"La mentira de la inflación oficial y otros cuentos del gobierno de Cristina Kirchner"

La revista Veja, la más vendida en Brasil, publicó un duro informe en que contrasta los datos oficiales y los reales de nuestro país. "Las estadísticas económicas oficiales se han convertido en una broma", subraya.

CRISTINA, PINOCHO. La revista Veja hace hincapié en destacar las mentiras del kirchnerismo. Abajo, Pepe Grillo en actitud suicida. FOTO TOMADA DE VEJA.ABRIL.COM.BR CRISTINA, PINOCHO. La revista Veja hace hincapié en destacar las mentiras del kirchnerismo. Abajo, Pepe Grillo en actitud suicida. FOTO TOMADA DE VEJA.ABRIL.COM.BR
03 Abril 2013
"Cristina Kirchner hace con las estadísticas económicas lo mismo que sus militantes con los hechos históricos: una burda manipulación de la realidad. Quién sufre es el pueblo". Así comienza un artículo de la revista brasileña Veja, cuyo título es más que contundente: "La Argentina: la mentira de la inflación oficial y otros cuentos del gobierno de Cristina Kirchner".

La publicación semanal, que tiene una tirada de 1,4 millón de ejemplares, la mayor de Brasil, destaca que la Argentina es un país en el que el pasado siempre parece más prometedor que el presente y el futuro. Y agrega que la falsificación de la historia en sí es un rasgo de la cultura nacional. 

"El intento de insertar en el currículum del Papa Francisco, un crítico del gobierno, un episodio de colaboración con la dictadura militar es sólo el último de estos inventos", señala la nota, que lleva la firma de Ricardo Setti.

"Para ocultar la ruina de su desgobierno, Cristina Kirchner utiliza la fábula con la misma intensidad que lo hace sobre el pasado. Las estadísticas económicas oficiales se han convertido en una broma. La tasa oficial de inflación anual fue de sólo 10%. El valor real es de 24%, con la proyección de alcanzar el 30% a finales de 2013", añade.

Veja propone que el "ilusionismo" kirchnernerista es un desastre anunciado y un ataque a la economía local. "Un argentino que cree en el gobierno y acepte la tasa media que pagan los bancos, de alrededor del 13%, se imagina que protege su dinero de la devaluación. Está siendo esquilmado por la inflación real", remarca. Subraya que al argentino le está prohibido incluso invertir en bienes raíces, la opción preferida en tiempos de incertidumbre, ya que casi todas las operaciones se hacían en dólares. "Ahora, la compra y venta de inmuebles debe ser, por ley, en pesos. Como la mayoría de los argentinos - educados por décadas de volatilidad de las reglas económicas- tienen ahorros en dólares, deberán convertirlos a pesos a los oficiales de intercambio en cantidades irreales equivale a ser robados por el gobierno. A causa de esta imposición, la oferta supera ampliamente la demanda y el valor de las propiedades en la Argentina se está reduciendo. El año pasado, el descenso fue del 30%".

La revista que tiene base en la populosa ciudad de San Pablo reflexiona que, cómo los gobiernos autoritarios no necesitan demostrar coherencia, "la Argentina oficial sin inflación" necesita recurrir al congelamiento de precios. "Como aprendemos en el primer curso de las facultades  de Economía, cuando se congelan los precios en los supermercados el consumo aumenta y, por una ley económica inevitable, presiona al alza a los precios. Esto es lo que sucede ahora en la Argentina", resalta. Pone en evidencia que el el gobierno argentino "respondió con un intento patético" del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, de prohibir a los supermercados publicar ofertas en los periódicos, con lo cual echó más leña al fuego: "Se hizo más difícil para los consumidores comparar precios. Como resultado de ello, la competencia entre los supermercados disminuyó, lo que estimula la inflación ", dice el economista Juan Luis Bour, de la Fundación para la Investigación Económica Latinoamericana (FIEL).

Veja concluye que, "infatigable en el intento de reescribir las leyes económicas básicas, el kirchnerismo ahora va por el congelamiento salarial. Cuando el sindicalismo pidió un aumento salarial equivalente a la inflación real del 24%, la respuesta fue que sería un 20%, debido a que los precios serían estables por decreto".

Finalmente, la revista brasileña considera: "Va a ser divertido seguir esta tragicomedia del exterior (para los argentinos será su tragedia). Obviamente, los precios no se ajustan a los decretos oficiales. El encarecimiento de los productos será más rápido que el aumento de los salarios, y los líderes sindicales tienen que decidir si luchan por defender los intereses de los trabajadores o seguirán sirviendo al gobierno. La tensión social es inevitable". LA GACETA

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