Por Ezequiel Fernández Moores
19 Mayo 2013
No hubo ayer DT más exitoso y celebrado en España que Diego Simeone. La fuente de Neptuno, escenario de siempre de los triunfos del Atlético Madrid, tuvo al "Cholo" como figura casi central. ¡Cómo no hacerlo si en diciembre de 2011 había tomado un equipo hundido, amenazado de descenso y eliminado de la Copa del Rey por un rival de la Tercera división y, menos de un año y medio después, le hizo ganar Liga de Europa, Supercopa de Europa y ahora Copa del Rey! Simeone, también campeón argentino en Estudiantes y River, ganó en 17 meses en Atlético la misma cantidad de títulos que logró José Mourinho en tres temporadas en Real Madrid.
"The Special Three", ironizó ayer el diario "Marca", al recordar que el hoy alicaído Mourinho se hizo llamar alguna vez "The Special One", diciéndonos a todos que él debía ser considerado como un DT "especial" por su currículum.
El viernes último, tras la derrota en el Bernabéu y cerrar la temporada sin títulos, Mourinho, ya con un pie afuera del Madrid, se puso otra vez él por delante del club: "esta -dijo- es la peor temporada de mi carrera. Para otro entrenador, una final (Copa del Rey), una semifinal (Liga de Campeones), una segunda plaza (Liga de España) y una Supercopa (de España) estaría muy bien, pero no para mí". Ni "Marca" ni el resto de la prensa madrileña, que hasta hace meses lo mantenía en el altar y le perdonaba casi todo (el diario "El País" fue siempre una excepción), soportan su arrogancia. "Mou" había recibido ya las primeras duras críticas tras la caída en semifinales de Liga de Campeones ante el alemán Borussia Dortmund.
El portugués se jactó primero de la Liga de España que ganó la temporada pasada con un récord de 101 puntos ("la Liga de los récords es mía. La vas a querer borrar, pero no lo van a conseguir"). Recordó que también con él Real Madrid volvió a ganar la Copa del Rey después de 21 años ("no puedes robarlo"). Y dijo que sus tres semifinales de Liga de Campeones en tres años debían ser equiparadas a las cinco semifinales pero en 21 años que habían logrado un total de 18 entrenadores con Real Madrid. "¿Quieres el papelito?", desafió al periodista, tras leer los nombres de esos 18 técnicos, entre los cuales excluyó deliberadamente el nombre de Jorge Valdano, porque odia al argentino, al que había hecho despedir como manager del Madrid.
En su enorme ego, Mourinho omitió decir que entre esos 18 técnicos que él había "ninguneado" había uno que en tres años y medio ganó siete títulos con el Madrid: dos Ligas de Campeones (2000 y 2002), dos Ligas de España (2002 y 2003), una Supercopa de España (2001), una Supercopa de Europa (2202) y una Copa Intercontinental (2002). Se trata de Vicente del Bosque, actual bicampeón de Europa y campeón del mundo como DT de España. Florentino Pérez, el poderoso empresario presidente de Real Madrid, llegó a pagar a Inter una indemnización de 18 millones de euros para sacarle a Mourinho. Además, en tres años pagó a Mourinho y sus asistentes la cifra récord en salarios de 60 millones de euros. Florentino Pérez lleva invertidos 1.000 millones de euros en fichajes desde 2002. De esa suma, casi 200 se la hizo gastar Mourinho, con refuerzos a los que además paga un contrato récord de 10 millones de euros anuales, como Ángel Di María o Luka Modric. En el club más millonario del mundo, que tiene un presupuesto anual de 450 millones de euros, Mourinho vivió su fracaso más grande. La magra cosecha de tres títulos, peor aún, no hizo más que desnudar el resto del escenario.
Ahora, sólo ahora, muchos medios madrileños dan cuenta de la arrogancia de "Mou", de sus quejas permanentes hacia los árbitros, hacia la UEFA y hacia los rivales, especialmente al Barcelona que dirigía Pep Guardiola, su antítesis, el novato que, en sus cuatro primeras temporadas como DT, ganó 14 de los 19 títulos que disputó.
Y allí llega acaso lo más importante para quienes creen que el fútbol, como juego, es algo más que ganar o perder. Mientras el Barcelona de Pep pasó a la historia como uno de los equipos más grandes de todos los tiempos por su juego bello y audaz, el Madrid de Mourinho, campeón como tantos otros, exhibe apenas un récord contable: 101 puntos en una Liga.
Aunque haya que pagar una indemnización de 20 millones de euros, lo más seguro es que en estos próximos días Real Madrid deje partir a Mourinho. Cuentan que el autopromocionado DT portugués volverá a Chelsea, al que coronó campeón inglés y europeo años atrás. Toda una ironía, si Bayern Munich gana el sábado próximo en Wembley a Borussia Dortmund la final alemana de Liga de Campeones, entonces Mourinho y Guardiola volverán a enfrentarse el 30 de agosto en Praga, por la Supercopa de Europa. Bayern Munich, se sabe, tiene contratado desde hace varios meses a Guardiola como su DT a partir de la próxima temporada, una audaz jugada del club alemán, que busca así emular la imagen global de Barcelona.
Pep y el mencionado Del Bosque, se sabe, son acaso los dos técnicos españoles más respetados y también exitosos de los últimos años. Y Simeone desplazó a Mourinho como DT extranjero más exitoso en el actual fútbol de España. La prensa suele fijarse en los títulos a modo de contar lo que sucede en el fútbol. Pero no siempre debería ser así. Marcelo Bielsa, se sabe, no repitió esta temporada en Athletic Bilbao todo lo bueno que había hecho en su primer año, cuando llevó al equipo a las finales de Liga de Europa y Copa del Rey, de las que salió derrotado. Athletic, agobiado por una larga lista de infortunios, tuvo una temporada más que discreta y llega al final con los puntos más que justos para evitar el descenso. Sin embargo, la mayoría de los hinchas renovaron esta semana su pedido para que Bielsa siga al frente de un equipo cuyos problemas amenazan con agravarse la próxima temporada a raíz de un nuevo régimen fiscal en el País Vasco que afectaría los contratos de los jugadores. Los cables de agencias recogieron este viernes las últimas declaraciones de Bielsa. Recomiendo escuchar toda su conferencia, especialmente los quince minutos que componen la segunda mitad. Bielsa confesó que él sí está pendiente de lo que se dice de él y que lo afectó mucho que algunos periodistas lo llamaran "demagogo". "Justamente -dijo- una palabra contra lo que combatí toda mi vida". La conferencia (http://www.athletic-club.net/web/main.asp?a=0&b=2&c=7&d=0&p=1&numero=3019&idi=1) trata especialmente sobre si Bielsa seguirá o no en el club.
El argentino busca explicar que las elecciones laborales no siempre tienen que ver con el dinero. Admite que gana cifras "obscenas", pero que podría ganar aún más en otros lugares. Y, buscando evitar siempre la "demagogia" de la que algunos lo habían acusado, explicó por qué siempre un club con la historia centenaria del Athletic será siempre más importante que él. No todos lo entendieron. Hay un momento en que les pide a los periodistas que lo ayuden a buscar una palabra más precisa, pero no encuentra respuesta. "¿Nadie sabe un sinónimo de emplazar?", pregunta decepcionado. Confesó luego que le había dicho a sus jugadores unas horas antes que recordaría "con más cariño esta etapa de la adversidad que la etapa en la que llegamos a las finales". Bielsa, igual que Pep, igual que Del Bosque, se sienten de la vereda de enfrente de discursos como los de Mourinho, que todo lo miden en ganar o perder. Alguna vez, cuando dirigía a la selección chilena, Bielsa les dijo a sus jugadores: "no me quieran porque gané. Necesito que me quieran para ganar".
"The Special Three", ironizó ayer el diario "Marca", al recordar que el hoy alicaído Mourinho se hizo llamar alguna vez "The Special One", diciéndonos a todos que él debía ser considerado como un DT "especial" por su currículum.
El viernes último, tras la derrota en el Bernabéu y cerrar la temporada sin títulos, Mourinho, ya con un pie afuera del Madrid, se puso otra vez él por delante del club: "esta -dijo- es la peor temporada de mi carrera. Para otro entrenador, una final (Copa del Rey), una semifinal (Liga de Campeones), una segunda plaza (Liga de España) y una Supercopa (de España) estaría muy bien, pero no para mí". Ni "Marca" ni el resto de la prensa madrileña, que hasta hace meses lo mantenía en el altar y le perdonaba casi todo (el diario "El País" fue siempre una excepción), soportan su arrogancia. "Mou" había recibido ya las primeras duras críticas tras la caída en semifinales de Liga de Campeones ante el alemán Borussia Dortmund.
El portugués se jactó primero de la Liga de España que ganó la temporada pasada con un récord de 101 puntos ("la Liga de los récords es mía. La vas a querer borrar, pero no lo van a conseguir"). Recordó que también con él Real Madrid volvió a ganar la Copa del Rey después de 21 años ("no puedes robarlo"). Y dijo que sus tres semifinales de Liga de Campeones en tres años debían ser equiparadas a las cinco semifinales pero en 21 años que habían logrado un total de 18 entrenadores con Real Madrid. "¿Quieres el papelito?", desafió al periodista, tras leer los nombres de esos 18 técnicos, entre los cuales excluyó deliberadamente el nombre de Jorge Valdano, porque odia al argentino, al que había hecho despedir como manager del Madrid.
En su enorme ego, Mourinho omitió decir que entre esos 18 técnicos que él había "ninguneado" había uno que en tres años y medio ganó siete títulos con el Madrid: dos Ligas de Campeones (2000 y 2002), dos Ligas de España (2002 y 2003), una Supercopa de España (2001), una Supercopa de Europa (2202) y una Copa Intercontinental (2002). Se trata de Vicente del Bosque, actual bicampeón de Europa y campeón del mundo como DT de España. Florentino Pérez, el poderoso empresario presidente de Real Madrid, llegó a pagar a Inter una indemnización de 18 millones de euros para sacarle a Mourinho. Además, en tres años pagó a Mourinho y sus asistentes la cifra récord en salarios de 60 millones de euros. Florentino Pérez lleva invertidos 1.000 millones de euros en fichajes desde 2002. De esa suma, casi 200 se la hizo gastar Mourinho, con refuerzos a los que además paga un contrato récord de 10 millones de euros anuales, como Ángel Di María o Luka Modric. En el club más millonario del mundo, que tiene un presupuesto anual de 450 millones de euros, Mourinho vivió su fracaso más grande. La magra cosecha de tres títulos, peor aún, no hizo más que desnudar el resto del escenario.
Ahora, sólo ahora, muchos medios madrileños dan cuenta de la arrogancia de "Mou", de sus quejas permanentes hacia los árbitros, hacia la UEFA y hacia los rivales, especialmente al Barcelona que dirigía Pep Guardiola, su antítesis, el novato que, en sus cuatro primeras temporadas como DT, ganó 14 de los 19 títulos que disputó.
Y allí llega acaso lo más importante para quienes creen que el fútbol, como juego, es algo más que ganar o perder. Mientras el Barcelona de Pep pasó a la historia como uno de los equipos más grandes de todos los tiempos por su juego bello y audaz, el Madrid de Mourinho, campeón como tantos otros, exhibe apenas un récord contable: 101 puntos en una Liga.
Aunque haya que pagar una indemnización de 20 millones de euros, lo más seguro es que en estos próximos días Real Madrid deje partir a Mourinho. Cuentan que el autopromocionado DT portugués volverá a Chelsea, al que coronó campeón inglés y europeo años atrás. Toda una ironía, si Bayern Munich gana el sábado próximo en Wembley a Borussia Dortmund la final alemana de Liga de Campeones, entonces Mourinho y Guardiola volverán a enfrentarse el 30 de agosto en Praga, por la Supercopa de Europa. Bayern Munich, se sabe, tiene contratado desde hace varios meses a Guardiola como su DT a partir de la próxima temporada, una audaz jugada del club alemán, que busca así emular la imagen global de Barcelona.
Pep y el mencionado Del Bosque, se sabe, son acaso los dos técnicos españoles más respetados y también exitosos de los últimos años. Y Simeone desplazó a Mourinho como DT extranjero más exitoso en el actual fútbol de España. La prensa suele fijarse en los títulos a modo de contar lo que sucede en el fútbol. Pero no siempre debería ser así. Marcelo Bielsa, se sabe, no repitió esta temporada en Athletic Bilbao todo lo bueno que había hecho en su primer año, cuando llevó al equipo a las finales de Liga de Europa y Copa del Rey, de las que salió derrotado. Athletic, agobiado por una larga lista de infortunios, tuvo una temporada más que discreta y llega al final con los puntos más que justos para evitar el descenso. Sin embargo, la mayoría de los hinchas renovaron esta semana su pedido para que Bielsa siga al frente de un equipo cuyos problemas amenazan con agravarse la próxima temporada a raíz de un nuevo régimen fiscal en el País Vasco que afectaría los contratos de los jugadores. Los cables de agencias recogieron este viernes las últimas declaraciones de Bielsa. Recomiendo escuchar toda su conferencia, especialmente los quince minutos que componen la segunda mitad. Bielsa confesó que él sí está pendiente de lo que se dice de él y que lo afectó mucho que algunos periodistas lo llamaran "demagogo". "Justamente -dijo- una palabra contra lo que combatí toda mi vida". La conferencia (http://www.athletic-club.net/web/main.asp?a=0&b=2&c=7&d=0&p=1&numero=3019&idi=1) trata especialmente sobre si Bielsa seguirá o no en el club.
El argentino busca explicar que las elecciones laborales no siempre tienen que ver con el dinero. Admite que gana cifras "obscenas", pero que podría ganar aún más en otros lugares. Y, buscando evitar siempre la "demagogia" de la que algunos lo habían acusado, explicó por qué siempre un club con la historia centenaria del Athletic será siempre más importante que él. No todos lo entendieron. Hay un momento en que les pide a los periodistas que lo ayuden a buscar una palabra más precisa, pero no encuentra respuesta. "¿Nadie sabe un sinónimo de emplazar?", pregunta decepcionado. Confesó luego que le había dicho a sus jugadores unas horas antes que recordaría "con más cariño esta etapa de la adversidad que la etapa en la que llegamos a las finales". Bielsa, igual que Pep, igual que Del Bosque, se sienten de la vereda de enfrente de discursos como los de Mourinho, que todo lo miden en ganar o perder. Alguna vez, cuando dirigía a la selección chilena, Bielsa les dijo a sus jugadores: "no me quieran porque gané. Necesito que me quieran para ganar".