Alperovich: "Néstor fue fuente de alegría y de esperanza en el pueblo"

A través de un comunicado, el gobernador homenajeó al ex presidente.

VIEJOS TIEMPOS. Alperovich y Kirchner juntos.  NA VIEJOS TIEMPOS. Alperovich y Kirchner juntos. NA
27 Octubre 2012
BUENOS AIRES.- A dos años de la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, el gobernador de la provincia, José Alperovich lo homenajeó a través de un extenso comunicado, en el que destacó las virtudes del ex mandatario. "La Patria perdió al líder político más completo de las últimas décadas", evaluó.

El comunicado completo:
"Se cumplen dos años del repentino adiós de Néstor Kirchner. El país lo recuerda, todos lo extrañamos. Su pérdida fue para mí un golpe duro. Con su muerte perdí a un amigo. Pero más grave aún, la Patria perdió al líder político más completo de las últimas décadas.

Cuesta todavía hoy pensar a la Argentina sin Néstor. Dirigente único, guía, armador, hábil, sagaz, audaz. Tenía (tiene, me gusta pensar) una serie de cualidades que lo transformaron en un verdadero animal político como hacía rato los argentinos no veíamos. Y cuando digo rato, me refiero a décadas y décadas.

Despertó pasión. Fue fuente de alegría y de esperanza en el pueblo que, al fin, vio concretados muchos de sus sueños, por tantos años relegados. Y fue el "enemigo" de los sectores políticos que, históricamente, significaron un retroceso para las conquistas populares. Eso generó Néstor Kirchner.

El siempre remarcaba, a poco de asumir la Presidencia de la República, en el ya lejano mayo de 2003, que el país tenía más desocupados y pobres en las calles, que cantidad de votos con los que él había sido consagrado.

Vaya si Kirchner sabía lo qué quería. Vaya si lo logró. Entregó, cuatro años más tarde, a su compañera de toda la vida, Cristina, abrumadamente elegida por el pueblo, un país ordenado, creciendo, pujante. Un pueblo que, otra vez, se permitió volver a soñar y encontró en Ella la posibilidad de continuación del proyecto político de El, de los dos, ese que acunaron toda la vida.

Fábricas que de nuevo, y luego de tantos años, volvían a tirar humo por sus chimeneas; trabajadores que ocupando trenes y colectivos estaban felices de retornar a las industrias, oficinas y comercios; niños que volvían a tener clases con normalidad en escuelas que se abrieron a lo largo y a lo ancho del país; un Estado que no olvidó ni perdonó las atrocidades cometidas décadas atrás por gobiernos de facto, y que, siendo un ejemplo a nivel mundial, juzgó a sus responsables; una Corte de Justicia que volvía a ser independiente; entre muchas otras cosas. Es sólo parte de la obra por la que el pueblo, a dos años de su muerte, sigue llorando a su líder.

"El Flaco", también, dejó las bases sólidas para que años después el gobierno de nuestra presidenta Cristina avance con la recuperación de las AFJP, de YPF, con la implementación de la Asignación Universal por Hijo, con la ley de matrimonio igualitario, con la ley de Medios, entre otros tantos hitos que formarán parte de la historia grande de este país.

Aquel político que vino de la árida y fría Patagonia, que supo poner sobre el tapete cuestiones en las que antes de su llegada nadie reparaba. Un líder que, por esto y más, marcó un antes y un después en la historia contemporánea de nuestro pueblo.

Néstor invitó a la sociedad a volver a involucrarse en política. A debatir, a pensar, a desconfiar, a comprometerse. Sus herederos principales, los jóvenes, vieron con él que la política es la herramienta de transformación, la que debe ser puesta al servicio del bien común, y no en función de los intereses de los acomodados de siempre.

En el espacio finito de estas líneas es imposible materializar todo lo que significó Néstor Kirchner para nuestra Argentina. Pero como dije, estoy convencido de que su paso por este mundo, y por este país, no quedará como uno más. De eso ya no hay dudas.

'Nuestro' ex presidente vive en cada uno de nuestros corazones. En los pueblos más alejados y en las grandes ciudades. En los comedores, en los barrios, en las universidades, en las escuelas, en las fábricas.

En los viejos y en los jóvenes. En los hombres y en las mujeres que, al fin y al cabo, hoy lo recuerdan como yo: como el mejor presidente de las últimas décadas y como el hombre al que "el cuerpo le quedó chico", porque dejó todo, su vida misma, por la felicidad y el progreso de este país.

Hoy el pueblo lo llora. Pero al mismo tiempo, sonríe, porque esté dónde esté, Néstor nos acompaña y nos obliga a superarnos día a día para construir la Argentina que él siempre soñó". (NA - DYN)

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