Bajar de peso; subir a Primera

Bustos tiene dos misiones en Salta

COMO ÉL SABE. Entre Mármol y Dutari, Bustos recibe la pelota con la parte interna del pie derecho durante la tarde salteña. COMO ÉL SABE. Entre Mármol y Dutari, Bustos recibe la pelota con la parte interna del pie derecho durante la tarde salteña.
08 Enero 2013
SALTA.- Más de un año y medio pasó del partido en el que Mauricio Bustos debutó en la primera de Atlético. En ese período, como en el que pasó desde su descubrimiento hasta el 0-1 con Chacarita de junio de 2011, su apodo, sus condiciones y su contexto siguieron en carpeta para hinchas, periodistas, formadores y entrenadores. Este último apartado fue confirmado cuando Ricardo Rodríguez decidió llevarlo a Salta para la pretemporada que inició formalmente ayer (ver "Día 1: corridas, sudor...").
El "Bahiano", apodo famoso a esta altura por su color de piel, es casi una institución dentro de las inferiores del club y esta será su primera pretemporada de B Nacional con un equipo de profesionales. "Estoy muy contento, dispuesto a disfrutar la chance y a romperme el alma, como dicen todos", asegura Bustos, que viajó a "La Linda" con dos tareas: acercarse a la 10 de Atlético y bajar de peso. Sí, las vacaciones le jugaron en contra pero, no sólo por las fiestas.
Bustos pretendía salía a correr durante el receso pero se quedó en casa ayudando a su padre a terminar de construir el hogar. "Generalmente hago trabajos de construcción y este verano subí tres kilitos. Ahora tengo que viajar y bajar", dijo el "Bahiano" antes de encarar su primer desafío, mientras se reía  y descubría su juego de palabras.
Otro de sus impedimentos tiene que ver con la escuela. Bustos no pudo terminarla, pero ya habló con el dirigente Rubén Gultemirián para tramitar su ingreso a la escuela "decana" que se montó sobre el complejo Ojo de Agua.
Por estas horas, el enganche (así como los otros juveniles) sufrirá un corte de cabello poco ortodoxo, cortesía de los más experimentados del grupo. Algo similar le sucedió cuando Adrián Czornomaz, técnico en ese entonces, lo convocó para ese partido de otoño ante el "funebrero". Si bien entró con la 16, en sus primeros minutos y con la cabeza rapada, la gente vio movimientos de Claudio Sarría. "Quiero la 10 de Atlético", diría el muchacho, después del partido.
Uno de los últimos mensajes de aliento que recibió antes de partir a la pretemporada que ya lo tiene trotando de aquí para allá fue de Exequiel Belmonte, el juvenil que no integró la delegación. "Como retándome, me dijo que aproveche la oportunidad. 'Compadre, es feo no viajar', me dijo a mí y a los otros chicos que viajamos. Fue una mala noticia para él, pero esto es así", aseguró "Bahiano".
Desde ayer, ya lo está haciendo. Fue uno de los más movedizos en la práctica y, pese a que todavía falta mucho, no se olvida de su deseo. "Quiero la 10 de Atlético". (Especial)
 

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