La contaminación lumínica es tan dañina para el planeta como la emisión de gases

El satélite Suomi, de la NASA, estableció que el gasto eléctrico está mal dirigido.

DEMASIADA LUZ. Las ciudades brillan más de lo que se necesita y eso afecta al medio ambiente. FOTO TOMADA DE EOIMAGES2.GSFC.NASA.GOV DEMASIADA LUZ. Las ciudades brillan más de lo que se necesita y eso afecta al medio ambiente. FOTO TOMADA DE EOIMAGES2.GSFC.NASA.GOV
10 Diciembre 2012
WASHINGTON, Estados Unidos.- La contaminación lumínica en nuestro planeta no sólo oculta las estrellas, sino que también supone un gran derroche de energía. Tal es la conclusión a la que han llegado científicos de la Agencia Espacial Estadounidense, a partir de analizar las imágenes nocturnas que tomó el satélite Suomi NPP (Suomi National Polar-orbiting Partnership) de la NASA.

La misión de Suomi NPP nació como un satélite de observación del planeta para estudiar los efectos del cambio climático. El aparato capta fotos de la Tierra regularmente y publica algunas de ellas en Internet, en un álbum bajo el nombre Black Marmel, según consignó la agencia Europa Press.

Gracias a estas fotografías, la NASA ha podido determinar que la luz que emiten las ciudades y las autopistas, son tan dañinos para la Tierra como las emisiones de gases. Para los científicos, las imágenes muestran ciudades que brillan más de lo que necesitan y que, además, este gasto eléctrico está "mal dirigido". En este sentido, han explicado que, solo en los Estados Unidos, se gastan miles de millones de dólares anualmente iluminando "el cielo" de la noche en lugar de aceras y calzadas en el suelo.

"Las imágenes del satélite demuestran que aún queda trabajo por hacer en la Tierra en cuanto a la lucha contra la contaminación lumínica", ha señalado el director ejecutivo de la Asociación Internacional Cielo Oscuro, Bob Parks, quien ha señalado que "el impacto de la iluminación nocturna terrestre se extiende mucho más allá de la astronomía".

A su juicio, las luces excesivas y mal dirigidas puede crear sombras profundas que no son seguras para la seguridad del ser humano. También afecta a animales, como es el caso de las crías de tortugas marinas, que pierden de vista el mar por la iluminación o las aves migratorias que pueden sufrir confusión al volar entre edificios. "La contaminación lumínica tiene otros efectos de largo alcance desconocidos para muchos de los que siguen utilizando iluminación ineficaz", apunta Parks.

En cuanto a las soluciones, aunque "muchos creen que es tan simple como cambiar la potencia de las bombillas, utilizar sensores de movimiento o instalar campanas sobre las bombillas desnudas", Park ha recomendado que "toda la iluminación exterior se dirija hacia abajo y que solo se utilice cuando sea realmente necesaria y en la cantidad que sea necesaria".

Para Parks, si se aplican estos procedimientos, el resultado no solo reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que permitiría ahorrar dinero, reducir el impacto en el mundo natural y mejoraría la visibilidad en el terreno. LA GACETA©

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