04 Octubre 2012
REUTERS
CARACAS, Venezuela.- Los seguidores del mandatario venezolano y candidato a la reelección, Hugo Chávez, y su contrincante Henrique Capriles Radonski, desbordaban este jueves calles y avenidas de varias ciudades del país con sus actos de cierre de campaña para las presidenciales del domingo.
A pesar de la copiosa lluvia que caía sobre Caracas, cientos de miles de seguidores de Chávez llenaron varias avenidas del centro de la ciudad y permanecieron en el lugar para escuchar al presidente, que busca la reelección para encadenar 20 años en el poder.
"¡Viva la lluvia! Pero, mira, mira, cómo se ve toda la gente allá. ¡Llegó la avalancha bolivariana a Caracas y llegó el palo de agua, compadre!", dijo el mandatario, refiriéndose al aguacero, apenas se subió a una tarima en la avenida Bolívar con una camisa azul oscura que en segundos quedó empapada.
"El próximo domingo, vámonos temprano en avalancha a las mesas electorales para garantizar la victoria y abrir los portones del futuro que hemos conquistado", dijo. Y agregó: "nada ni nadie le robará el futuro al pueblo venezolano, a la patria, a la juventud".
Cuando ya la lluvia menguaba, Chávez dio inicio a una caravana, en compañía de sus hijas y algunos colaboradores por el centro de la ciudad y en medio de una marea roja -el color del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- que le saludaba y aupaba a su paso.
Capriles, por su parte, culminaba su frenética campaña casa por casa visitando los estados Cojedes (centro), Apure (suroeste) y finalmente Lara (noroeste), donde es esperado al final de la tarde para tener un último contacto con sus seguidores.
"Cada día ando recorriendo este país para invitarles a todos a que lo malo lo dejemos a un lado, a que la división, la confrontación y la pelea la dejemos a un lado"dijo Capriles a sus seguidores en su segundo acto de la jornada en Apure. La primera parada fue en la ciudad de San Carlos, Estado Cojedes. Desde allí, el candidato opositor aseguró que varios empleados públicos de la zona le habían escrito para decirle que querían recibirle pero no podían porque estaban en la concentración chavista en Caracas, "porque el gobierno, para llenar sus actos, usa a los funcionarios", acusó.
"A partir del próximo domingo aquí nadie va a tener que ponerse la camisa de un color para poder ejercer sus derechos", dijo Capriles, antes de asegurar que llegó a este último día de campaña con "un dolor muscular fuerte" en la espalda, por lo intenso de su actividad.
Desde la mañana de hoy, en las calles de la capital venezolana se observaron grupos de personas con camisetas rojas reuniéndose en distintos puntos para luego ir a la concentración oficialista, e incluso en el metro se apretujaron los seguidores de Chávez, que sonaban pitos y gritaban consignas.
Capriles, de 40 años y ex gobernador del populoso estado Miranda (norte), ha recortado en las últimas semanas la brecha con Chávez, aunque el candidato oficialista, de 58 años y desde 1999 en el poder, sigue siendo el favorito según las últimas encuestas.
Desde el comienzo de la campaña en julio, Capriles ha protagonizado un activo recorrido por más de 300 pueblos, mientras Chávez ha incrementado el ritmo de campaña en los últimos días, cuando lanzó su llamada "ofensiva final".
El próximo domingo casi 19 millones de venezolanos están convocados a votar con un sistema automatizado. Unos 140.000 militares velarán por la seguridad durante la jornada de votación. (AFP-NA-DPA)
A pesar de la copiosa lluvia que caía sobre Caracas, cientos de miles de seguidores de Chávez llenaron varias avenidas del centro de la ciudad y permanecieron en el lugar para escuchar al presidente, que busca la reelección para encadenar 20 años en el poder.
"¡Viva la lluvia! Pero, mira, mira, cómo se ve toda la gente allá. ¡Llegó la avalancha bolivariana a Caracas y llegó el palo de agua, compadre!", dijo el mandatario, refiriéndose al aguacero, apenas se subió a una tarima en la avenida Bolívar con una camisa azul oscura que en segundos quedó empapada.
"El próximo domingo, vámonos temprano en avalancha a las mesas electorales para garantizar la victoria y abrir los portones del futuro que hemos conquistado", dijo. Y agregó: "nada ni nadie le robará el futuro al pueblo venezolano, a la patria, a la juventud".
Cuando ya la lluvia menguaba, Chávez dio inicio a una caravana, en compañía de sus hijas y algunos colaboradores por el centro de la ciudad y en medio de una marea roja -el color del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- que le saludaba y aupaba a su paso.
Capriles, por su parte, culminaba su frenética campaña casa por casa visitando los estados Cojedes (centro), Apure (suroeste) y finalmente Lara (noroeste), donde es esperado al final de la tarde para tener un último contacto con sus seguidores.
"Cada día ando recorriendo este país para invitarles a todos a que lo malo lo dejemos a un lado, a que la división, la confrontación y la pelea la dejemos a un lado"dijo Capriles a sus seguidores en su segundo acto de la jornada en Apure. La primera parada fue en la ciudad de San Carlos, Estado Cojedes. Desde allí, el candidato opositor aseguró que varios empleados públicos de la zona le habían escrito para decirle que querían recibirle pero no podían porque estaban en la concentración chavista en Caracas, "porque el gobierno, para llenar sus actos, usa a los funcionarios", acusó.
"A partir del próximo domingo aquí nadie va a tener que ponerse la camisa de un color para poder ejercer sus derechos", dijo Capriles, antes de asegurar que llegó a este último día de campaña con "un dolor muscular fuerte" en la espalda, por lo intenso de su actividad.
Desde la mañana de hoy, en las calles de la capital venezolana se observaron grupos de personas con camisetas rojas reuniéndose en distintos puntos para luego ir a la concentración oficialista, e incluso en el metro se apretujaron los seguidores de Chávez, que sonaban pitos y gritaban consignas.
Capriles, de 40 años y ex gobernador del populoso estado Miranda (norte), ha recortado en las últimas semanas la brecha con Chávez, aunque el candidato oficialista, de 58 años y desde 1999 en el poder, sigue siendo el favorito según las últimas encuestas.
Desde el comienzo de la campaña en julio, Capriles ha protagonizado un activo recorrido por más de 300 pueblos, mientras Chávez ha incrementado el ritmo de campaña en los últimos días, cuando lanzó su llamada "ofensiva final".
El próximo domingo casi 19 millones de venezolanos están convocados a votar con un sistema automatizado. Unos 140.000 militares velarán por la seguridad durante la jornada de votación. (AFP-NA-DPA)