06 Enero 2013
UN BUEN INICIO. Belmonte corre en un clásico de invierno, donde no desentonó.
La última escena de la película de Atlético en Tucumán, antes de mudar el set de rodaje a Salta, fue dramática. Luego de la práctica, Exequiel Belmonte leyó la lista de los 34 futbolistas que viajarían a realizar la pretemporada y su nombre no figuraba. Agitó la cabeza como convenciéndose de que no era cierto y la repasó cuidadosamente. Nada. Efectivamente, Ricardo Rodríguez había decidido marginarlo de la delegación que partirá hoy a las 15.45 desde un hotel céntrico.
Inmediatamente, el joven que jugó de titular el tercer clásico del año (primero de la serie de invierno), e ingresó en el segundo tiempo ante Crucero del Norte, en la primera fecha de la actual temporada de la B Nacional, se puso a llorar en el cuarto de utilería hasta que casi todos sus compañeros se fueron. Quedó a su lado Alberto Argañaraz,
que pese a que tiene su viaje asegurado, le dio las palmadas en la espalda que necesitaba. Esas que también necesitó cuando se lesionó la rodilla en las primeras fechas. Inevitablemente, tuvo que volver a casa y dar la noticia. Luego de eso, se encerró en su cuarto y no salió de allí. "Nunca pensé que iba a quedar afuera. Estoy dolido, no me explico qué pasó", le dijo el volante a LG Deportiva.
Si bien él mismo aseguró que no hubo una explicación oficial por parte del DT, Rodríguez admitió luego que sólo se debió a una decisión táctica, sin ningún tipo de animosidad. "Solo podemos llevar 34. Belmonte arrancó bien, jugó un clásico pero durante el año sufrió lesiones y le costó ponerse a la par del resto. Lo seguiremos evaluando, es un buen proyecto", dijo. La sensación que tuvo Belmonte durante la tarde fue la de frustración.
"No tengo ganas de hacer nada", respondía cuando se le preguntaba por su futuro y lo supeditaba a una charla pendiente con su representante. Sobre la marcha también se dio cuenta que esto no se acaba aquí. "Me dará fuerza para seguir adelante. Sé que tengo condiciones. Haré la pretemporada con la liga y cuando me toque jugar, voy a dar mucho por Atlético". De a poco, la aceptación, llegaba: "las decisiones las toma el técnico", concluyó.
Y si por algo no tenía bronca, era por la oportunidad de sus compañeros, los que sí viajaban. "Eso es otra cuestión. Siempre quiero que les vaya bien y tengan su chance". Él se quedó sin la suya ahora, pero confía en que la volverá a tener.
Inmediatamente, el joven que jugó de titular el tercer clásico del año (primero de la serie de invierno), e ingresó en el segundo tiempo ante Crucero del Norte, en la primera fecha de la actual temporada de la B Nacional, se puso a llorar en el cuarto de utilería hasta que casi todos sus compañeros se fueron. Quedó a su lado Alberto Argañaraz,
que pese a que tiene su viaje asegurado, le dio las palmadas en la espalda que necesitaba. Esas que también necesitó cuando se lesionó la rodilla en las primeras fechas. Inevitablemente, tuvo que volver a casa y dar la noticia. Luego de eso, se encerró en su cuarto y no salió de allí. "Nunca pensé que iba a quedar afuera. Estoy dolido, no me explico qué pasó", le dijo el volante a LG Deportiva.
Si bien él mismo aseguró que no hubo una explicación oficial por parte del DT, Rodríguez admitió luego que sólo se debió a una decisión táctica, sin ningún tipo de animosidad. "Solo podemos llevar 34. Belmonte arrancó bien, jugó un clásico pero durante el año sufrió lesiones y le costó ponerse a la par del resto. Lo seguiremos evaluando, es un buen proyecto", dijo. La sensación que tuvo Belmonte durante la tarde fue la de frustración.
"No tengo ganas de hacer nada", respondía cuando se le preguntaba por su futuro y lo supeditaba a una charla pendiente con su representante. Sobre la marcha también se dio cuenta que esto no se acaba aquí. "Me dará fuerza para seguir adelante. Sé que tengo condiciones. Haré la pretemporada con la liga y cuando me toque jugar, voy a dar mucho por Atlético". De a poco, la aceptación, llegaba: "las decisiones las toma el técnico", concluyó.
Y si por algo no tenía bronca, era por la oportunidad de sus compañeros, los que sí viajaban. "Eso es otra cuestión. Siempre quiero que les vaya bien y tengan su chance". Él se quedó sin la suya ahora, pero confía en que la volverá a tener.