Un circuito de superproducción

En distintas ciudades, y con elencos nacionales e internacionales, esta semana comienza una nueva edición del Circuito Nacional de Teatro, organizado por el Instituto Nacional de Teatro (INT). En Tucumán nueve obras se pondrán entre el jueves y el domingo, en Yerba Buena, Concepción y la capital, con elencos de Italia, Bélgica, España, Córdoba, Rosario, Mendoza y Buenos Aires. Bajo el lema "Camino hacia el Bicentenario de la Independencia", el circuito está presentado como un gran evento federal, integrado por 30 festivales que se realizan simultáneamente en todo el país. Según la información del INT, por sus dimensiones es el corredor de giras teatrales más extenso del mundo con alrededor de 20.000 km y 250 teatristas (entre actores, bailarines y directores).

Como se puede observar, el circuito está presentado como una superproducción, de características inclusivas (el costo de la entrada es de $10) y con el objetivo declarado de instalar el teatro en toda la Argentina.

Esta edición, sin embargo, se realizará en un momento en el que, también en distintas ciudades del país, los teatristas alzan su voz y elevan sus quejas. ¿Qué piden? El pago de los subsidios que, por ley, se deben a salas, proyectos, elencos y otros rubros. La información viene cruzada, porque el Instituto responde que lo acordado se está pagando. "(El INT) lleva entregados en este ejercicio un total de 3.340.170 pesos en salas y grupos actorales", señala un comunicado oficial.

En rigor, no es la primera vez que entre los artistas y las instituciones se desmienten, pero parece claro que el ajuste llegó al teatro, porque tanto a nivel provincial como nacional las partidas acordadas se demoran, y se genera un clima de protesta.

Dentro de esas numerosas demandas que abundan en las redes sociales se reclama, precisamente: "que se suspendan o achiquen inmediatamente los planes y proyectos oficiales -festivales, giras y otros- del INT, ya que se llevan gran parte de nuestro presupuesto y acaparan la logística y administración del INT, lesionando la posibilidad de gestión y apoyo presupuestario de los grupos, salas y festivales independientes de todo el país". Además, muchos teatristas se sienten discriminados: "estas actividades están muy bien subsidiadas y apoyadas, mientras los proyectos independientes se encuentran en total desventaja, abandono y vulnerabilidad", sostienen.

El INT se creó a fines de la década del 90 con un presupuesto importante. Pero desde hace algunos años se encuentra en el ojo de la tormenta del teatro independiente, sector al que, legalmente, debe estimular.

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