27 Marzo 2013
SUSPENSIÓN. Tras la marcha atrás, ayer la constructora retiró las máquinas del local de 24 de Septiembre 1.260. LA GACETA / FOTO DE RODOLFO CASEN
CONCEPCIÓN.- "La postura es terminante porque la Iglesia Católica no negocia cuestiones que afectan la moral y la sana costumbre de la gente". Ese es, en pocas palabras, el mensaje que ayer les transmitió a los concejales de esta ciudad el obispo José María Rossi, en relación al frustrado intento de la Caja Popular de Ahorros (CPA) de instalar aquí un casino.
El prelado ratificó su rechazo al proyecto durante un encuentro que mantuvo con los concejales en la sede del obispado de la Santísima Concepción. La postura tiene el firme respaldo de los representantes radicales; en cambio, los peronistas no sólo la rechazaron, sino que además la tildaron de "retrógrada" y de que "frena las posibilidades de desarrollo de la ciudad".
Marcha atrás
Los ediles afines al intendente Osvaldo Morelli prefirieron evitar la polémica directa con el obispo, aunque también se mostraron en desacuerdo con la postura del clero.
La obra del casino era ejecutada por la empresa Erkasa en un inmueble ubicado en 24 de Septiembre 1.260. Además de una sala de juego, el proyecto contemplaba un bar y restaurante con oficinas. Los juegos de paño iban a ser explotados por la Caja Popular y las máquinas tragamonedas, por la empresa Ivisa. Esta firma es la que administra el Casino de Tucumán, en el ex hotel Savoy de la capital.
El lunes, luego del pronunciamiento de monseñor Rossi, el gobernador José Alperovich y el intendente local resolvieron suspender definitivamente la iniciativa a fin de evitar una confrontación con la Iglesia. En consecuencia, ayer mismo la empresa constructora retiró su personal y las maquinarias del predio en el microcentro de la ciudad.
"Resarcir a Ivisa"
Los peronistas Pedro Albornoz, Daniel Funez y Raúl Flores, aunque ante el obispo Rossi se mostraron cautos y sólo prefirieron escucharlo, en declaraciones a LA GACETA soltaron su bronca. "En esta ciudad ya tenemos un casino que sí genera trastornos. El previsto no sólo iba a producir mano de obra, promover el turismo y levantar un sector deprimido del municipio, sino que además sepultaba a los que no funcionan como corresponde", remarcaron. "No se puede estar porque sí en contra del progreso de la comunidad. Todas las ciudades grandes tienen su casino", añadió Funez. "Ahora la Municipalidad va a tener que resarcir los perjuicios que sufre la empresa Ivisa, que estaba invirtiendo en los trabajos", apuntó el concejal Albornoz.
La instalación del casino fue aprobada por la Municipalidad de Concepción el 27 de noviembre del año pasado. El proyecto de obra, con el respectivo estudio de impacto ambiental, fue presentado por la empresa concesionaria Ivisa.
"Estábamos dispuestos a discutir algunos aspectos de la ordenanza que rige para las casas de juego. De ahí que le entregamos a monseñor una copia de la normativa. Pero todo queda en la nada porque ya hay una decisión oficial de no instalar el Casino aquí", sostuvo, por su parte, Emilio Carrier, presidente del Concejo Deliberante.
En cambio, los ediles radicales Eduardo Carrizo, Carlos Olarte y Alfredo Estéfano, durante la reunión que mantuvieron ayer le dijeron a Rossi que era un acierto "oponerse a un proyecto que degrada a la sociedad y genera actividades subterfugias reñidas con la moral". "Necesitamos de otro tipo de obras, que tengan que ver con la calidad de vida de la gente, como agua potable, cloacas y plantas de procesamiento de residuos y líquidos cloacales", sostuvo Carrizo. (C)
El prelado ratificó su rechazo al proyecto durante un encuentro que mantuvo con los concejales en la sede del obispado de la Santísima Concepción. La postura tiene el firme respaldo de los representantes radicales; en cambio, los peronistas no sólo la rechazaron, sino que además la tildaron de "retrógrada" y de que "frena las posibilidades de desarrollo de la ciudad".
Marcha atrás
Los ediles afines al intendente Osvaldo Morelli prefirieron evitar la polémica directa con el obispo, aunque también se mostraron en desacuerdo con la postura del clero.
La obra del casino era ejecutada por la empresa Erkasa en un inmueble ubicado en 24 de Septiembre 1.260. Además de una sala de juego, el proyecto contemplaba un bar y restaurante con oficinas. Los juegos de paño iban a ser explotados por la Caja Popular y las máquinas tragamonedas, por la empresa Ivisa. Esta firma es la que administra el Casino de Tucumán, en el ex hotel Savoy de la capital.
El lunes, luego del pronunciamiento de monseñor Rossi, el gobernador José Alperovich y el intendente local resolvieron suspender definitivamente la iniciativa a fin de evitar una confrontación con la Iglesia. En consecuencia, ayer mismo la empresa constructora retiró su personal y las maquinarias del predio en el microcentro de la ciudad.
"Resarcir a Ivisa"
Los peronistas Pedro Albornoz, Daniel Funez y Raúl Flores, aunque ante el obispo Rossi se mostraron cautos y sólo prefirieron escucharlo, en declaraciones a LA GACETA soltaron su bronca. "En esta ciudad ya tenemos un casino que sí genera trastornos. El previsto no sólo iba a producir mano de obra, promover el turismo y levantar un sector deprimido del municipio, sino que además sepultaba a los que no funcionan como corresponde", remarcaron. "No se puede estar porque sí en contra del progreso de la comunidad. Todas las ciudades grandes tienen su casino", añadió Funez. "Ahora la Municipalidad va a tener que resarcir los perjuicios que sufre la empresa Ivisa, que estaba invirtiendo en los trabajos", apuntó el concejal Albornoz.
La instalación del casino fue aprobada por la Municipalidad de Concepción el 27 de noviembre del año pasado. El proyecto de obra, con el respectivo estudio de impacto ambiental, fue presentado por la empresa concesionaria Ivisa.
"Estábamos dispuestos a discutir algunos aspectos de la ordenanza que rige para las casas de juego. De ahí que le entregamos a monseñor una copia de la normativa. Pero todo queda en la nada porque ya hay una decisión oficial de no instalar el Casino aquí", sostuvo, por su parte, Emilio Carrier, presidente del Concejo Deliberante.
En cambio, los ediles radicales Eduardo Carrizo, Carlos Olarte y Alfredo Estéfano, durante la reunión que mantuvieron ayer le dijeron a Rossi que era un acierto "oponerse a un proyecto que degrada a la sociedad y genera actividades subterfugias reñidas con la moral". "Necesitamos de otro tipo de obras, que tengan que ver con la calidad de vida de la gente, como agua potable, cloacas y plantas de procesamiento de residuos y líquidos cloacales", sostuvo Carrizo. (C)
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