13 Noviembre 2012
COMO EN SU CASA. Nahuel Oyola disfrutó el día después de la victoria lograda en Aguilares con un gol suyo.
CONCEPCIÓN.- Vive un sueño. Se emociona cada vez que repite la historia. El destino parece sonreírle nuevamente a este cordobés que viene de soportar un duro golpe. "Estoy contento por haber vuelto a jugar, pero esa alegría se multiplica cuando recuerdo que mi gol sirvió para sellar un triunfo que quedará grabado en la historia", asegura casi con lágrimas en los ojos Nahuel Oyola, que marcó el segundo tanto de Concepción FC en el triunfo sobre Deportivo Aguilares por 2 a 0.
El volante de 22 años llegó al "cuervo" en la temporada pasada. En la segunda fecha, cuando enfrentó a San Jorge, sufrió la rotura de ligamentos de la rodilla derecha. "Me costó mucho recuperarme porque venía de una lesión similar. Siempre tuve la confianza de que volvería a jugar. Un año después se me dio, porque entré y convertí un golazo que hasta me sorprendió. A este gol se lo dedico a mi familia, a mi novia y a todos aquellos que estuvieron cuando estaba pasando por un mal momento", explica.
Oyola jura que ya se siente un concepcionense más . Llegó al club luego de que Racing de Córdoba le cerró las puertas para que jugara. "La gente de esta ciudad me recibió como si fuera un hijo más. Le debo muchísimo a las familias Palacios y Argañaraz. Tampoco puedo olvidarme de la gente del club", repite una y otra vez.
El volante cuenta que viene de una familia futbolera. Atilio, su padre, es director técnico en su Córdoba natal y fue el responsable de que se inclinara por esta profesión. "Todos en mi casa escuchan los partidos por internet. Me alegra saber que ellos están pendientes de mi carrera", comenta.
Sobre el presente "cuervo", el volante dijo: "comenzamos de menor a mayor. Y hoy somos un equipo como el técnico nos dice, tenemos identidad de juego y partido tras partido se lo va demostrando. La gente esta muy entusiasmada", reconoce.
Pero más allá de los buenos momentos que vive en el campo, hay una razón que lo tiene a mal traer. "Extraño mucho a mi novia Virgina Cáceres que no puede estar acá porque estudia Ciencias Económicas en Córdoba. Estoy contando las hora para que llegue diciembre y nos podamos reencontrar", concluye con la misma emoción que tuvo cuando marcó el gol.
El volante de 22 años llegó al "cuervo" en la temporada pasada. En la segunda fecha, cuando enfrentó a San Jorge, sufrió la rotura de ligamentos de la rodilla derecha. "Me costó mucho recuperarme porque venía de una lesión similar. Siempre tuve la confianza de que volvería a jugar. Un año después se me dio, porque entré y convertí un golazo que hasta me sorprendió. A este gol se lo dedico a mi familia, a mi novia y a todos aquellos que estuvieron cuando estaba pasando por un mal momento", explica.
Oyola jura que ya se siente un concepcionense más . Llegó al club luego de que Racing de Córdoba le cerró las puertas para que jugara. "La gente de esta ciudad me recibió como si fuera un hijo más. Le debo muchísimo a las familias Palacios y Argañaraz. Tampoco puedo olvidarme de la gente del club", repite una y otra vez.
El volante cuenta que viene de una familia futbolera. Atilio, su padre, es director técnico en su Córdoba natal y fue el responsable de que se inclinara por esta profesión. "Todos en mi casa escuchan los partidos por internet. Me alegra saber que ellos están pendientes de mi carrera", comenta.
Sobre el presente "cuervo", el volante dijo: "comenzamos de menor a mayor. Y hoy somos un equipo como el técnico nos dice, tenemos identidad de juego y partido tras partido se lo va demostrando. La gente esta muy entusiasmada", reconoce.
Pero más allá de los buenos momentos que vive en el campo, hay una razón que lo tiene a mal traer. "Extraño mucho a mi novia Virgina Cáceres que no puede estar acá porque estudia Ciencias Económicas en Córdoba. Estoy contando las hora para que llegue diciembre y nos podamos reencontrar", concluye con la misma emoción que tuvo cuando marcó el gol.