgó por la tarde.
En su reemplazo asumió interinamente el procurador más antiguo ante la Corte Suprema de Justicia, Luis González Warcalde.
En su carta a la Presidenta, Righi reivindicó su gestión de casi ocho años que comenzó el 23 de junio de 2004 y se manifestó alineado con el Gobierno nacional, pese a que dijo que el cargo no era "compatible con la militancia partidaria". "No puedo ocultar que jamás creí que fuera posible ejercer tan alta función en condiciones de asepsia política", señaló.
Y completó: "por el contrario, en todo momento sentí que estaba colaborando con un proceso singular, característico de una etapa histórica plena de posibilidades de cambio y enderezada hacia la consolidación de un proyecto profundamente nacional, popular, democrático y progresista".
En ese sentido, señaló que formó "parte de este proceso con la certidumbre de estar contribuyendo a convertir en realidad los sueños de liberación de varias generaciones; los mismos sueños que a veces fueron ahogados en sangre y otras traicionados".
Righi volvió el lunes de EEUU y comenzó a analizar su dimisión luego de la denuncia del vicepresidente, que ya formalizó ante la Justicia. Se reunió con el secretario de Legal y Técnico Carlos Zanini y le comunicó su dimisión que le fue aceptada por la jefa de Estado, y formalizada ayer.
En su denuncia, Boudou sostuvo que el estudio que integra la esposa de Righi le ofreció hacer lobby en los tribunales de Comodoro Py para evitar problemas como el que tiene actualmente en torno al denominado caso Ciccone.
Righi, reivindicado por un sector importante del kirchnerismo, se mostró afectado en su honor por la denuncia del vicepresidente. "Declino un cargo en el que ya no podría obrar con la serenidad espiritual apropiada para servir cabalmente al interés público", sostuvo Righi y remarcó: "no creo posible desempeñar honrosamente una alta función pública si al hacerlo se compromete el propio honor o la honra familiar".
"La defensa del interés público y de la honorabilidad personal jamás deberían resultar incompatibles", remarcó. Y recordó su paso por la función pública durante el breve gobierno (49 días) de Héctor Cámpora, que es reivindicado por el kirchnerismo "de pura cepa".
"He tenido la oportunidad y el honor de servir a mi país, desde altas funciones públicas, en más de una ocasión. La primera vez, hace casi 40 años, siendo muy joven y en circunstancias muy difíciles, entendí que no había límites para esa responsabilidad y que no importaban los riesgos que hubiera que asumir para cumplirla plenamente. Y ahora pienso del mismo modo", enfatizó.
Dijo que tiene la tranquilidad de cerrar esta etapa de su vida y paso por la función pública "con la seguridad de saber que he desempeñado con honradez y compromiso el cargo". "Fuera de ello, considero que es mi deber no polemizar con relación a hechos que son del dominio público, toda vez que su única consecuencia sería afectar las instituciones republicanas y causar daño a las políticas públicas desarrolladas desde 2003 en adelante", añadió.
Según Righi, "lo que corresponde es que cada protagonista explique su comportamiento en el ámbito previsto en el derecho vigente, donde inexorablemente se demostrará la falsedad de las afirmaciones e imputaciones con las que se me ha agraviado". "En este sentido, y aunque la posición que ostento me confiere estabilidad y fueros sólo removibles por juicio político, no dudo en renunciar a ambos pues nada tengo que ocultar".
En el párrafo final sostuvo: "animado por estas razones, y considerando que es la conducta que mejor favorece el éxito de su gestión -lo que francamente deseo- es que le hago llegar por medio de la presente mi renuncia al cargo de Procurador General de la Nación". (NA-DyN)
"Inexorablemente se demostrará la falsedad de las afirmaciones e imputaciones con las que se me ha agraviado", subrayó Righi en la carta de tres carillas que le presentó a la presidenta, Cristina Fernández, y que divulgó por la tarde.
En su reemplazo asumió interinamente el procurador más antiguo ante la Corte Suprema de Justicia, Luis González Warcalde.
En su carta a la Presidenta, Righi reivindicó su gestión de casi ocho años que comenzó el 23 de junio de 2004 y se manifestó alineado con el Gobierno nacional, pese a que dijo que el cargo no era "compatible con la militancia partidaria". "No puedo ocultar que jamás creí que fuera posible ejercer tan alta función en condiciones de asepsia política", señaló.
Y completó: "por el contrario, en todo momento sentí que estaba colaborando con un proceso singular, característico de una etapa histórica plena de posibilidades de cambio y enderezada hacia la consolidación de un proyecto profundamente nacional, popular, democrático y progresista".
En ese sentido, señaló que formó "parte de este proceso con la certidumbre de estar contribuyendo a convertir en realidad los sueños de liberación de varias generaciones; los mismos sueños que a veces fueron ahogados en sangre y otras traicionados".
Righi volvió el lunes de EEUU y comenzó a analizar su dimisión luego de la denuncia del vicepresidente, que ya formalizó ante la Justicia. Se reunió con el secretario de Legal y Técnico Carlos Zanini y le comunicó su dimisión que le fue aceptada por la jefa de Estado, y formalizada ayer.
En su denuncia, Boudou sostuvo que el estudio que integra la esposa de Righi le ofreció hacer lobby en los tribunales de Comodoro Py para evitar problemas como el que tiene actualmente en torno al denominado caso Ciccone.
Righi, reivindicado por un sector importante del kirchnerismo, se mostró afectado en su honor por la denuncia del vicepresidente. "Declino un cargo en el que ya no podría obrar con la serenidad espiritual apropiada para servir cabalmente al interés público", sostuvo Righi y remarcó: "no creo posible desempeñar honrosamente una alta función pública si al hacerlo se compromete el propio honor o la honra familiar".
"La defensa del interés público y de la honorabilidad personal jamás deberían resultar incompatibles", remarcó. Y recordó su paso por la función pública durante el breve gobierno (49 días) de Héctor Cámpora, que es reivindicado por el kirchnerismo "de pura cepa".
"He tenido la oportunidad y el honor de servir a mi país, desde altas funciones públicas, en más de una ocasión. La primera vez, hace casi 40 años, siendo muy joven y en circunstancias muy difíciles, entendí que no había límites para esa responsabilidad y que no importaban los riesgos que hubiera que asumir para cumplirla plenamente. Y ahora pienso del mismo modo", enfatizó.
Dijo que tiene la tranquilidad de cerrar esta etapa de su vida y paso por la función pública "con la seguridad de saber que he desempeñado con honradez y compromiso el cargo". "Fuera de ello, considero que es mi deber no polemizar con relación a hechos que son del dominio público, toda vez que su única consecuencia sería afectar las instituciones republicanas y causar daño a las políticas públicas desarrolladas desde 2003 en adelante", añadió.
Según Righi, "lo que corresponde es que cada protagonista explique su comportamiento en el ámbito previsto en el derecho vigente, donde inexorablemente se demostrará la falsedad de las afirmaciones e imputaciones con las que se me ha agraviado". "En este sentido, y aunque la posición que ostento me confiere estabilidad y fueros sólo removibles por juicio político, no dudo en renunciar a ambos pues nada tengo que ocultar".
En el párrafo final sostuvo: "animado por estas razones, y considerando que es la conducta que mejor favorece el éxito de su gestión -lo que francamente deseo- es que le hago llegar por medio de la presente mi renuncia al cargo de Procurador General de la Nación". (NA-DyN)
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