Perseguidos por practicar la religión de San Francisco de Asís

VIVIR POR CRISTO. La hermana nigeriana Osuji (izq.) y un grupo de monjas griegas, en la misa que inauguró el pontificado de Francisco. LA GACETA / FOTO DE JOSé NAZARO (ENVIADO ESPECIAL) - EFE VIVIR POR CRISTO. La hermana nigeriana Osuji (izq.) y un grupo de monjas griegas, en la misa que inauguró el pontificado de Francisco. LA GACETA / FOTO DE JOSé NAZARO (ENVIADO ESPECIAL) - EFE
Roma es una fiesta para los católicos. Pero mientras en esta parte del mundo se celebra con fervor y esperanza el inicio del Ministerio Petrino del nuevo Papa, en otros lugares del planeta, católicos y cristianos son perseguidos por profesar la fe de Francisco. Y en algunos casos, inclusive, llegan a perder la vida.

La primera gran misa de Jorge Mario Bergoglio como Santo Padre fue presenciada por fieles de todo el mundo. Un gran porcentaje de ellos eran religiosos que viven en Italia o en diversos países de Europa, pero que nacieron en otros continentes, como Asia y África. Ese es el caso de Miriam Osuji, una monja nigeriana que está en Roma estudiando desde hace varios años. Poco después del final de la misa, la religiosa contó que en el norte de su país actúan grupos extremistas musulmanes que persiguen y asesinan a los cristianos.

"Tengo parientes a los que mataron por profesar la fe. Te ven la cruz y te asesinan. A pesar de todo, yo quiero volver a mi país. No importa morir, porque tarde o temprano todos moriremos. Lo importante es difundir la palabra del Señor", explicó con valentía y en inglés.

Algo parecido ocurre en Siria, según Jalil, un joven oriundo de ese país de Oriente Próximo que reside en Roma desde hace bastante tiempo. "En Siria todos éramos como hermanos: católicos, musulmanes, ortodoxos... Pero los yihadistas llegaron para hacer daño. Ellos matan por matar, y matan también a los católicos, que somos el 25% de la población", aseguró este miembro de un grupo grande de sirios que hizo hondear varias banderas de su país durante la ceremonia.

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