El amor de Cristo se concreta en su sangre derramada

Por Presbítero Dr. Jorge Gandur

16 Junio 2013
El amor de gratitud del cristiano debe concretarse en las obras de misericordia hacia sus hermanos.

"A quien más se le perdonó, más amó" (Lc 7, 38-8, 3). Jesús acepta, por amor y por misericordia, llevar sobre sus hombros todos los pecados de los hombres; no sólo los de la mujer del Evangelio, sino de cada uno de los seres humanos que vivieron desde el principio y que vivirán hasta el fin de la historia, y por lo tanto, lleva sobre sí los pecados personales de cada uno, para destruirlos con el poder de su Sangre. De esta manera, Jesús toma el pecado, que es muerte, para darnos su Sangre, que contiene la Vida eterna.

Jesús toma mis pecados sobre sus espaldas y por amor sufre el castigo que la Justicia divina tenía reservado para mí; ese amor, que lo lleva a la oblación de sí mismo en el sacrificio de la Pasión, no es el amor de un hombre santo, bueno, lleno de buenos sentimientos y de filantropía: es el Amor del Espíritu Santo, la Persona-Amor de Dios Trino, y ese es el motivo de por qué esté obligado a amar con amor mayor aquel a quien más pecados hayan sido perdonados.

"A quien más se le perdonó, más amó", dice Jesús a Pedro. A nosotros nos dice: "A quien más amor recibió, más amor debe dar". El amor recibido desde la cruz y desde el altar, el don del Espíritu Santo, debe ser retribuido en amor misericordioso reflejado en las obras.

El amor de Cristo se concreta en su sangre derramada y en el Espíritu donado en la cruz y en el altar, para perdonar los pecados y donar la filiación divina; el amor de gratitud del cristiano hacia Cristo debe concretarse en las obras de misericordia hacia sus hermanos.

Reflexionemos

Así como el amor de Jesús no es meramente declarativo, sino que se concreta en la realidad de la cruz y en la realidad de su donación en el altar, así el amor del cristiano, doblemente deudor del Amor de Dios, debe amar no con palabras, sino con obras, y con obras hacia el prójimo que más necesite, hacia el prójimo abandonado, imagen de Jesús camino a la cruz.

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