Luciano Pereyra: "estar enfermo me sirvió para componer mi vida"

El cantante aseguró que nunca dejó de hacer folclore, como algunos lo habían acusado, sino que trata de no limitarse a un único género. "La música no es para comparar, sino para disfrutar". La figura de Mercedes Sosa como ángel guardián y su amistad con Diego Torres.

EN UN HOTEL CÉNTRICO. Pereyra regresó a Tucumán después de mucho tiempo y se reconoció ansioso por reencontrarse con las empanadas locales. LA GACETA / FOTO DE MARIA SILVIA GRANATA EN UN HOTEL CÉNTRICO. Pereyra regresó a Tucumán después de mucho tiempo y se reconoció ansioso por reencontrarse con las empanadas locales. LA GACETA / FOTO DE MARIA SILVIA GRANATA
13 Enero 2013
¿Está la empanada frita, esa rebosante de jugo y grasa, entre las recetas de los chefs de los hoteles de alta categoría? Este fin de semana ha debido estarlo en al menos uno: aquel en que se alojó Luciano Pereyra, quien volvió a Tucumán después de al menos dos años de no reencontrarse con su público... ni con su comida autóctona. Ansioso por ambas citas, el cantante -que fue invitado a actuar en el Hipódromo en el marco de la fiesta por la llegada del Dakar- definió como un "placer" su vuelta a la provincia, adonde arranca la gira de presentación de su último disco, "Con alma de pueblo". Horas antes del show, Pereyra habló con LA GACETA.

- Se cumplen 14 años del lanzamiento de tu primer disco, "Amaneciendo", ¿qué hitos marcarías en esa carrera hasta hoy?

- (piensa) El primer día que tuve ese disco en mis manos, mi primera función en la calle Corrientes, mi primera gira nacional, haberle cantado al Papa Juan Pablo II, haberle cantado a Diego Maradona en su partido homenaje... pasaron muchas cosas lindas e importantes que me han marcado en lo profesional. Todo momento que esté relacionado con la música siempre será agradable porque esto es lo que me gusta hacer. Estoy enamorado de la música.

- Tu último álbum, integrado totalmente por canciones folclóricas, ¿es volver a las raíces?

- No, es regar las raíces. Nunca me fui del folclore, aunque muchos así lo piensen. Hice diferentes géneros en algunos discos, pero en mis conciertos tanto en el país como en el exterior nunca dejé de cantar folclore. "Con alma de pueblo" es un disco que llegó en 2012, de una manera muy linda y sabia. Tenía muchas ganas de hacerlo, con ese estilo, con canciones de mi autoría y con clásicos en los que participaran invitados como Juanjo Domínguez, Peteco Carabajal, el Chango Spasiuk y mi padrino Horacio Guarany. Si no lo había hecho antes era porque no sentía que fuese el momento: las cosas se dan así y respeto los tiempos y los sentimientos a la hora de producir.

- ¿Por qué genera tanta controversia que un artista que empezó cantando folclore luego se ramifique a otros estilos?

- No, ya no, ese es un prejuicio que se superó. Lo venía rompiendo, por suerte, Mercedes Sosa, que cantó rock con Charly García y también Divididos, que adaptó canciones de Atahualpa Yupanqui... Yo jamás me voy a limitar a un solo género porque sería eso, limitarme, y no quiero. La música me parece un mundo muy amplio para descubrir e investigar. Siempre digo que la música no es para comparar, sino para disfrutar. Así que esas controversias, en este mundo globalizado, tienen cada vez menos fuerza y van desapareciendo, por eso los artistas nos podemos fusionar. El prejuicio no está en nosotros, los que queremos fusionarnos, sino en los otros, aunque cada uno tiene la libertad de decidir qué escuchar.

- Alguna vez definiste a "La Negra" Sosa como tu ángel guardián, ¿qué significa eso?

- Es una persona que quiero, que extraño y que sigo admirando día a día. Con ella he vivido en lo personal y en lo profesional cosas maravillosas, de muchísima emoción. Para mí ha sido un privilegio recibir el consejo de grandes personas como Mercedes y Horacio Guarany, que es un libro abierto.

- En el disco nuevo hay una canción, "Soy mendocino", que escribiste en tu niñez. ¿Solés revisar escritos viejos a menudo?

- Sí, suelo hasta leer libros que ya he leído porque en diferentes etapas de la vida los entendés de otra manera. Antes, revisar cuadernos viejos me daba vergüenza. Hoy me da gracia porque pienso "¿de dónde saque esto a los siete años?" y me río. Es una forma de no olvidarme de dónde vengo y dónde estoy. Hay cosas que sirven y que quizás puedan estar en un disco, y otras que jamás se van a editar. Solamente las voy a disfrutar yo, como un lindo recuerdo.

- Contaste que Diego Torres te ayudó mucho durante tu enfermedad, ¿son amigos? (N. de la R.: en 2011, estuvo 35 días internado tras una cirugía de esófago)

- Diego es un gran amigo. Con él comparto lo mejor, que es el fútbol: somos futbolistas que trabajamos de músicos. Jugamos dos veces por semana y hemos hecho una linda amistad. Más allá de que siempre lo admiré como cantante, lo admiro también por cómo es como persona. Un gran tipo, buena leche y estuvo cuando lo necesité.

- ¿Tu enfermedad te motivó reflexiones que luego te sirvieron para componer?

- No sé... Ha influido para componer no solo una canción, sino para seguir componiendo mi vida. Fue parte de lo que me tocó vivir, lo tuve que pasar, y la vida sigue. Ahora disfruto con más intensidad del día a día.

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