Alcoholemia, velocidad, corrupción y pedido de renuncia

El ministro Randazzo apuntó al conductor, gremialistas ferroviarios a la falta de frenos y la oposición política al ministro de Transporte.

HERIDO. Un pasajero es llevado al hospital luego de los primeros auxilios. TELAM HERIDO. Un pasajero es llevado al hospital luego de los primeros auxilios. TELAM
14 Junio 2013

BUENOS AIRES.- Después de que la Ugoms confirmó que las dos formaciones que protagonizaron el choque en la línea Sarmiento estaban "con pasajeros y en servicio hacia Moreno", el ministro de Transporte, Florencio Randazzo, informó que el conductor y el acompañante de la formación que embistió al convoy estacionado presentaron "alcohol en sangre cero" en estudios realizados antes del siniestro.

Sin embargo, Randazzo apuntó a la responsabilidad de aquel motorman del tren de Chapa 1, al asegurar que esa unidad ferroviaria "fue totalmente reparada el año pasado, tanto pisos, como frenos". Y fue más allá. Precisó que el registro del GPS del tren de Chapa 1 "indica que la velocidad siempre fue ascendente" desde Morón (el trayecto previo a Castelar), donde frenó normalmente". Y acusó al conductor del tren en movimiento de no respetar tres señales de advertencias para que detuviera la formación antes del choque.

Horas antes de estas afirmaciones, Horacio Caminos, secretario de Prensa de La Fraternidad, y el delegado de la Unión Ferroviaria Rubén "Pollo" Sobrero, coincidieron en que el tren que embistió al otro tenía una falla en los frenos, lo que provocó la tragedia. "Esta situación la venía denunciando el sector gremial desde hace mucho tiempo", afirmó Sobrero.

"El conductor de la formación entró en shock. Fue encontrado por el otro compañero, el que fue embestido, y lo llevaron a Castelar con un shock emocional gravísimo", señaló Caminos.

En tanto, Sobrero consideró "muy llamativo lo que pasó", ya que se trata de "un tren que colisiona de atrás (a otro) en una recta", cuya formación "estaba parada con señales de peligro para entrar a la estación de Castelar; la formación siempre tuvo problemas. Lo veníamos denunciando".

Embestida

Por su lado, la oposición política embistió con dureza contra el Gobierno nacional por el accidente ferroviario de Castelar, y apuntó contra el ministro del Interior y Transporte, sobre quien pidieron desde la interpelación a la renuncia, y asociaron el episodio -como lo habían hecho con la tragedia de Once- con un "Estado ausente" y hechos de "corrupción".

El titular del FAP, Hermes Binner, resumió el hecho como "Estado ausente. Servicios inseguros. Más muertes inocentes", y se preguntó "¿hasta cuándo?" Luego expresó su solidaridad con las "víctimas, sus familias y los trabajadores".

El referente de Proyecto Sur, Fernando "Pino" Solanas, afirmó que lo ocurrido es producto de la corrupción porque "sigue siendo la misma ruta de los subsidios y nada se ha investigado" luego de la tragedia de Once. "Es un problema complejo pero son 10 años de kirchnerismo, 10 años en los que se vienen diciendo estas cosas", lamentó.

"Los cambios que se hicieron son cosméticos y la realidad nos da la razón otra vez y eso no es bueno. Es otra tragedia", señaló Paolo Menghini, padre de la víctima hallada en el tren de Once dos días después del impacto, y reclamó la renuncia de Randazzo.

El jefe del bloque de diputados radicales, Ricardo Gil Lavedra, el secretario de la bancada, Juan Tunessi, y el diputado Alfonso Prat Gay, presentaron un proyecto para que Randazzo informe a la Cámara "la totalidad de los hechos" que rodearon la tragedia y sus causas, y la situación del ramal. (DyN-Télam)

Apostillas

Otras preocupaciones.- "El choque de trenes no lo armó Clarín ni la justicia corporativa o facciones destituyentes. El Gobierno está más preocupado en competirle a (Jorge) Lanata que a solucionar el problema de los ferrocarriles", dijo José Cano, senador nacional por Tucumán.

El relato en crisis.- "El accidente ferroviario de Castelar expone otro choque del relato del gobierno con la realidad: récord de víctimas en accidentes viales de circulación, récord en víctimas de accidentes ferroviarios y desabastecimiento energético son las tres caras de unir la política pública de infraestructura con la corrupción. De la montaña de anuncios que incluyeron al tren bala, el soterramiento del Sarmiento, la estatización de ramales y la reapertura de talleres sólo queda la inmundicia de los subsidios a los socios de la patria contratista y la burocracia sindical. Los trabajadores siguen viajando (y muriendo) como ganado en otra década perdida", dijeron Alejandro Sangenis y Rodolfo Burgos, del Movimiento Popular Tres Banderas.

Sólo maquillaje.- "El choque ferroviario de Castelar, con su secuela de tres muertos y casi dos centenares de heridos, revela la ineficacia de la administración del Estado Nacional de ese servicio, (luego del quite de la concesión al también ineficiente y corrupto grupo Cirigliano, de aceitados contactos con el kirchnerismo) y la total responsabilidad de Randazzo, que asumió el control del mismo. La tragedia de Once no dejó ninguna enseñanza al gobierno de Cristina Fernández, que persistió con una política de maquillaje que sólo tapa superficialmente los problemas", aseveró José Páez, legislador de la Democracia Cristiana.

Repercusión internacional.- Los principales diarios de Iberoamérica reportaron la tragedia. El País, de España, destacó que el hecho se registró en "la misma línea donde murieron 51 personas hace un año y cuatro meses", en referencia Once. La República, de Uruguay, O Globo, de Brasil, La Razón, de Bolivia, El Universal, de Venezuela, La Tercera, de Chile y El Espectador, de Colombia, entre otros medios, dieron cuenta del accidente.

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