Basta de golosinas, gaseosas y papas fritas en los recreos

Dos especialistas recomiendan una dieta variada y atractiva para que a los chicos no les falten nutrientes

EL DESAYUNO ES CLAVE. Licuados, jugo de naranja, galletitas con queso, yogur con cereales... todo vale. APPETITESCATERING.COM EL DESAYUNO ES CLAVE. Licuados, jugo de naranja, galletitas con queso, yogur con cereales... todo vale. APPETITESCATERING.COM
18 Marzo 2013
En un país donde el consumo desmedido y la obesidad se erigen como los enemigos modernos de la salud, la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (Aadynd) reiteró sus habituales recomendaciones para controlar la alimentación de los niños.

Con un nuevo arranque del ciclo lectivo, también vuelven las dulces tentaciones de los recreos. Y por esto, la Aadynd alertó a los padres de alumnos de primaria que controlen a sus hijos. Según la Asociación, pese a lo claro e incuestionable del concepto, la mayoría de los niños argentinos aún ingieren demasiadas golosinas, gaseosas, papas fritas y alfajores, además de productos pobres en minerales y vitaminas pero ricos en grasas, sodio y calorías vacías.

"Un buen desayuno es fundamental para que el chico tenga la energía y los nutrientes que necesita. Por ejemplo, puede incluir leche, fruta y tostadas untadas con queso", explicó Romina Sayar, en una exposición organizada por la Aadynd.

La especialista propuso variaciones sobre una base similar para hacer atractiva la propuesta a los niños, en un marco de compromiso de los padres para poder vencer malos hábitos. "La primera comida del día es fundamental para que el chico tenga la energía y los nutrientes que necesita. Puede ser un licuado de frutas y galletitas integrales con queso, o bien un yoghurt más copos de cereales y jugo de naranja. También se les puede dar leche chocolatada", sugirió.

En cuanto a las colaciones, que se ingieren entre las comidas principales para no llegar con mucho hambre a la siguiente, propuso aprovecharlas para incorporar más nutrientes, por ejemplo, dándoles a los chicos para el recreo una fruta, una barrita de cereal o frutas secas, o sugerirles que compren un yogur y no una gaseosa o un jugo azucarado. "Los productos deben estar al alcance y los padres inculcar su consumo a los hijos. La infancia y la adolescencia son claves", subrayó.

Imprescindibles

Su colega Cecilia Brett fundamentó la conveniencia de estos alimentos para reforzar la incorporación de nutrientes como calcio, vitaminas A y C, fibra, hierro y zinc, que suelen ser deficitarios.

"El calcio que, por ejemplo, está presente en los lácteos, es importantísimo para el crecimiento de la masa ósea. La falta de vitamina A deteriora la visión nocturna. Las fibras previenen enfermedades como la diabetes, el sobrepeso y el colesterol. A su vez, la falta de hierro perjudica el desarrollo intelectual, y la de zinc retarda el crecimiento en la talla", enumeró.

La recomendación de esta especialista es que los niños coman alimentos de todos los grupos, pero en una medida conveniente y con mayor proporción de cereales integrales, legumbres, frutas y verduras.

Por día, un niño requiere una cantidad de lácteos equivalente a dos tazas de leche y una porción de queso; en cuanto a las carnes (pescado, pollo o vacuna) basta con una porción chica o bien un huevo.

"No significa que no deben comer grasas ni aceites ni dulces. El problema está en las proporciones. Para todo un día sólo necesitan cuatro cucharaditas de azúcar y otras cuatro de mermelada", detalló.

Las especialistas enfatizaron que el 31,5% de los niños tiene sobrepeso y que el 10,4% sufre de obesidad. Y alertaron que, a menos que se los corrija desde chicos, en la adultez pueden sufrir obesidad, hipertensión y diabetes.

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