Por Alejandro Klappenbach
21 Enero 2013
En los "pasillos" tenísticos hay quien se animó a sugerir que, más allá de la reciente renuncia a la Davis 2013, Juan Martín Del Potro podría cambiar su postura si es que Argentina pierde la serie de primera ronda y debe jugar, en septiembre, un repechaje para seguir en el grupo mundial.
Tiempo al tiempo. La derrota frente a Chardy le abrió a Juan Martín un nuevo escenario, con un inesperado lapso de descanso hasta el torneo de Rotterdam, su próximo compromiso, el 11 de febrero. Su actividad de enero terminó de forma muy distinta de lo previsto. El regreso anticipado de Australia lo deja expuesto en su confianza, menos cansado, sin dolores, con poco ritmo de partidos, y con muchos días libres, exactamente 19 hasta tomar el avión rumbo a Holanda. Y casi en el medio, la serie contra Alemania...
En el contexto de un medio más sencillo y menos egocéntrico la lógica dejaría un lugar a una charla con Jaite para acercar diferencias, a un mutuo pedido de disculpas y, con las heridas ya no tan abiertas, también a una decisión en la que todos ganarían. El equipo argentino por contar con alguien que con su sola presencia puede, prácticamente, sentenciar aspiraciones ajenas; la gente, que podría volver a disfrutar in situ de uno de los ases del tour; la AAT con un profundo incremento en la demanda de abonos; y el propio Juan Martín, entregando un gesto que despejaría dudas respecto de intenciones y compromiso y, consecuentemente, lo acercaría al corazón de un público que hoy está dividido.
¿Es un sueño esto que se plantea? ¿Es un juego periodístico? ¿Es una utopía? Un poco de cada cosa. Y, fundamentalmente, será una pena que nada de esto ocurra. Porque, sin dudas, para cada uno de los actores sería mejor prevenir en febrero que curar en septiembre.
Tiempo al tiempo. La derrota frente a Chardy le abrió a Juan Martín un nuevo escenario, con un inesperado lapso de descanso hasta el torneo de Rotterdam, su próximo compromiso, el 11 de febrero. Su actividad de enero terminó de forma muy distinta de lo previsto. El regreso anticipado de Australia lo deja expuesto en su confianza, menos cansado, sin dolores, con poco ritmo de partidos, y con muchos días libres, exactamente 19 hasta tomar el avión rumbo a Holanda. Y casi en el medio, la serie contra Alemania...
En el contexto de un medio más sencillo y menos egocéntrico la lógica dejaría un lugar a una charla con Jaite para acercar diferencias, a un mutuo pedido de disculpas y, con las heridas ya no tan abiertas, también a una decisión en la que todos ganarían. El equipo argentino por contar con alguien que con su sola presencia puede, prácticamente, sentenciar aspiraciones ajenas; la gente, que podría volver a disfrutar in situ de uno de los ases del tour; la AAT con un profundo incremento en la demanda de abonos; y el propio Juan Martín, entregando un gesto que despejaría dudas respecto de intenciones y compromiso y, consecuentemente, lo acercaría al corazón de un público que hoy está dividido.
¿Es un sueño esto que se plantea? ¿Es un juego periodístico? ¿Es una utopía? Un poco de cada cosa. Y, fundamentalmente, será una pena que nada de esto ocurra. Porque, sin dudas, para cada uno de los actores sería mejor prevenir en febrero que curar en septiembre.
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