De Facebook y Twitter a la TV: Obama y Romney lo intentan todo para captar votos de los indecisos

31 Octubre 2012
LOS ÁNGELES.- "Si Facebook y Twitter decidieran las elecciones, Justin Bieber sería Presidente", afirmó un asesor republicano a la CNN, cuando el pionero de la estrategia política en Internet, Joe Trippi, predijo que la gran ventaja de la que goza el demócrata Barack Obama en las redes sociales podía decidir las elecciones.

Trippi es una leyenda en los círculos oficialistas por su innovadora campaña de 2004 en los nuevos medios; respondió de inmediato: "Bieber no se presenta". Entre los que sí participan en la carrera por la Casa Blanca, los más de 31 millones de me gusta de Obama triplican a los 10 millones de Mitt Romney. En Twitter, el actual mandatario tiene 21 millones de seguidores, frente al exiguo 1,5 millón de su rival.

Los dos partidos políticos están enviando mensajes específicos a sus seguidores y a los votantes indecisos, basándose en los datos que pueden extraer de los perfiles de usuario en las redes sociales. La campaña de Obama sumó recientemente más de un millón de apoyos en un sólo día en Facebook, después de enviar un mensaje patrocinado sobre el candidato demócrata. También pesan los mensajes de amigos con consejos sobre a quién votar: un sondeo del PEW Internet American Life Project constató que el 16% de los consultados admitió que cambiaron de opinión por comentarios de gente cercana o temas que leyeron en las redes.

Pero los equipos de campaña también deben contar con reacciones violentas a través del mismo soporte. "Estos anuncios de Obama en mi página de Facebook me están poniendo enfermo", escribió una mujer en el muro del candidato.

También hay un uso intenso del correo electrónico y de las llamadas a celulares, tanto para pedir el voto como donaciones.

Una comunicación tan directa no existe en algunas áreas de Estados Unidos, en las que las cadenas de televisión locales están saturadas de anuncios proselitistas, y no hay espacio para que se publiciten empresas comunes.

Según el instituto Campaign Media Analysis Group (CMAG), los candidatos, sus partidos y otros grupos externos podrían gastar en esta campaña hasta U$S 3.200 millones en publicidad televisiva, el 50% más de los U$S 2.100 millones de 2008. Gran parte del incremento se debe a la controvertida ley que permite a las empresas realizar donaciones ilimitadas a comités que formalmente no están vinculados a los candidatos y que constituyen la mayor parte de la inversión.

La televisión mantiene su liderazgo pese al crecimiento de Internet, porque "es el único lugar en el que se puede encontrar a los votantes pasivos", explicó Ken Goldstein, del CMAG. Aquellos que encienden los televisores en distritos todavía indecisos, como Florida u Ohio, no tienen manera de escapar de la propaganda. Más del 90% de los fondos están destinados a nueve Estados que todavía no se han decantado por ninguno de los candidatos y que juntos comprenden menos del 20% de la población de EEUU.

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