Discursos más definidos y otros, más desdibujados. Los manifestantes que ayer colmaron la plaza Independencia tenían marcados los destinatarios de su  reclamo: los gobiernos nacional y provincial. Las consignas a comunicar, sin embargo, nadaron en la dispersión. Los vecinos que llegaron por su cuenta tuvieron más en claro qué les preocupa: corrupción, inseguridad, inflación y diálogo. Los grupos más organizados, en cambio, enarbolaron otras inquietudes. Los partidos políticos (no se identificaron pero hicieron guiños como boinas o carteles de colores partidarios) impusieron el no a la "re-re" y los grupos "pro-vida" enarbolaron el rechazo a la despenalización del aborto como bandera, por ejemplo.
La dispersión no implica que sean menos válidos ni genuinos. Pero los mensajes claros y concretos en mano suelen llegar mejor que 100 volando.  

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