15 Febrero 2013
La variedad contiene eventos apilados y es conocida como soja BtRR2Y o soja intacta, según la Resolución 153 emitida por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Paraguay (MAG).
"Consideramos que la utilización plena de esta tecnología contribuirá a mejorar la competitividad de la soja producida en Paraguay, fortaleciendo el posicionamiento internacional del producto", según señala un dictamen del MAG de 2011 y 2012, reproducido en la resolución.
La resolución también cita el dictamen favorable de la Comisión Nacional de Bioseguridad Agropecuaria y Forestal (Conbio), que argumenta los informes remitidos por las entidades pertinentes, además de citar la liberación de la semilla en Brasil, México, Argentina, Unión Europea, Corea del Sur, Uruguay y Colombia.
El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) argumenta, en una nota entregada en enero de este año, que la seguridad de la variedad de soja liberada fue demostrada "por numerosos estudios y por su misma utilización como alimento por más de 50 años".
"No se observa toxicidad (en la semilla) o que contenga potencial alergénico, puesto que constituye una muy pequeña parte de estas proteínas en la ración y además no comparte similitudes estructurales o de secuencia con toxinas conocidas", detalla el escrito.
El Senacsa dicta también que los estudios demuestran una alta digestibilidad de la semilla y que no contienen genes marcadores de resistencia a antibióticos. "Ante todo lo expuesto, y a la luz de las publicaciones científicas consultadas, se considera que su puesta al mercado tendría el mismo riesgo que cualquier otra soja comercial", concluye el informe de Senacsa.
"Consideramos que la utilización plena de esta tecnología contribuirá a mejorar la competitividad de la soja producida en Paraguay, fortaleciendo el posicionamiento internacional del producto", según señala un dictamen del MAG de 2011 y 2012, reproducido en la resolución.
La resolución también cita el dictamen favorable de la Comisión Nacional de Bioseguridad Agropecuaria y Forestal (Conbio), que argumenta los informes remitidos por las entidades pertinentes, además de citar la liberación de la semilla en Brasil, México, Argentina, Unión Europea, Corea del Sur, Uruguay y Colombia.
El Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa) argumenta, en una nota entregada en enero de este año, que la seguridad de la variedad de soja liberada fue demostrada "por numerosos estudios y por su misma utilización como alimento por más de 50 años".
"No se observa toxicidad (en la semilla) o que contenga potencial alergénico, puesto que constituye una muy pequeña parte de estas proteínas en la ración y además no comparte similitudes estructurales o de secuencia con toxinas conocidas", detalla el escrito.
El Senacsa dicta también que los estudios demuestran una alta digestibilidad de la semilla y que no contienen genes marcadores de resistencia a antibióticos. "Ante todo lo expuesto, y a la luz de las publicaciones científicas consultadas, se considera que su puesta al mercado tendría el mismo riesgo que cualquier otra soja comercial", concluye el informe de Senacsa.