16 Mayo 2013
EN CALMA. Ayer, los empleados de los locales seguían la rutina cotidiana de atender a los clientes y la mayoría no sabía que había ocurrido el robo. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
Todo indica que el golpe fue cuidadosamente planificado. Disfraces, armas y herramientas les permitieron a tres delincuentes ingresar a la oficina de la Administración del "Shopping Solar del Cerro", en Yerba Buena, y llevarse más de $ 150.000 sin que nadie advirtiera su presencia.
El asalto sucedió el martes a la mañana. Un día antes, personal de seguridad del centro comercial había notado que una de las cámara había sido movida para que apuntara hacia otro lado pero volvió a colocarla en su lugar. Fue esa misma cámara la que, al día siguiente, registró la entrada y la salida de los ladrones.
Fuentes de "Solar del Cerro" comentaron a LA GACETA que en la filmación puede verse a dos supuestos empleados de una empresa de energía eléctrica subiendo las escaleras que conducen a la Administración, a las 9.17. Nueve minutos después, se observa que bajan las mismas personas, ya acompañadas por un tercero y cargando una bolsa negra.
Esos escasos minutos les bastó para cometer un robo que, de no haber sido por la cámara, habría salido perfecto. "Eran 100% profesionales, no han perdido un solo segundo y no han hecho un solo movimiento de más", opinó la fuente consultada, que prefirió no revelar su identidad.
Billetes y cheques
Los dos delincuentes que estaban disfrazados subieron primero las escaleras. Vestían mamelucos azules, cascos amarillos y cargaban herramientas. El tercero, que estaba de civil y tenía un gorro tipo "chulo", se quedó en la planta baja haciendo de "campana".
A través de la puerta vidriada de la Administración, los falsos técnicos de electricidad le hicieron señas a la recepcionista, como indicando que necesitaban reparar algo. Cuando la mujer abrió la puerta, los hombres desenfundaron sus armas y la apuntaron en el pecho. Dentro de la oficina había dos hombres y dos mujeres más. A todos les ataron las manos con alambre y los obligaron a tirarse al piso.
"No estamos drogados, no tengan miedo", les aclararon los delincuentes y señalaron que sólo pretendían que abrieran la caja fuerte para llevarse la plata. Asustada, una de las víctimas sacó la llave, abrió la caja de seguridad y les permitió sacar todos los billetes y cheques que había adentro. Después, los ladrones levantaron los teléfonos celulares que había arriba de un escritorio y sacaron la plata que tenían las víctimas en sus billeteras.
Mientras tanto, abajo, un empleado de seguridad escuchó un grito que venía de la planta alta y decidió subir. Pero por atrás lo siguió el hombre que había quedado de "campana", quien lo redujo en cuanto ingresó a la oficina.
Con las seis víctimas atadas, los delincuentes estaban por emprender la huida, cuando advirtieron que no tenían dónde guardar el botín. Entonces agarraron una bolsa con zapatillas y ropa de gimnasia de una de las empleadas, la vaciaron y cargaron los billetes, cheques y celulares. Según fuentes policiales, la suma supera los $ 150.000.
El dinero pertenecía al pago del alquiler de varios de los 60 locales que tiene el centro comercial. Personal de la Brigada Norte investiga el hecho.
El asalto sucedió el martes a la mañana. Un día antes, personal de seguridad del centro comercial había notado que una de las cámara había sido movida para que apuntara hacia otro lado pero volvió a colocarla en su lugar. Fue esa misma cámara la que, al día siguiente, registró la entrada y la salida de los ladrones.
Fuentes de "Solar del Cerro" comentaron a LA GACETA que en la filmación puede verse a dos supuestos empleados de una empresa de energía eléctrica subiendo las escaleras que conducen a la Administración, a las 9.17. Nueve minutos después, se observa que bajan las mismas personas, ya acompañadas por un tercero y cargando una bolsa negra.
Esos escasos minutos les bastó para cometer un robo que, de no haber sido por la cámara, habría salido perfecto. "Eran 100% profesionales, no han perdido un solo segundo y no han hecho un solo movimiento de más", opinó la fuente consultada, que prefirió no revelar su identidad.
Billetes y cheques
Los dos delincuentes que estaban disfrazados subieron primero las escaleras. Vestían mamelucos azules, cascos amarillos y cargaban herramientas. El tercero, que estaba de civil y tenía un gorro tipo "chulo", se quedó en la planta baja haciendo de "campana".
A través de la puerta vidriada de la Administración, los falsos técnicos de electricidad le hicieron señas a la recepcionista, como indicando que necesitaban reparar algo. Cuando la mujer abrió la puerta, los hombres desenfundaron sus armas y la apuntaron en el pecho. Dentro de la oficina había dos hombres y dos mujeres más. A todos les ataron las manos con alambre y los obligaron a tirarse al piso.
"No estamos drogados, no tengan miedo", les aclararon los delincuentes y señalaron que sólo pretendían que abrieran la caja fuerte para llevarse la plata. Asustada, una de las víctimas sacó la llave, abrió la caja de seguridad y les permitió sacar todos los billetes y cheques que había adentro. Después, los ladrones levantaron los teléfonos celulares que había arriba de un escritorio y sacaron la plata que tenían las víctimas en sus billeteras.
Mientras tanto, abajo, un empleado de seguridad escuchó un grito que venía de la planta alta y decidió subir. Pero por atrás lo siguió el hombre que había quedado de "campana", quien lo redujo en cuanto ingresó a la oficina.
Con las seis víctimas atadas, los delincuentes estaban por emprender la huida, cuando advirtieron que no tenían dónde guardar el botín. Entonces agarraron una bolsa con zapatillas y ropa de gimnasia de una de las empleadas, la vaciaron y cargaron los billetes, cheques y celulares. Según fuentes policiales, la suma supera los $ 150.000.
El dinero pertenecía al pago del alquiler de varios de los 60 locales que tiene el centro comercial. Personal de la Brigada Norte investiga el hecho.
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