21 Marzo 2013
DETERIORO. Malezas y basura se amontonan dentro de la propiedad. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
"Esta casa era un castillo", afirmó Carlos Garretón, recordando la época de plenitud del edificio donde funcionaba el policlínico Eliseo Cantón. Hoy la realidad es otra. La casa que embellecía la cuadra de España al 800 está abandonada. Y sólo las anécdotas pueden rescatar su olvidado esplendor.
Los vecinos entrevistados por LA GACETA coincidieron en que la vereda de la casa se convierte, periódicamente, en un basural. Escombros, desperdicios domiciliarios y hasta animales muertos componen la detallada lista que aglomera las quejas de los vecinos de la zona norte.
"Hace tres o cuatro años que este lugar está así, abandonado. Hace dos años las autoridades de Fotia hicieron una gran inversión para construir consultorios. Pero después no volvieron más", agregó Garretón. Amelia Díaz trabaja como cajera en una carnicería ubicada en la esquina de España y avenida Sarmiento. "En esta cuadra (España al 800) siempre están tirando desperdicios. Hace unos días sacamos la basura y aprovecharon para llenar de escombros toda la vereda. Acá ven la oportunidad y se aprovechan", precisó. La empleada también contó que sobre la vereda del Seminario Mayor también suelen tirar basura. Sin embargo, como el edificio del ex policlínico está abandonado, ese suele ser el lugar preferido de todos aquellos que ensucian la zona.
A este problema se le agrega el basural y las malezas que "pueblan" el interior de la antigua vivienda.
La casa de Isabel Santiago es lindera con la propiedad. Según afirmó, se vio obligada a levantar la pared de la tapia de su casa y a colocar alambre de púas por temor a ser víctima de un robo. "Esa casa está a cargo de la obra social de Fotia. En más de una ocasión los llamé para que vengan o se hagan cargo de resolver este problema, pero nunca me respondieron", apuntó.
Santiago también sostuvo que, por el abandono en que se encuentra esa propiedad, es un criadero de alacranes y de ratas. "Tuve que poner redes en la salida de las cañerías de mi casa para evitar que se metan los bichos. Esto es una mugre y hasta hubo algunos okupas que quisieron apropiarse del edificio. Pero como llamamos a la Policía desistieron", advirtió.
LA GACETA intentó comunicarse con el titular de Fotia, Roberto Palina, pero no contestó las llamadas. La preocupación de los vecinos es palpable y, según dijeron, quieren que se resuelva esta situación tan difícil de soportar.
Los vecinos entrevistados por LA GACETA coincidieron en que la vereda de la casa se convierte, periódicamente, en un basural. Escombros, desperdicios domiciliarios y hasta animales muertos componen la detallada lista que aglomera las quejas de los vecinos de la zona norte.
"Hace tres o cuatro años que este lugar está así, abandonado. Hace dos años las autoridades de Fotia hicieron una gran inversión para construir consultorios. Pero después no volvieron más", agregó Garretón. Amelia Díaz trabaja como cajera en una carnicería ubicada en la esquina de España y avenida Sarmiento. "En esta cuadra (España al 800) siempre están tirando desperdicios. Hace unos días sacamos la basura y aprovecharon para llenar de escombros toda la vereda. Acá ven la oportunidad y se aprovechan", precisó. La empleada también contó que sobre la vereda del Seminario Mayor también suelen tirar basura. Sin embargo, como el edificio del ex policlínico está abandonado, ese suele ser el lugar preferido de todos aquellos que ensucian la zona.
A este problema se le agrega el basural y las malezas que "pueblan" el interior de la antigua vivienda.
La casa de Isabel Santiago es lindera con la propiedad. Según afirmó, se vio obligada a levantar la pared de la tapia de su casa y a colocar alambre de púas por temor a ser víctima de un robo. "Esa casa está a cargo de la obra social de Fotia. En más de una ocasión los llamé para que vengan o se hagan cargo de resolver este problema, pero nunca me respondieron", apuntó.
Santiago también sostuvo que, por el abandono en que se encuentra esa propiedad, es un criadero de alacranes y de ratas. "Tuve que poner redes en la salida de las cañerías de mi casa para evitar que se metan los bichos. Esto es una mugre y hasta hubo algunos okupas que quisieron apropiarse del edificio. Pero como llamamos a la Policía desistieron", advirtió.
LA GACETA intentó comunicarse con el titular de Fotia, Roberto Palina, pero no contestó las llamadas. La preocupación de los vecinos es palpable y, según dijeron, quieren que se resuelva esta situación tan difícil de soportar.
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