El heredero

Rolando Serrano será titular esta tarde y quiere imitar a su hermano Jorge, aunque aclara: "él pega mucho, yo soy más táctico".

ESTA LISTO. Chopi quiere aportar lo suyo. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA ESTA LISTO. "Chopi" quiere aportar lo suyo. LA GACETA / FOTO DE HECTOR PERALTA
17 Marzo 2013
Su corazón late acelerado. Le cuesta conciliar el sueño. Es que en los últimos tiempos tuvo varios sacudones; pero de los buenos, esos que llenan el alma. Rolando Serrano está en su salsa. Esta tarde, en un duelo chivo, tendrá la chance de cumplir un viejo anhelo: jugar en La Ciudadela, la casa que supo cobijar durante muchos años a su hermano Jorge.

No es un juego más. San Martín debe reponerse rápido del tropezón en Mendoza, porque el camino hacia el ascenso no permite otro paso en falso. La parada es brava, pero "Chopy" no se achica. Saca pecho y pone primera. "Es la oportunidad que estaba esperando", dice el pibe que les ganó el puesto a dos pesos pesados dentro del plantel, como Mario Vera y Federico Pomba.

"Soy consciente de que debo que estar tranquilo para que las cosas me salgan bien. Acá, lo importante es que el equipo gane y se meta de lleno en la lucha por el ascenso", firma el pibe que en poco tiempo saltó varios escalones, pero sin quemar etapas.

Serrano fue figura de San Juan, jugando el torneo liguista, y la recompensa no tardó en llegar. Atlético Concepción tomó nota de ello y le dio la oportunidad de jugar el Argentino "B". Allí dio el segundo paso de su breve pero prominente historia. Fue figura de la zaga "bandeña" y llegó el regalo divino: el pase a San Martín.

De a poco, fue demostrando que podía ser una alternativa valedera, pero Carlos Ramacciotti no lo tuvo mucho en cuenta. Unos juegos por Copa Argentina fueron el único plato para saciar su ansiedad. Pero todo cambió con la llegada de Carlos Roldán, quien le dio la chance de ser titular en Misiones. Y el pibe hizo el resto. "Gracias a Dios viví muchas cosas lindas en este último tiempo. Sería lindo coronar todo esto con el ascenso", pide el defensor que sabe que el juego contra San Jorge será con el cuchillo entre los dientes. "Tenemos que matarnos en el campo y lograr el triunfo que nos permita acomodarnos en la pelea", dice, frontal, como lo hace en cada cruce dentro del campo.

En Bolívar y Pellegrini saben que el margen de error no es grande. Para tocar el cielo con las manos la ecuación es simple. Ganar, sumar y empujar hacia la gloria, esa es la cuestión. Y "Chopy" no le esquiva al desafío. "Tenemos que hacernos fuertes. Nos quedan nueve finales y tenemos que ganar la mayor cantidad de puntos", revela el principal mandamiento "santo" por estas horas.

La responsabilidad será patrimonio exclusivo de San Martín. Esta tarde, deberá sacar el plus del bolsillo y apostar todas sus fichas a ganador, para dar en el blanco y apuntalar ese objetivo que por ahora está en pañales. San Jorge, en cambio, juega por el honor y por ese dulce fruto que significa sacar pecho en un estadio que será una olla a presión. "Eso lo tenemos asumido. San Martín es un grande y siempre tiene la obligación". El defensor saca a relucir su costado férreo, temperamental. La presión no lo asusta, todo lo contrario. Como buen guerrero, toma esa situación para sumar coraje y salir a comerse al enemigo. "Vamos a dejar el alma para conseguir el ascenso; que los hinchas no tengan dudas de eso", firma el menor de los Serrano, queriendo imitar las proezas de su hermano. "Siempre me da consejos. Tengo que escucharlo, por algo ganó tantas cosas y está jugando en Primera".

LG Deportiva mete presión y arrincona al pobre "Chopy". ¿Quién es mejor, vos o Jorge? "Él pega mucho; yo soy más táctico". Rolando no se achica y ríe con ganas, antes de salir a comerse la cancha.

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