Una sobreviviente de la ESMA contó cómo eran vejadas las mujeres cautivas

Blanca González, exiliada en Suecia, declaró ante la Justicia en una audiencia previa al juicio que se iniciará a fin de mes.

07 Noviembre 2012

BUENOS AIRES.- Blanca González, sobreviviente de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), relató en la Justicia cómo los represores abusaban y violaban a ella y otras mujeres durante el cautiverio que sufrieron en el centro clandestino de detención más grande de la última dictadura militar.

"A nosotras nos violaban cada vez que pedíamos ir al baño y a partir de eso decidimos no ir más", relató la mujer al declarar como testigo ante el Tribunal Oral Federal 5, mediante videoconferencia desde Suecia, donde está exiliada desde el final del proceso militar, en una audiencia previa al segundo megajuicio por crímenes en la ESMA que empezará a fin de mes.

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González, quien era militante de la organización "Montoneros", contó que fue secuestrada el 11 de marzo de 1979 en la ciudad bonaerense de Guernica por un grupo de hombres que se trasladaban en un auto. Desde allí fue llevada al centro de detención. "Me hicieron desnudar. Me sentí absolutamente humillada. Había como cuatro o cinco hombres. En ese momento, me revisaron la parte anal y la parte vaginal. Aparte manoseándome. Todo a los gritos", recordó.

"Este guardia me va manoseando todo el camino, yo no sabía dónde estaba pero subí escaleras de mármol y después subí escaleras más angostas y este señor en todo momento estuvo manoseándome. La persona que me manoseaba era el que nos llevaba a la sala de tortura y nos traía", agregó.

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González relató que en su cautiverio un día, encapuchada,  fue violada por un guardia, tras lo cual pedía "por favor" que la lleven al baño a lavarse. "Cuando llego al baño, los guardias me vuelven a violar", describió, y agregó: "a nosotras nos violaban cada vez que pedíamos ir al baño. En un momento cuando estaban reformando Capuchita (uno de los sectores de secuestro de la ESMA), las mujeres teníamos que orinar en un balde delante de los guardias. Allí encontré una compañera que había sido violada".

En la ESMA, la mujer se reencontró con su marido, quien había sido secuestrado un año antes, y el 13 de noviembre de 1979 le dieron permiso para cuidar a su hijo, aunque seguía siendo controlada por sus captores. Luego se exilió en Suecia, donde vive desde el 14 de noviembre de 1983. (DyN)

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