Tarantino enfoca la esclavitud desde el western

Tan polémica como elogiada, la violenta "Django desencadenado" es una de las candidatas a conquistar el Oscar a la Mejor Película.

JAMIE FOXX Y LEONARDO DICAPRIO. El esclavo y el propietario de una plantación marcan su territorio. JAMIE FOXX Y LEONARDO DICAPRIO. El esclavo y el propietario de una plantación marcan su territorio.
14 Febrero 2013
Ninguna de las anteriores siete películas de Quentin Tarantino pasó inadvertida o dejó indiferente a la crítica. Siempre provocó un inmediato alineamiento entre admiradores y detractores. Por eso, era de esperar que con "Django desencadenado", ambientada en el sur esclavista poco antes de la Guerra Civil estadounidense, una vez más los bandos se dividieron sin dejar resquicios. Encendidos elogios contrastan con durísimos juicios acerca de lo que se considera, una vez más, una gratuita espectacularización de la violencia y de la brutalidad. Una banalización del drama de la esclavitud.

El cazador de recompensas alemán King Schultz (Christoph Waltz) está tras la pista de los hermanos asesinos Brittle, y sólo el esclavo Django (interpretado por Jamie Foxx), puede llevarlo hacia el botín. El poco ortodoxo Schultz adquiere a Django con la promesa de liberarlo una vez que capture a los Brittles. Schultz cumple la promesa, pero ambos eligen seguir juntos.

Django se mantiene enfocado en su único objetivo: encontrar y rescatar a Broomhilda (Kerry Washington), la esposa que perdió en el mercado de esclavos largo tiempo atrás. Las búsquedas de Django y Schultz terminan conduciéndolos a Calvin Candie (Leonardo DiCaprio). Es el dueño de Candyland, una infame plantación donde los esclavos son adiestrados para luchar entre ellos como deporte. Si Django y Schultz van a escapar con Broohilda deben elegir entre la independencia y la solidaridad, entre el sacrificio y la supervivencia.

La polémica
Se le ha criticado a Tarantino el exceso de violencia y su representación de la esclavitud en esta película. Frente a estos dos observaciones: el mismo director ha dicho que no es posible mostrar la esclavitud sin desnudar la barbarie a la que fueron sometidos los afroamericanos antes de la abolición.

El prestigioso realizador Spike Lee, por ejemplo, escribió en twitter: "la esclavitud estadounidense no fue un spaghetti western de Sergio Leone. Fue un holocausto. Mis antepasados fueron esclavos robados de África. Y yo los voy a honrar". Lee aclaró que no piensa ver el filme de Tarantino.

Al igual que en los anteriores eslabones de su filmografía, Tarantino apela al pastiche de géneros; más aún, a las citas y referentes, acentuando aquellos que permitirían establecer un vínculo conceptual entre "Bastardos sin gloria", su largo precedente, y "Django desencadenado".

La producción llega con dos semanas de retraso a las salas tucumanas. Está triunfando en la taquilla y en la crítica internacional. Peleará por el Oscar a la Mejor Película.

¿Trilogía?
De momento, Tarantino tiene claro lo siguiente: "este tema pide una trilogía, pide una tercera película. Pero todavía no he decidido sobre qué", afirmó. El tema es de la venganza, y se inició con "Bastardos sin gloria".

La más firme de las posibilidades -según el propio Tarantino- es la historia de un batallón de soldados negros en plena Segunda Guerra Mundial, después del desembarco aliado en Normandía.

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