31 Enero 2013
REUTERS
ÁMSTERDAM.- "Es un enorme honor poder suceder a mi suegra. Nos espera mucho trabajo, pero muy hermoso y enriquecedor", afirmó ayer Máxima Zorreguieta, que el 30 de abril será coronada reina de Holanda junto con su esposo, el futuro monarca Guillermo Alejandro. La sucesión fue anunciada el lunes por la dimitente reina Beatriz, quien hoy cumple 75 años.
Las primeras declaraciones de Máxima tras la renuncia de Beatriz fueron difundidas por la cadena de noticias holandesa RTL News, en una entrevista antes de inaugurar la conferencia Alimentar al Mundo, en la cual disertó sobre los desafíos de los pequeños productores agropecuarios en los países en desarrollo y pidió la ampliación de créditos a ese sector para que mejoren sus cultivos. La futura monarca es economista y asesora especial en esta materia de Naciones Unidas.
El día elegido para la sucesión no es casual: es la misma fecha que Beatriz fue coronada reina de los Países Bajos en 1980, 33 años antes. Para la entonces joven y sonriente monarca, no fue un comienzo fácil. Hubo protestas callejeras mientras era el acto de coronación, con enfrentamientos entre holandeses sin viviendas y la Policía. Antes ya había soportado varios escándalos protagonizados por su padre, el príncipe Bernardo, y la indignación ciudadana cuando en 1966 se casó con un alemán, el príncipe Claus.
En ese momento, el futuro de la monarquía era incierto. Hoy, el reinado es estable y Beatriz, una monarca respetada y venerada. Las encuestas revelan su gran popularidad gracias a su incansable labor. Su inmaculado y sempiterno peinado, su pasión por los sombreros grandes y sus vestidos clásicos de marcadas hombreras son ya como un uniforme oficial. A partir del día en que asuman Guillermo y Máxima, volverá a ser oficialmente la princesa Beatriz y regresará al palacio Drakensteyn. (Especial-DPA)
Las primeras declaraciones de Máxima tras la renuncia de Beatriz fueron difundidas por la cadena de noticias holandesa RTL News, en una entrevista antes de inaugurar la conferencia Alimentar al Mundo, en la cual disertó sobre los desafíos de los pequeños productores agropecuarios en los países en desarrollo y pidió la ampliación de créditos a ese sector para que mejoren sus cultivos. La futura monarca es economista y asesora especial en esta materia de Naciones Unidas.
El día elegido para la sucesión no es casual: es la misma fecha que Beatriz fue coronada reina de los Países Bajos en 1980, 33 años antes. Para la entonces joven y sonriente monarca, no fue un comienzo fácil. Hubo protestas callejeras mientras era el acto de coronación, con enfrentamientos entre holandeses sin viviendas y la Policía. Antes ya había soportado varios escándalos protagonizados por su padre, el príncipe Bernardo, y la indignación ciudadana cuando en 1966 se casó con un alemán, el príncipe Claus.
En ese momento, el futuro de la monarquía era incierto. Hoy, el reinado es estable y Beatriz, una monarca respetada y venerada. Las encuestas revelan su gran popularidad gracias a su incansable labor. Su inmaculado y sempiterno peinado, su pasión por los sombreros grandes y sus vestidos clásicos de marcadas hombreras son ya como un uniforme oficial. A partir del día en que asuman Guillermo y Máxima, volverá a ser oficialmente la princesa Beatriz y regresará al palacio Drakensteyn. (Especial-DPA)