"La guerra y la violencia hacen emigrar a los cristianos de Medio Oriente"

El patriarca, máximo líder mundial de los maronitas, se reunió en Tucumán con los obispos de la diáspora. Elogió a la Argentina

MENSAJERO DE LA PAZ. Monseñor Béchara Boutros Raï instó ayer, en Tucumán, a defender las raíces cristianas que nacieron en el Medio Oriente. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARáOZ MENSAJERO DE LA PAZ. Monseñor Béchara Boutros Raï instó ayer, en Tucumán, a defender las raíces cristianas que nacieron en el Medio Oriente. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARáOZ
19 Abril 2013

Tucumán es centro de las miradas del mundo maronita. El patriarca de Antioquía y de todo el Oriente, el cardenal Béchara Boutros Raï, llegó en visita pastoral para coordinar acciones con los obispos de la diáspora (de países que no son el Líbano, como Estados Unidos, México, Brasil, Australia, Canadá y Argentina, entre otros) y superiores generales de las órdenes maronitas libanesas. Comunidades religiosas de otras ciudades se unieron a la de Tucumán para recibir al máximo líder espiritual de los católicos maronitas, con muestras de júbilo y carteles de bienvenida en las calles.

En el hotel Catalinas Park, el prelado recibió a la prensa, acompañado por el obispo emérito de la eparquía de San Charbel en Buenos Aires, monseñor Charbel Merhi, recientemente sucedido por el padre Habib Chamieh; el vicario patriarcal, monseñor Bulos Saiah; el padre Hannoun Andraos, quien le sirvió de intérprete (el patriarca no habla castellano) y el capellán presbítero Pedro Brunori. También se encontraban integrantes de la comunidad laica de la parroquia Nuestro Señor del Milagro y San Marón y de la Asociación Sirio Libanesa.

La iglesia maronita es, de las orientales, la única que siguió siendo fiel a Roma y al Papa. Es católica, por supuesto; su liturgia se remonta a los primeros siglos del cristianismo y conserva el idioma que hablaban Cristo y los apóstoles, el arameo. Monseñor Béchara Boutros Raï, en su carácter de cardenal, integró el cónclave que eligió al papa Francisco. Su sede se encuentra en el Líbano, pero los maronitas están dispersos por todo el mundo. En Tucumán la comunidad se integra con descendientes de familias libanesas en su mayoría.

Esta es la entrevista que el patriarca le concedió a LA GACETA.

- ¿Cuáles son las grandes preocupaciones que tiene la Iglesia maronita hoy?

- A nivel mundial, la gran preocupación es acompañar a los maronitas que viven fuera del Líbano para que mantengan sus tradiciones y su identidad. Estamos presentes con misioneros sacerdotes en los cinco continentes. También nos preocupan las vocaciones misioneras y religiosas. En cuanto a Medio Oriente, nos entristece la situación de guerra, violencia e inseguridad, en todo sentido, y también a nivel económico, que hace que los cristianos emigren del país. Es por eso que debemos reafirmar nuestra presencia y nuestro rol en estos lugares. Como maronitas, tenemos la responsabilidad de mantener vivo el Evangelio que se encarnó en Medio Oriente. No debemos olvidar que la Iglesia fue fundada en Europa y que el Evangelio nació del Medio Oriente. Somos cristianos y nos consideramos guardianes de las raíces del cristianismo mundial. Sin embargo, la violencia y los fundamentalismo desaniman nuestra misión, y esa es nuestra gran preocupación, que transmitimos a los políticos y dirigentes y a la sociedad internacional: que traten de poner límites a la violencia y a la guerra y que trabajen por la paz.

- ¿Qué opina del papa Francisco?

- Los maronitas recibimos a Francisco con mucha alegría, porque es una persona íntegra y hará escuchar la voz de la Iglesia para pedir por la paz en el mundo. Después de la elección (en Roma), y antes de volver al Líbano, le presentamos al Papa un informe sobre los acontecimientos en Medio Oriente. Le pedimos su intervención en dos puntos: que apoye moralmente a los cristianos para que no retrocedan en su misión, y por otro lado que apoye la sede pontifical maronita a nivel mundial en el reclamo de paz en Medio Oriente. Hay resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que deben ser aplicadas para resolver el problema palestino, por ejemplo, que los refugiados vuelvan a sus tierras. Porque en nuestro país, siendo pequeño, tenemos 500.000 palestinos armados. Confiamos en el papa Francisco, que se ha puesto al servicio de los pobres, que no son sólo los que no tienen dinero sino también los que tienen hambre de paz y de justicia.

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- ¿Cuál es su mensaje a los maronitas?

- Que la paz no sólo es la falta de guerra. Es también un derecho de la sociedad al desarrollo, a la justicia, a la posibilidad de estudiar, de trabajar y de ser respetados. En países como Argentina se viven esos valores, entonces siempre lleven ese mensaje.

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