La fuga de un militante dejó mal parado al Gobierno chino

LEJOS DEL SUELO. Chen sigue sus estudios en EEUU. REUTERS (ARCHIVO) LEJOS DEL SUELO. Chen sigue sus estudios en EEUU. REUTERS (ARCHIVO)
06 Enero 2013
Al final todo sucedió bastante rápido. El activista chino por los derechos humanos, Chen Guangcheng (es ciego), consiguió escapar de sus vigilantes y, tras una odisea, llegó con su mujer y sus hijos a Nueva York. Atrás dejó siete años de duras persecuciones, humillaciones, prisión y arresto domiciliario.

Chen, actualmente de 41 años, estudió por su cuenta derecho y comenzó a ayudar a las víctimas de los desalojos forzados. La cúpula china lo persiguió y el 22 de abril, cuando se encontraba de nuevo bajo detención en su casa por 19 meses, consiguió saltar el muro medianero con un vecino. Se rompió un pie, pero con la ayuda de sus amigos llegó a Pekín. Posteriormente se supo que contó con un apoyo imprescindible de la embajada estadounidense, donde se asiló. Pero la seguridad siempre es relativa para alguien como él. Días después de la fuga, dejó la sede diplomática para ir a un hospital y reunirse allí con su mujer y sus hijos, ya que temía por ellos. "Corro un serio peligro", dijo ante la prensa internacional en China.

Y aún cuando la cúpula de su país, al final, le permitió viajar para estudiar en Estados Unidos, no se siente libre del todo en la otra punta del planeta. Escogió con mucha cautela sus primeras palabras a su llegada al aeropuerto de Nueva York. Su ciudad natal está sometida a una vigilancia especial y sobre su sobrino pesa una acusación por lesiones. Al parecer, sacó un cuchillo para defenderse cuando unos matones enviados por el Gobierno entraron en su casa.

Cambios en la cúpula
La historia de Chen se conoció en un año clave para el futuro del enorme país, atravesado por un cambio generacional en el poder en medio de escándalos de encumbrados dirigentes del Partido Comunista Chino (PCC), como el que le costó el futuro a Bo Xilai, expulsado luego de que se reveló que su esposa estuvo implicada en el asesinato de un empresario británico. 

La sucesión en el poder transcurrió de forma más tranquila durante el 18 Congreso del PCC (la única formación política admitida), tal como se había planeado desde hacía años. Aunque la propaganda comunista se vanagloriaba de una "década dorada", para los expertos el mandato del presidente y líder del partido Hu Jintao se trató más bien de una "década perdida", con luchas políticas que empañaron el final del mandato del tecnócrata de 69 años. También el primer ministro, Wen Jiabao, decepcionó a muchos. El "abuelo Wen", que se mostró discreto y cercano, los defraudó después de que el diario The New York Times informó que su familia amasó una gran fortuna en su mandato.

La "quinta generación de líderes" terminará de asumir el mando en marzo, bajo el liderazgo del hasta ahora vicepresidente Xi Jinping, de 59 años. El escritor Zhang Lifan considera que reciben "una bomba de relojería" en la segunda economía del mundo, con posibilidades de convertirse en la primera potencia en 2016, ya que muestra signos de que su crecimiento (del 10% anual en este siglo) se está deteniendo, y de que la delincuencia y la corrupción aumentan.

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